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galliano200GALLIANO: “EN EL ‘91 RIINA ESTUVO EN CALABRIA CON HOMBRES DE LAS INSTITUCIONES”
Por Giorgio Bongiovanni y Miriam Cuccu - 10 de Julio de 2014
Es el sobrino del jefe del territorio mafioso de la familia de la Noce, Raffaele Ganci (el único que le podía dar órdenes) y afiliado a dicha familia desde 1986 como “hombre de honor reservado” porque “no tenía antecedentes y contaba una buena preparación cultural... podía ser el elemento ideal para reunirme con otras personas, ajenas a Cosa Nostra, para dialogar con el exterior”. Y así es como se presenta Antonino Galliano, el colaborador de la justicia (mafioso arrepentido) que fue interrogado esta mañana en el aula bunker de la cárcel de Ucciardone, ante la Corte de Palermo en el marco del proceso judicial sobre la tratativa Estado-mafia. Entre los presentes también se encontraba Salvatore Borsellino, en el sector dedicado al público ya que, así explicó en su página de Facebook “en este juicio no he sido admitido como parte civil”. No solo eso “El policía encargado de realizar los controles, incluso después de haberle especificado que soy el hermano del Juez Paolo Borsellino consideró oportuno tener que preguntarme cuál era el motivo por el cual me interesaba asistir a este proceso. Después de mi respuesta, que podéis imaginar cuál fue, me pidió que le mostrara todo lo que llevaba en mis bolsillos e incluso me hizo abrir la pantalla de mi IPad”. No se tiene ningún tipo de consideración hacia los familiares de las víctimas de la mafia que esperan conocer la verdad – que en el mejor de los casos llega después de décadas – sobre las circunstancias en las que murieron sus parientes. Arrestado en diciembre de 1995, la colaboración con la justicia por parte de Galliano comenzó en el verano de 1996, después de haber visto caer en manos de la justicia a su tío y a sus primos Mimmo y Calogero Ganci, y luego de haber dirigido por seis meses el territorio mafioso de la Noce.

La condena a Pietro Di Miceli, luego la contraorden: “Matar a los políticos sicilianos”
Específicamente Galliano declaró ante el Fiscal Nino Di Matteo sobre los contactos con los sujetos ajenos a Cosa Nostra: “Primero yo acompañaba a Raffaele Ganci, luego a Domenico 'Mimmo' Ganci donde los contadores públicos Pietro Di Miceli y Giuseppe Mandalari” quienes respectivamente pertenecían “a los servicios secretos civiles y a la masonería” y que “podían ayudar a Cosa Nostra”. Raffaele Ganci le había dicho que Di Miceli “estaba encargado de arreglar la sentencia en la etapa de la Casación en el maxiproceso”. Pero posteriormente la posición del contador público se volvió precaria: los jefes mafiosos, al ver que se acercaba cada vez más la probable sentencia definitiva que condenaría al “gotha” de Cosa Nostra a cadena perpetua, comenzaron a programar su asesinato: “Tenían que vigilarlo y matarlo sólo con un cuchillo, fingiendo que se hubiera cometido un robo... Después de la sentencia del maxiproceso de la Casación Mimmo Ganci decía que (Di Miceli, n.d.r.) les había tomado el pelo a todos”. Pero de repente los planes cambiaron: “Se concentraron en los políticos, había que matar a los políticos sicilianos que no se habían preocupado por las problemáticas sicilianas”. El primero que pagó el precio fue el Diputado Salvo Lima, un jaque violento a esa Democracia Cristiana que varias veces se había encargado de tutelar los intereses de Cosa Nostra. Pero incluso antes de su asesinato “Domenico Ganci me dijo que estaba vigilando al Diputado Calogero Vizzini”. Algo provocó que la atención de la Cúpula se trasladara hacia blancos muy diferentes, predisponiendo una estrategia que culminaría con directo ataque al Estado por medio de bombas. Por lo tanto es lógico hacerse una pregunta: ¿por qué Cosa Nostra renunció al asesinato de un hombre de los servicios secretos como Di Miceli para optar por el asesinato de los políticos sicilianos? ¿Se trata de uno de los muchos misterios y preguntas que hasta ahora no han obtenido una respuesta sobre la tratativa Estado-mafia?

El asesinato de Paolo Borsellino: “Sentiti 'u bottu” (escucha el estruendo)
“El día del atentado de Via D’Amelio – dijo además Galliano – estaba de servicio, trabajaba como portero. Mimmo y Stefano Ganci vinieron a verme y me dijeron 'sentiti 'u botto!' (escucha el estruendo, n.d.r.)”. A Galliano le había sido encargada la tarea de seguir los movimientos de Paolo Borsellino, incluso anteriormente, cuando el Juez se encontraba en la Fiscalía de Marsala: “Me habían dicho que los trapaneses querían eliminar al Dr. Borsellino... lo seguíamos, sobre todo los fines de semana... no se de qué forma tendría que haber sido asesinado pero había varias hipótesis”. La orden había partido, como era praxis, “de Raffaele Ganci, también estaba Salvatore Cancemi, la vigilancia duró varios meses, luego nos dijeron que la suspendiéramos”.
Galliano también se había encargado de vigilar al magistrado Giovanni Falcone: “Junto a Domenico Ganci seguíamos en motocicleta los movimientos que hacía Falcone, desde su casa hasta el Tribunal”.

“En el '91 Riina se reunió en Calabria con hombres de las instituciones”
Entre Octubre y Noviembre del ’91 “Mimmo Ganci me dijo que había estado de viaje, acompañando a Riina a Calabria, donde se reunió con personajes de las instituciones, políticos, fuerzas del orden, generales, coroneles... fue algo que me pareció extraño y hablé con Stefano Ganci, y él se lo comunicó a Calogero Ganci... pensamos que podía ser una mentira de Domenico”. “Su relación con Totò Riina – dijo Galliano – era buena, Mimmo era su pupilo” aunque también la relación con el mismo Galliano era “preferencial, incluso con respecto a sus hermanos... había una división en la familia”. “Domenico – recordó el testigo – me dijo que intentaban ‘desestabilizar al Estado’...” y que “el tema de la reunión había sido el ajuste del maxiproceso”. “Se trababa de algo muy reservado, yo no tenía que hablarlo con nadie, desobedecí la orden y me confié con Stefano” precisó Galliano.

Marcello Dell'Utri: el intermediario
Posteriormente Galliano hizo referencia a una reunión posterior, realizada en 1994, en la que  “Salvatore Cucuzza – arrepentido fallecido el mes pasado, cuya muerte se supo durante la audiencia del día de hoy – nos preguntó a Francesco Spina y a mi si estabamos de acuerdo con que Vittorio Mangano fuera a visitar a Dell’Utri para ayudar a los detenidos, sobre todo para intentar eliminar el régimen carcelario del 41 bis”. Entre imprecisiones y dificultades al intentar recordar los acontecimientos, el sobrino de Raffaele Ganci reconstruyó lo ocurrido al responder a las preguntas de los Fiscales Nino Di Matteo y Vittorio Teresi: “Cucuzza se reunía bastante seguido con Bagarella y Brusca, y transmitía todo lo que ellos decían”, por lo tanto “si él hablaba, hablaba también en su nombre”. Reuniones en las que se evaluaba la posibilidad de un próximo atentado: “se planteó la idea de Cucuzza, no se qué pensaban los demás”. “Dell'Utri era el intermediario... Tanino Cinà (Gaetano, n.d.r.) le llevaba dinero a Pino Di Napoli, quien se lo daba a mi tio y luego a Totò Riina”. Estamos hablando del período posterior a la primer guerra de la mafia y a la muerte de los Bontate y de los Inzerillo, referentes de Cosa Nostra que recibían una cuota de dinero por parte de Silvio Berlusconi a través de Dell'Utri. En ese momento “hubo un problema, Berlusconi no quiso dar más dinero... Riina se ocupó del asunto y mandó a poner una bomba frente a la casa de Berlusconi y allí se lo involucró nuevamente a Dell’Utri”. Todas circunstancias que confluyeron en la sentencia definitiva por la cual quedó condenado el ex Senador del partido “Forza Italia” (Dell’Utri) a siete años de cárcel por concurso externo en asociación mafiosa. El juicio seguirá mañana con el interrogatorio del Presidente del Senado, Pietro Grasso y del asesor Donato Marra.

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