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giorgioantimafia1CARTA ABIERTA AL CONSEJO SUPERIOR DE LA MAGISTRATURA
¿LA HISTORIA SE REPITE?
Por Giorgio Bongiovanni - 14 de Septiembre de 2011

De acuerdo al Reglamento Interno del CSM (Consejo Superior de la Magistratura) para iniciar un procedimiento disciplinario a un magistrado, una vez superada la primera fase “preliminar”, la ley prevé que :“el procedimiento disciplinario debe tener inicio no más tarde de un año a partir del día en que se ha tenido noticia del hecho, de la cual el Procurador General de Casación está en conocimiento, acto seguido del cumplimiento de las investigaciones preliminares sumarias o de denuncia circunstanciada o de señalación del Ministro de la Justicia”.
Frente a la urgencia del Comité de Presidencia del Consejo Superior de la Magistratura que ha comunicado la “tempestividad” con la que quiere ocuparse del caso Ciancimino – Ingroia, el paralelismo con el sombrío pasado del C.S.M. surge automáticamente.
Es evidente que para abrir un sumario administrativo a un magistrado es necesario tener indicios razonables. A este propósito me pregunto cuáles puedan ser los indicios probatorios como para hacer abrir un sumario administrativo al Fiscal Ingroia.
¿Basta de verdad una escucha telefónica ambiental del declarante Massimo Ciancimino que habla con un indagado por mafia, jactándose de su propia credibilidad, para hacer abrir un sumario al Fiscal Adjunto de la Direzione Distrettuale Antimafia. Más allá de la conversación como mínimo inoportuna y descalificadora respecto a la cual el Fiscal de Palermo Francesco Messineo y los abogados de Ciancimino han aclarado los hechos, lo que sorprende es precisamente la “tempestividad” del C.S.M. y el evidente objetivo político de atacar a un magistrado que se está ocupando de investigaciones muy delicadas sobre mafia y política.
A prescindir de que técnicamente un dato de ese tipo pueda ser suficiente como para abrir un sumario administrativo, el C.S.M., tendría que tener mucho cuidado para no repetir los graves errores del pasado. Y sobre este punto la historia es testigo.
Podría parecer una casualidad, o quizás en cambio sea una metodología sistemática de quien quiere ver muerto a un magistrado incómodo como Antonio Ingroia.
Bajo todo punto de vista parecería que este magistrado reviva los ataques padecidos por su mentor. No olvidemos que Paolo Borsellino fue sometido a una investigación por parte del C.S.M., fue interrogado por el Plenum del organismo del autogobierno y corrió el riesgo de que le fuera iniciado un procedimiento disciplinario por el simple hecho de haber concedido dos entrevistas a Saverio Lodato del periódico “l'Unità” y a Attilio Bolzoni del periódico “Repubblica”, en las cuales denunció el intento de desmantelamiento del pool antimafia mediante el nombramiento de Antonino Meli como Jefe del Juzgado de Instrucción en lugar de Giovanni Falcone. Entre los 10 miembros del C.S.M. que votaron a favor de Falcone se encontraba también Giancarlo Caselli, pero el anciano presidente de Sección de la Corte de Apelación de Caltanissetta había ganado por 4 votos de más. El mismo Falcone dimitió sucesivamente, (dimisión rechazada por el C.S.M.), en total apoyo al colega y amigo Paolo Borsellino y en total desacuerdo con los criterios de gestión del Juzgado de Instrucción inaugurados por Meli.
Al momento de los hechos Borsellino fue posteriormente exonerado, pero la señal que había sido enviada a la mafia era perfectamente clara: Borsellino debía ser aislado.

Que el C.S.M. no repita los errores del pasado.
El C.S.M. tiene que proteger a los magistrados, al máximo advertirlos o castigarlos cuando quede demostrado que han cometido algún ilícito, pero no tiene que convertirse en un “sanedrín” que aísla a los servidores del Estado de la misma forma que fueron aislados Falcone y Borsellino.
 
Hoy es necesario que el C.S.M. de una fuerte señal en relación a determinados magistrados sobreexpuestos. Sobre todo cuando queda suficientemente demostrado que un magistrado del calibre de Antonio Ingroia ha hecho arrestar a prófugos, condenar a mafiosos y sometió a investigación a políticos conniventes con la mafia. No olvidemos que gracias al trabajo de Ingroia, de Gozzo y de otros colegas suyos se logró llegar a la condena del Senador Dell'Utri a 9 años por “Concurso externo en asociación mafiosa”, condena que fuera confirmada en apelación con la reducción a 7 años (en espera del tercer grado de juicio), por no hablar de la condena a 10 años para el ex Nº 3 del Sisde Bruno Contrada  por “Concurso externo en asociación mafiosa”, condena confirmada por la Casación

Los errores del pasado del C.S.M., que aún hoy siguen cargados con gravísimas responsabilidades, podrían incluso ser “perdonados” en algunos casos a causa de la ignorancia de quienes los cometieron, cuando no se haya tratado de una verdadera complicidad. Pero hoy no. Hoy ningún error de semejante naturaleza podría ser perdonado. Después de la muertes de Falcone, Borsellino y de tantos otros mártires de la justicia, ninguna clemencia podrá ser concedida respecto a quien podría llegar a cargar con la responsabilidad del aislamiento de magistrados en primera línea sobreexponiéndolos a la venganza mafiosa. Sobre todo cuando a ese aislamiento lo provoca una evidente presión política.

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