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armi-leggere-pistoleARMAS DE GUERRA, LOS ESTADOS CANALLAS SON NUESTROS CLIENTES
 Por Antimafia Duemila
El artículo 11 de la Constitución italiana dice textualmente: “Italia repudia la guerra como instrumento de ofensa a la libertad de los demás pueblos y como medio de resolución de las controversias internacionales”. Sin embargo no solo como miembros de la OTAN en los últimos años hemos participado en todas las actividades de guerra, porque de esto se trata, en Irak, Afganistán y Libia, sino que además estamos entre los líderes mundiales de la venta de armas, líder para la venta de la muerte y del sufrimiento. Espero que el Papa Francisco, entre las importantes denuncias que ya está haciendo, incluya esta otra, advirtiendo fuertemente a los asesinos comerciantes de muerte, incluido el gobierno italiano, sobre el juicio de Dios.
(Giorgio Bongiovanni, director de Antimafia Duemila)
EXPORTACIONES “FUERA DE LA LEY” POR 2700 MILLONES
HACIA PAÍSES EN CONFLICTO

Por Enrico Piovesana
Con tres meses de retraso, finalmente el Gobierno transmitió al Parlamento el informe anual sobre la exportación de armamentos italianos. De dicho documento, del cual el periódico “Il Fatto Quotidiano” logró obtener una copia en forma de primicia, surge que el año pasado el gobierno de Monti autorizó contratos de venta por 2700 millones de euros (valor neto de los programas intergubernamentales de cooperación industrial): una leve flexión con respecto a los 3000 millones del año anterior.

En los primeros puestos del valor contractual de las ventas se encuentran casi todas las empresas de propiedad o participadas por Finmeccanica: la que más se destaca es Alenia Aermacchi (con mil millones de exportación ‘pura’), seguida por Agusta Westland (490 millones), Selex Galileo (189), Mbda (172), Oto Melara (142), Fincantieri (68), Avio (66), Rheinmetall Italia (63), Piaggio Aero (60), Whitehead Alenia (59), Simmel Difesa (54), Selex Sistemi Integrati (47).
Los artículos más exitosos del catálogo bélico ‘made in Italy’, temporada 2012, fueron como siempre los aviones, helicópteros, barcos, tanques de guerra, artillería, bombas, misiles, torpedos, fusiles, municiones y armas químicas antidisturbios, (los gases lacrimógenos Cs producidos por la empresa Simad, vendido en grandes cantidades a las policías de Brasil, Bangladesh, Rumania y España).

Según la ley 185 de 1990, que regula la exportación militar italiana, las empresas italianas no pueden hacer negocios con países en conflicto o en los que se hayan verificado graves violaciones de los derechos humanos o cuya inversión en armamento sea excesiva en relación a la realizada en el ámbito social. Pero la lista de las naciones con las cuales la industria bélica tricolor sigue firmando contratos no parece respetar dichos criterios. En primer lugar se encuentra Israel (473 millones de exportaciones autorizadas), seguido por los Estados Unidos (419), por el régimen argelino de Abdelaziz Buteflika (263), por la dictadura unipartidaria de Turkmenistán (216) y por la monarquía autoritaria de los Emiratos Árabes (150). La lista continúa con países como India (109 millones), militarmente activa en Kashimr así como también en contra de la insurgencia naxalita; la República de Chad (88), una nación muy pobre con un ejército que aún hoy enrola a niños-soldado y que ha sido desestabilizada por rebeliones armadas; Turquía (43), eternamente en conflicto con los independentistas curdos; Arabia Saudita (39), monarquía autoritaria e irrespetuosa de los derechos humanos fundamentales; Pakistán (24), en guerra abierta con los talibanes locales; Libia (20), donde siguen los enfrentamientos; Tailandia (13), sumergida en el conflicto contra los independentistas musulmanes; Afganistán (8), lugar en el que incluso nosotros los italianos estamos en guerra. Entre los destinatarios de exportaciones menores figuran otros Estados difícilmente compatibles con la ley 185, como son: Líbano, Kosovo, China, Rusia, Vietnam, Zambia, Behrein, Omán, Colombia, Perú y Filipinas. Esta última, una Nación que por décadas ha estado en guerra con guerrilleros islámicos y comunistas, aunque está destinada a escalar rápidamente las listas de la exportación bélica italiana gracias a un pedido de dos barcos de guerra a la empresa naval Fincantieri por un valor de 310 millones.

Obviamente quienes realizan la intermediación financiera son los bancos, que gracias a dichas operaciones obtienen enormes ganancias. En el 2012 el 81% de la suma completa de las exportaciones fue negociado por tres instituciones bancarias: la sucursal italiana de BNP Paripas, con intermediaciones por casi mil millones de euros (el 34 % del total), Deutsche Bank con 740 millones (27 %) y Unicredit con 540 millones (20 %). Siguen Barclays con 230 millones (8 %), BNL con 108 millones (4 %), Carispezia con 68 millones (2,5 %) y otras instituciones (pequeñas y grandes) que se reparten las migajas (siempre son millonarias) de esta torta.

“A pesar de las quejas, no parece realmente que el reparto militar italiano se encuentre en una situación problemática, sobre todo con respecto a otros sectores productivos”, observa el responsable de la Rete Disarmo (Red por el Desarme), Francesco Vignarca, que está por publicar en la página de la revista “Altra Economia” un análisis detallado del informe. “El problema es que nuestras armas siguen llegando a los lugares más problemáticos del globo: ¿estamos realmente convencidos de que de esta forma nuestra política exterior, cuya exportación de armas está sujeta a la ley, contribuye a la paz a nivel internacional?”

Extraído de: Il Fatto Quotidiano
 
http://www.antimafiaduemila.com/2013071444052/crisi/armi-da-guerra-gli-stati-canaglia-sono-nostri-clienti.html

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