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mezclacartas200Y el Estado-mafia mezcla de nuevo las cartas
Por Giorgio Bongiovanni -25 de Septiembre de 2016
A pesar de la considerable labor de investigación y judicial para quitarle a la mafia los bienes y los patrimonios, a veces es el Estado mismo, una vez que se ha procedido a secuestrarlos y posteriormente confiscarlos, el que devuelve los bienes a manos de los jefes mafiosos. O bien a dejarlos podrirse y hundirse en un remolino de deudas que decretará la quiebra definitiva. La escalofriante confirmación llega precisamente de esos magistrados expertos en el tema que se dedican, o que se han dedicado en el pasado, a las investigaciones dirigidas a clausurar sociedades, empresas, cadenas comerciales indispensables para la criminalidad organizada para volver a invertir el dinero que surge de las actividades ilícitas. Y que, si se reintegraran oportunamente a la ciudadanía para su reutilización constituirían la mayor humillación para al enorme poder mafioso.
Ahora lo que ha sido confiscado definitivamente es el patrimonio millonario de Giuseppe Grigoli (700 millones de euros), el testaferro de Matteo Messina Denaro y “rey de los supermercados” Despar. Setecientos millones de euros que ahora el Estado tendrá que demostrar que puede lograr recuperar. Para evitar que una vez más se registre la quiebra de una empresa y la consiguiente pérdida de cientos de puestos de trabajo. Lamentablemente los antecedentes no son los mejores. Entre bienes muebles, inmuebles y empresas, el valor nominal alcanza los 30.000 millones. De los cuales tres son de contado, dinero líquido y títulos. Que nadie usa. Datos en mano, de 139.187 bienes totales, solo 5.240 (el 3,8%) son los que se termina destinando a ser reutilizados. Por su parte los patrimonios confiscados en toda Europa valen 4.000 millones de euro por año.
Quiebra, pérdida de puestos de trabajo, corte de los créditos bancarios y de las ventas de proveedores y clientes, venta (a pesar de que según la ley tendría que ser simplemente una hipótesis residual) aumento de los costos de administración (debido a la regularización de los pagos y de los contratos), y una gestión a menudo conservativa de los administradores judiciales son solo algunas de las consecuencias provocadas por la mala gestión de los bienes confiscados y por su consiguiente quiebra.
Eso siempre y cuando no vuelven a manos de los clanes mafiosos. Y todo esto sin contar que, como lo  dice la historia más reciente, la mala administración de los bienes llega incluso del Tribunal. Un ejemplo de ello es la investigación por corrupción que se ha iniciado sobre Silvana Saguto, ex presidenta de la sección de Medidas de prevención del Tribunal de Palermo. La Despar que ha sido secuestrada a Grigoli no es más que la punta del iceberg del ilimitado patrimonio perteneciente al boss Matteo Messina Denaro. Pero podría ser una excelente oportunidad para demostrar que se puede cambiar el rumbo.

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