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no-matesLa bomba explotó exactamente como estaba planeado. Entre los escombros, el humo, los gritos y las corridas, una vida se desprende de su cuerpo. Era Paolo. Un escollo para la mafia, un héroe para nosotros. Un ícono de la lucha por nuestras democracias. Un mismo cielo ayer y hoy.
Uruguay, Montevideo, 2014. Un grupo de ciudadanos autoconvocados portan un cartel inmenso, de más de dos metros de largo. Caminan por las calles bajo el sol del verano. Mucho tránsito, mucha gente en el pintoresco barrio de Pocitos. Cuna de la clase acomodada uruguaya. Allí sobre la Avenida Ellauri se yergue la embajada italiana. Hacia allí van los ciudadanos con los ojos esperanzados, con la rabia a flor de piel y llevando en sus manos las únicas armas que consideran importantes y necesarias en esta lucha. Un cartel, unos panfletos y un megáfono. En sus pechos el valor de la Justicia moldea la esperanza en un mundo mejor, pero sobre todo y de inmediato, los inspira el salvar la vida del Fiscal Nino Di Matteo.

Para ellos Di Matteo no es un extraño que ejerce el Derecho atravesando el océano. Para ellos Nino no es un Fiscal más del mundo. Para ellos, es un hombre sentenciado a muerte, y los precursores de esta amenaza son un cáncer a extirpar en todos los estados, de todos los países.
No eran muchos, serían unos 15, pero pararon a cada auto y a cada persona que transitaba por el lugar. Hasta un niño compartía esa lucha y con sus palabras infantiles intentaba lograr que los adultos recibieran el panfleto y leyeran que el Estado Italiano está asesinando poco a poco a Di Matteo. Y peor aún Di Matteo no es solo un ciudadano italiano, Nino es un ciudadano uruguayo, argentino, chileno, africano, colombiano, Nino es un ciudadano del mundo. Y que comprendiendo el valor de la Constitución y el sentido de la Democracia enfrenta a los nefastos poderes que intentan socavar nuestras democracias, por las que mucha sangre se ha derramado en las calles. Las de Giovanni (Falcone) y Paolo (Borsellino) fueron algunas de ellas.
No solo en Uruguay se pudo apreciar estas imágenes, también en Chile, en varias ciudades de Argentina y en Paraguay, hombres y mujeres con las mismas armas y los mismos sentimientos hicieron lo suyo frente a las embajadas que representa a ese Estado Cobarde y asesino que deja morir desangrados o divididos en mil pedazos a sus más dignos representantes.
Esta lucha es de todos, la muerte o la vida de Nino Di Matteo incumbe a todos. Pero no esperemos a llorar la muerte, no esperemos a bajar a las plazas cuando el cajón mortuorio camine despacio acompasado de la música fúnebre. La lucha es ahora, después ya será tarde.
Ciudadanos del mundo el momento es hoy, Nino eres tú, es él, soy yo, Nino somos todos. Porque todos estamos bajo un mismo cielo.
Erika Pais.
Montevideo, 19 de diciembre 2014.

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