EL REGRESO DE MASSIMO CIANCIMINOEl hijo de Don Vito Ciancimino logra hacer postergar la destrucción
de las escuchas telefónicas entre Napolitano y Mancino
Por Giorgio Bongiovanni – 11 de Febrero de 2013
No podemos hacer más que recibir con satisfacción la decisión del Juez Instructor del tribunal de Palermo Riccardo Ricciardi de postergar la destrucción de las escuchas telefónicas entre el ex Ministro del Interior Nicola Mancino y el Jefe del Estado, Giorgio Napolitano. Una decisión tomada en in extremis gracias al valor de uno de los acusados en el proceso sobre la negociación Estado-mafia, Massimo Ciancimino. Sus abogados, Roberto D'Agostino y Francesca Russo, presentaron un recurso en Casación contra la negación de su solicitud de escuchar las 4 llamadas, en las cuales podría haber elementos que podrían ser relevantes para la defensa de su cliente. Un acto que provocó que el juez palermitano volviera sobre sus pasos decidiendo esperar el pronunciamiento de la Suprema Corte. Una decisión oportuna después de que la sentencia de la Corte Constitucional y la primera decisión del juez Ricciardi, representaban un acto ilegal e inconstitucional.
De Massimo Ciancimino todo se puede decir menos que no tiene voluntad de luchar para llevar adelante su verdad. De todos los acusados el único que decidió oponerse a la destrucción de las grabaciones fue Ciancimino. ¿Acaso el contenido de las mismas puede complicar ulteriormente la posición de algunos? Veremos cómo termina este asunto. Algo que es seguro es que a pesar de las polémicas suscitadas por Ciancimino por su colaboración con la justicia, en las que no estuvieron ausentes algunas contradicciones de su parte, si hoy se está celebrando una audiencia preliminar sobre la negociación es también gracias a las revelaciones del hijo de Don Vito. De hecho fue Massimo Ciancimino quien hizo “recobrar la memoria” a la gran cantidad de olvidadizos del Estado. También fue Ciancimino quien demostró, aportando documentos cuya credibilidad fue confirmada por los Fiscales de Palermo, la existencia de la negociación entre Estado y mafia. Negociación de la que el arrepentido Giovanni Brusca ya había revelado su existencia al desaparecido Fiscal Gabriele Chelazzi en 1998 durante el proceso de Florencia sobre los atentados de 1993. A lo largo de su camino de testimonio con la justicia Ciancimino incluso ha cometido errores, los cuales le costaron su arresto por calumnia agravada, solicitado y obtenido por los fiscales de Palermo. Pero quedará en los anales de la historia el hecho de que si todavía queda una esperanza de que el pueblo italiano algún día pueda escuchar las llamadas telefónicas entre Mancino y Napolitano, será gracias al valor del hijo de un mafioso y de sus abogados defensores que ejercitaron el derecho a la defensa, mientras que el “Estado-mafia”, una vez más respondió con el silencio de la omertà.
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