TRATATIVATARTAGLIA200Dio comienzo la requisitoria del fiscal

Por Lorenzo Baldo y Aaron Pettinari - 14 de dicembre del 2017

"Este proceso ha cruzado y aún cruza una parte importante de la historia, desde mediados de los años ochenta hasta el final de los noventa, y pone en la mira a las relaciones que consideramos indebidas entre algunos líderes de Cosa Nostra y algunos miembros de las instituciones y el Estado.Una historia que más allá de la retórica y la línea de firmeza tantas veces evocada por los protagonistas institucionales de los eventos, más allá de la retórica formal acerca de que las instituciones del Estado han combatido siempre en forma unida y compacta a Cosa Nostra, ve a esa línea de firmeza a menudo traicionada y evocada como un pretexto, como una tapadera. La verdad que surge es otra, la de una parte importante y transversal de las instituciones que, impulsada sobre todo por necesidades personales, políticas, egoístas y por la ambición de poder, se ha escudado de contrabando tras razones de Estado.Y esa parte de las instituciones ha buscado el diálogo y un compromiso parcial con Cosa Nostra, en forma oculta, escondida, clandestina y desvinculada de cualquier regla inspirada en un Estado fundado en el derecho. Y los resultados fueron, de hecho, la realización total de los deseos más antiguos impulsados por Cosa Nostra". Con estas palabras el fiscal adjunto de Palermo, Roberto Tartaglia, abrió la acusación en el aula búnker de Palermo.
El presidente Alfredo Montalto, después de rechazar la solicitud de incorporar un nuevo análisis de audio realizado con un espectrograma presentado por el abogado de Marcello Dell'Utri, que debería haber refutado las transcripciones de la fiscalía sobre las conversaciones entre el jefe Giuseppe Graviano y el compañero de prisión Michele Adinolfi, declaró cerrada la investigación preliminar. En las disposiciones del tribunal se admitió el audio de las escuchas telefónicas en la cárcel de Graviano luego de haberse "limpiado" el ruido de fondo, algunos documentos solicitados por los fiscales fueron incorporados como parte de los recuperados de la Fundación Spadolini y la transcripción de la deposición del ex Presidente del Senado Nicola Mancino, en noviembre de 2010, ante la Comisión Nacional Antimafia.
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Il pm Roberto Tartaglia © Paolo Bassani


Atentado al cuerpo político del Estado y "mediación oculta"
En el transcurso de la discusión el fiscal Tartaglia resaltó cuáles son las imputaciones del proceso a partir del artículo 338 del código de procedimiento penal que castiga la violencia y/o la amenaza al cuerpo político del Estado.
"Despejamos el campo de un malentendido - dijo el magistrado - el creado por el lema banal de que este es el proceso de la tratativa y que el trato no es un crimen. El proceso es por atentado al cuerpo político del Estado y se muestra en la conducta descripta en la acusación, a partir de los mafiosos Riina, Provenzano (ambos fallecidos), Brusca, Bagarella y Antonino Cinà. Ellos llevaron a cabo la acción típica del 338 y lo hicieron en diferentes momentos. Una acción que comenzó con el asesinato de Lima, la primera ejecución de la amenaza dirigida no solo a Lima sino a todo el gobierno de ese momento, y hacia el presidente Giulio Andreotti. El camino de una campaña de intimidación en contra de las instituciones que luego conduciría al comienzo de la mediación. Con un propósito que era el de la venganza, pero que también tenía la intención de dar un mensaje al Gobierno y a las instituciones. Lo que Cosa Nostra buscaba era una mediación oculta y una mediación oculta es lo que tuvimos".
Tartaglia le recordó a la corte las palabras de Totò Riina cuando estaba en prisión. "Yo al gobierno le tengo que vender muertos", dijo durante el paseo con su amigo de la hora de aire Alberto Lorusso el 18 de agosto del 2013. "Es la lógica de los atentados. Han vendido muertos para tener a cambio una contraprestación - agregó Tartaglia – Que es lo que sucederá luego con Vito Ciancimino y con las condiciones para poner fin al ataque frontal a las instituciones".

Se trata de los imputados institucionales del proceso que, según la acusación, "primero hicieron de motor y luego de cinto de transmisión de la amenaza al cuerpo político del Estado". De hecho, según el fiscal, ellos fueron los mediadores. "Dos son políticos, Dell'Utri y Mannino (en resumen, absueltos en primera instancia y en trámite la apelación) - añadió Targaglia - que en diferentes momentos han sido el motor y el cinturón de transmisión de esa amenaza. Una mediación a ese mensaje de intimidación. A ellos se los acusa de haber facilitado el desarrollo de la tratativa. Luego están los hombres de los principales aparatos del país que han sido el anillo de conexión entre Cosa Nostra y las instituciones. Los que contactaron en representación de Mannino a hombres vinculados a Cosa Nostra, incluido Vito Ciancimino, facilitando así un canal para solicitarle a Cosa Nostra que detenga la estrategia de los atentados".

TRATATIVATARTAGLIA3Salvo Lima, al centro, e Vito Ciancimino, a destra


La mediación
Al hablar del papel de la mediación, el fiscal recordó la doctrina de la Corte de Casación con respecto a los mediadores en casos de extorsión. "En esos casos existe la mediación de un sujeto que no pertenece a Cosa Nostra, quien interviene para hacer que se pongan de acuerdo. Incluso en nuestro artículo 338 es una amenaza y una intimidación. Esta amenaza se dirige a una solicitud que no será una contribución para los presos, pero es una solicitud. Tenemos sujetos institucionales que intervinieron para detener esa intimidación, para detener la acción represiva. La Casación establece tres condiciones para demostrar cuándo el mediador responde al dolo y cuándo no. La primera: el mediador, si no quiere ser punido, debe haber actuado a petición de la persona ofendida y no actuar de manera independiente o por la sugerencia de terceros. La segunda: el mediador para no ser punido debe haber actuado en el interés exclusivo de la parte ofendida. La tercera es el efecto de las dos primeras: la Casación dice que el mediador actúa en el interés de la víctima, pero bajo la modalidad de tal protección para quienes incurrieron en las conductas que han puesto en la cárcel a los autores del delito, protegiendo a los autores del mismo y creando un cono de sombra. Esto se llama concurso en el delito de extorsión. Ninguna de estas condiciones fue respetada por Mori, De Donno, Subranni y Dell'Utri".

Tartaglia luego destacó cómo en la mediación de políticos y agentes de la policía judicial "no había nada legal, solo la violación de cada una de las normas. No está el interés de la persona ofendida. Los imputados tenían intereses de parte, continuar haciendo política protegiéndose del riesgo de represalias, e intereses políticos, administrar el poder de una manera oculta e invisible". "El interés del Gobierno de la República - especificó - solo puede ser uno: el de la represión según las leyes que legislan sobre los crímenes cometidos, la detención de todos los prófugos sin una selección arbitraria y la prevención de nuevas matanzas". Todas las conductas de los acusados han desatendido y traicionado estas expectativas".

TRATATIVATARTAGLIA4Ingresso in aula di Gaspare Spatuzza


La zona franca
Por otra parte, respecto a las acciones que involucraron a Vito Ciancimino y Paolo Bellini "en todas esas actividades de mediación, nunca los funcionarios del ROS han pensado en implementar iniciativas destinadas al seguimiento para saber por dónde andaba Vito Ciancimino". No hay nada. La razón es dada por Mori a Violante, Mori dice 'este es un discurso político'. Esta fue la mediación llevada a cabo por Mori, Subranni y De Donno con modalidades ocultas. La protección para evitar el riesgo del arresto la han proporcionado los oficiales del ROS a Cosa Nostra y la proporcionaron en los hechos cuando se aseguraron de que la tratativa se llevara a cabo de manera confidencial también en el extranjero, sustrayendo a la autoridad judicial un terreno por definición sujeto a cualquier riesgo. Crearon una zona franca en los principios del derecho. En ese momento las reglas fueron suspendidas con resultados desastrosos". Según la acusación esa operación ayudó a "fortalecer a la organización criminal, para confirmar, reforzar y orientar la voluntad de Cosa Nostra para atacar al Estado, con la elección de objetivos que luego de iniciada la tratativa se volvieron diferentes".
Objetivos que fueron expresados plásticamente en las palabras de los arrepentidos Giovanni Brusca y Antonino Giuffré. Justamente este último habló de un "mecanismo perverso" que se activó con "un paso adelante y uno atrás". Y luego otra vez Gaspare Spatuzza que se refiere a las palabras de Giuseppe Graviano. "Estamos dejando atrás a los muertos que no nos pertenecen", dijo el ex asesino de Brancaccio. "Está bien - respondió el jefe mafioso - así aquellos que tienen que moverse dan un paso".

Dossier Processo trattativa Stato-Mafia
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