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Colosiohijo1EL LLANTO DE UN MEJICANO
Introducción de Giorgio Bongiovanni, Fundador Director de Antimafia Duemila.

Desde hace años esperaba oír la voz de este joven abogado, hijo del candidato a la presidencia de México, que lleva el mismo nombre de su padre, Luis Donaldo Colosio, asesinado por la mafia mejicana por mandato político el 23 de marzo de 1994.  
No tenía dudas de que su forma de hablar y de escribir habrían expresado el elevado valor moral con el que ha sido educado por sus padres, con el ejemplo de vida de su padre. 
Yo espero de verdad que un día Luis Donaldo Colosio Riojas, pueda ser el nuevo candidato a la presidencia de México, un país estupendo, prisionero del narcotráfico y del dominio de la violentísima y despiadada mafia mejicana alimentada por una clase dirigente corrupta y parasitaria.
Por un tiempo me ocupé de la historia de Colosio, estudié los documentos procesales, entrevisté a testigos, periodistas y hombres políticos y estoy convencido de que este hombre justo fue víctima de una convergencia de intereses entre mafia, política y negocios que traen mucho a nuestra mente las historias de nuestra tierra. 
Sin embargo, si un día el poder estuviera en las manos de este noble joven, México podrá vivir su momento de rescate y la mafia tendrá los días contados, en cumplimiento del gran sueño de honestidad y libertad que tenía su padre.

EL LLANTO DE UN MEXICANO
Por Luis Donaldo Colosio Riojas {jathumbnail off}

Me preocupa. Me preocupa ver a un país olvidado por sus líderes, quienes se concentran en sacar adelante sus carreras y a sus partidos antes que a su gente.
Me preocupa ver un abismo de desigualdad y diferencia, permeado todo por la infame indiferencia de quienes tienen la responsabilidad de honrar la confianza de su gente.
ColosiohijoFotoDiarioPortalMe preocupa ver que en el Congreso imperan el caos y la desunión, que los ‘triunfos’ de mis diputados sean ver, quién difama más al otro o quién silencia con más fuerza. Que exista un aura de trabajos inconclusos y que los pocos que se dedican al trabajo son sopesados por quienes se dedican al ultraje. Me preocupa ver más respeto en las tribunas de un clásico de fútbol mexicano que en los escaños y curules legislativos.(¿que se puede esperar de la raza?)
Funcionarios públicos ausentes o sumisos (NISIC) (Ni trabajan, pero SI cobran) y fuerzas policiales abandonadas o corrompidas, es el maltrato que nos dejan nuestros gobernantes. Benditas aspiraciones de nuestros jóvenes con tanta materia prima corroída. No es sorpresa que ‘ni estudien, ni trabajen’ si el sistema educativo es cada vez menos adecuado y continúa decayendo gracias a quienes se supone deberían levantarlo. El empleo y las oportunidades son virtualmente inexistentes y nuestra economía es tratada con la lujuria de unos cuantos.
Me preocupa mi tierra, sangrando a borbotones, con sangre nacional y extranjera, de quienes depositaron su confianza en unos cuantos. Me preocupa que ‘esos cuantos’ tampoco sean eficaces porque ‘algunos muchos’ se empeñan en que fallen con tal de alzarse el cuello y alardear un ‘se los dije’.
La desigualdad de ideas nunca ha sido crimen, pero el callarlas y asesinarlas es nuestro nuevo movimiento nacional.
Miles de millones de pesos, de nuestro dinero, de nuestros impuestos, se reparten a ‘unos cuantos’ para hacer bien ‘muchos nadas’, mientras tanto nuestros niños tienen hambre, tienen sed y tienen miedo. Miedo, no de una inseguridad que crece sin medida, sino de lo que seguramente terminarán siendo: seres olvidados y marginados por su patria y a quienes luego se les reclame de ‘holgazanes’. Se les castigará por ineficientes y por no saber aprovechar las infinitas oportunidades inexistentes que tuvieron. Nuestros niños, ¿pero qué demonios les hicimos?
ColosiohijoMe preocupan todos y cada uno de los miembros de mi familia, más de 112 millones de ellos, que miran al futuro sin un rumbo certero, ese rumbo que nuestros predecesores se negaron rotundamente a asegurar y que ahora miran con desconcierto alegando que ‘no es su culpa’. Y la pelea continúa; y las divisiones incrementan; y las diferencias se exaltan; y nuestros niños, mientras tanto, sufren.
Me preocupa mi gente, que prefiere esconderse frente a una pantalla de televisión que detrás de un libro, o mejor aún, de un oficio. Me preocupa que la política de desarrollo colectivo nacional en estos momentos pareciera que se llama 'resignación'; pareciera que se llama 'derrota' (difícil pelear contra las diversas mafias que se apoderan de los puestos públicos para saquear el país).
Me niego rotunda y enfáticamente a quedarme dormido, a darme por vencido. Así me tachen de por vida de demente o inadaptado. Qué ilusos somos todos al pensar que México necesita héroes, si lo único que le hace falta es la atención de sus ciudadanos, o mejor quizá, unos cuantos más de estos.
Este es el movimiento de la tercera insurrección mexicana, cuyo campo de batalla se libra en nuestros propios corazones, donde las únicas armas que encontremos y utilicemos deberán ser la paz, el trabajo y la Patria: suficientes muertes ha soportado lo sagrado de este suelo, y la tierra que se tiñe de rojo con la sangre de mi sangre es testigo de mi entrega. La batalla se gana en el corazón de nuestra gente, al denunciar nuestras propias faltas al país... y a nuestra estampa.

(El autor es hijo de Luis Donaldo Colosio y Ana Laura Riojas y fundador del despacho Basave, Colosio, Sánchez Abogados, y catedrático de la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León.)

07-09-11

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