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lodatoGIOVANNI FALCONE
Por Saverio Lodato - 21 de Mayo de 2014
Recordar a Giovanni Falcone una vez al año, en Italia, siempre ha sido un deporte nacional muy en boga. En el fondo, los aniversarios del sacrificio de grandes hombres ponen a los vivos en la cómoda posición de acallar sus conciencias con un mínimo esfuerzo, una especie de “semel in anno*”, seguramente no carnavalesco, sino funerario. Semel in anno se puede dar lugar al recuerdo de las víctimas.
Semel in anno se presenta la apetitosa oportunidad de los desfiles institucionales, en medio de una multitud de concursantes.
Semel in anno, pueden aparecer - ¡como un maravilloso certificado de existencia! – fundaciones y centros de estudio que perciben espléndidas financiaciones y por lo tanto algo – pro forma – tienen que hacer. Semel in anno la voz en contra de la mafia se debe hacer sentir fuerte y clara.
Semel in anno miles de jóvenes se embarcan en una gran nave para que uno de los cargos más altos del Estado pueda cortar la cinta en tierra, pero llegando del mar.
En fin, el concepto tendría que estar al alcance de todos.
Vale para Giovanni Falcone, y vale también, según el capricho del calendario (que precísamente ese día, en cambio, fue elegido con ferocidad y frialdad por los asesinos) para todos los que estuvieron antes que él y que lo siguieron en el extremo sacrificio de la vida.
Y bien, una vez explicada la razón por la cual, con mucha reluctancia, también nosotros nos encontramos en la misma mezcla de todos los que participan del aniversario de la muerte de Giovanni Falcone. Pero al menos intentamos decir las cosas como son, sin participar del coro de los inciensadores interesados, de la fanfarria de las lloronas a las que no les importa nada de la vida o la muerte de un magistrado.
Lo primero que impresiona es que el ejemplo de Falcone, a pesar de esta política, a pesar de estas instituciones, a pesar de esta Italia; mantiene casi hasta el infinito, creciendo incesantemente, hasta donde sea posible, su actualidad.
Hemos dicho: “a pesar de”, pero habría sido más correcto escribir: “precisamente por”, ya que son dos polos que están en directa relación de causa y efecto. Veamos porqué. Giovanni Falcone es “actual” ante la presencia de una Ministra de Justicia, Anna Maria Cancellieri, quien permaneció en su puesto a pesar de mantener contacto constante con toda la familia de Salvatore Ligresti, un condenado.
Giovanni Falcone es “actual” porque un ex Presidente del Consejo, Silvio Berlusconi, condenado a cuatro años de cárcel por fraude fiscal puede pasarla tranquilo simplemente con algunas horas semanales de “servicios sociales” entre los ancianos, mientras se le reconoce el rol de “estadista” llamado a reescribir las reglas.
Giovanni Falcone es “actual” ante un ex Ministro, Claudio Scajola, ante un ex Diputado, Amedeo Matacena, ante un ex Senador, Marcello Dell’Utri, quienes hacen parecer, con su comportamiento – su auto inscripción en el club de los “perseguidos políticos” enfatizada por los periódicos y canales televisivos especializados en este servicio -, los casos judiciales en los que están involucrados como telenovelas colgadas en forma perenne del hilo de la casualidad.
Giovanni Falcone es “actual” ante un Jefe de Estado, Giorgio Napolitano, que puso en el triturador mediático e institucional, sin dejar asomar ni siquiera el más mínimo sonrojo, a un puñado de magistrados palermitanos que habían decidido – primero coordinados por Antonio Ingroia, luego por Nino Di Matteo – que asumirían de la mejor forma posible la herencia de Falcone investigando sobre la “negociación” Estado-mafia.
Giovanni Falcone sigue siendo “actual” en un País en el que, un Jefe de Estado, Giorgio Napolitano, pidió y consiguió que la grabación de sus conversaciones telefónicas con el indagado Nicola Mancino fueran enviadas al incinerador.
Giovanni Falcone seguirá siendo “actual” mientras haya personajes de la política, del periodismo, hasta incluso historiadores, supercerebros de cola larga, que tengan su carnet vigente para poder seguir al mando de la sala de dirección de la “máquina del fango”.
Giovanni Falcone seguirá siendo “actual” mientras haya un Consejo Superior de la Magistratura que considere normal investigar, antes de archivar su “caso”, precísamente a Nino Di Matteo, quien se encuentra gravemente amenazado de muerte. Y ¿amenazado por quién? Amenazado por el Estado-mafia y amenazado por la mafia-Estado.
Giovanni Falcone es “actual” porque nadie, quizás ni siquiera él, habría podido imaginar a dónde lo llevarían esas “mentes muy refinadas” de las que me habló pocos días después del fallido atentado de Addaura.
¿Tendríamos que seguir? ¿Acaso no es suficiente?
Como conclusión lo único que queda por decir es que Giovanni Falcone fue asesinado ya que era “incompatible” con esta Italia. Hoy, al igual que hace veintidos años.
Con esta Italia en cambio los que parecen ser perfectamente “compatibles” son los muchos que, también esta vez, lo celebrarán “Semel in anno”.
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Nota:
Semel in anno: locución latina que significa “una vez al año”. Deriva de Semel in anno licet insanire: una vez al año te puedes permitir hacer el loco.
http://www.antimafiaduemila.com/saverio-lodato/giovanni-falcone.html

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