cuerno200Por Bruna Sironi - 02 de Marzo del 2018

La proximidad de Yemen y la estratégica posición geográfica han favorecido la multiplicación, en la región, de estructuras militares pertenecientes a diferentes naciones involucradas en el conflicto o interesadas en el control comercial. Una concentración que ha contribuido a aumentar las tensiones, en un área ya muy inestable.

En los últimos años, el Cuerno de África se ha vuelto cada vez más estratégico y codiciado. Un mapa de la región que limita con el Golfo de Adén y el Mar Rojo, recientemente publicado por un centro de investigación estadounidense (foto a la derecha), hace visible la carrera por controlar el área a través de la presencia de bases militares de potencias que confrontan en Medio Oriente, y no sólo eso.

El mapa también muestra claramente la preocupante aceleración que tuvo lugar a partir del 2015 y especialmente durante el 2017. Los más activos fueron los Emiratos Árabes Unidos (EAU), cuya primera intervención en el área se remonta al 2010, cuando comenzaron a proporcionar asistencia en materia de seguridad en Puntland, una de las regiones federales de Somalia, situada frente a las costas yemeníes.
Hoy los Emiratos Árabes Unidos tienen 5 bases militares en la costa africana y en las islas adyacentes. Se abrieron dos en el 2015, respectivamente, en el puerto de Assab, en Eritrea, y en Mogadiscio, Somalia. Las bases comenzaron a funcionar al mismo tiempo que el estallido de la guerra yemení, en la que los EAU luchan en la coalición liderada por Arabia Saudita. El año pasado se abrieron otros 3 en Berbera, Somalilandia, en la isla de Perim, protegiendo el estrecho de Bab el Mandeb, y en la isla de Socotra. Una especie de cable que garantiza el control prácticamente total de las costas de Yemen y, por lo tanto, también la intercepción de eventuales suministros para los rebeldes Houti, sostenidos por Irán y, según los saudíes, por Qatar, que durante el último verano ha estado sometido a un bloqueo económico y al aislamiento político, medidas sólo parcialmente exitosas.

Turquía

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El otro país particularmente activo en los últimos años en la región es Turquía, antagonista de Arabia Saudita en el conflicto de Oriente Medio y aliado de Qatar, cuyo emir comparte la ideología política de la Hermandad Musulmana. En septiembre del año pasado Ankara abrió la mayor base militar extranjera en Mogadiscio, con el objetivo oficial de adiestrar al personal del ejército somalí. En diciembre se firmaron también importantes acuerdos militares con Sudán, con el objetivo oficial de adiestrar al personal del ejército somalí. En diciembre se firmaron también importantes acuerdos militares con Sudán, otro país cuyo gobierno está inspirado en el Islam y la política de los Hermanos Musulmanes. Se ha hablado mucho de una base militar en Suakin, antiguo puerto sobre la costa sudanesa del Mar Rojo, desde la que parten los ferries a Jeddah, importante puerto saudita. La ruta, que se utiliza principalmente durante el período de la peregrinación a la Meca del mundo musulmán, es de una extraordinaria importancia social y política, así como religiosa. Los rumores, no confirmados ni por Ankara ni por Jartum, fueron suficientes para exacerbar las ya elevadas tensiones en la región. El hecho es que a principios de este año, las autoridades turcas han aprobado un fortalecimiento de la presencia militar en el exterior, sobre todo en las bases de África, mientras que delegaciones de Turquía viajan regularmente a Suakin, oficialmente para discutir la restauración de los edificios antiguos de la isla de Suakin, uno de los lugares más fascinantes y ricos de la historia de Sudán.
También se dice que Ankara está negociando la apertura de una base en Yibuti. Precisamente en Yibuti es evidente cómo, en la zona, los intereses de las potencias regionales se suman a los de los poderes que se enfrentan a nivel mundial. En el país, muy pequeño pero con una extraordinaria importancia estratégica, existe la mayor concentración de bases militares en el mundo. Estados Unidos tiene su única base permanente en África en Camp Lemonnier, en las afueras de la capital, relevada por los franceses tras el ataque terrorista contra las torres gemelas, el 11 de septiembre del 2001. Objetivo: la lucha contra el terrorismo en las dos orillas del Mar Rojo y el Golfo de Adén.

China
Las operaciones antipiratería a lo largo de Somalia han facilitado el establecimiento de las bases de algunos países europeos, incluida Italia. Pero la cifra más significativa es la apertura, en agosto del 2017, de la única base china en el extranjero, en el Golfo de Tadjoura, en el norte del país. Oficialmente debería ser una base logística para la armada china, pero los rumores y las fotos satelitales dicen que es una gran base militar en pleno apogeo.
La carrera hacia el Cuerno de África no solo se juega a nivel militar, sino también a nivel económico. El caso de China es claro. Antes de establecer la presencia del ejército, Beijing ha invertido fuertemente en el área en infraestructuras claves para el desarrollo de los países beneficiarios. Etiopía y Yibuti han recibido un apoyo especial, pero también Sudán y Sudán del Sur tienen una relación privilegiada con Beijing. En Kenia, bromeando, se dice que los chinos son ahora una de las principales tribus del país. Yibuti es también un centro comercial y de comunicaciones muy importante para China, destinado a consolidar la penetración del continente no solo con productos, sino también de conocimiento tecnológico y científico, fortaleciendo una posición económica que ya es inigualable en el área y una influencia diplomática en claro ascenso. No es coincidencia que haya participado por primera vez en una misión de paz de la ONU en Sudán del Sur y que haya sido propuesta para mediar en el conflicto fronterizo entre Yibuti y Eritrea, después de la retirada de las tropas intervinientes de Qatar, el verano pasado.
Turquía también está consolidando su peso económico, particularmente en los países ideológicamente cercanos, a saber, Sudán y Somalia. Lo está haciendo en sectores claves para una evolución sociocultural de los países en los que interviene, como la educación y el alivio a las poblaciones en tiempos de crisis. Pero también invierte en apoyo a la balanza de pagos, por ejemplo en Somalia, donde también se dedica a la reconstrucción del país y a la construcción de nuevos barrios en Mogadiscio.

Qatar
Son también muy importantes las inversiones de Qatar en la zona y particularmente en Sudán -donde se financia, entre otras cosas, una serie de aldeas modelo en Darfur-, pero también en Sudán del Sur, Somalia y Etiopía y en otros países de la zona. Las inversiones de Qatar se suman a las de Arabia Saudita y a las de otros países petroleros del Golfo, casi en un juego de ajedrez entre quienes invierten más, a cambio de una mayor influencia. Muestra de ello es la situación en Sudán que intenta permanecer en equilibrio entre las dos coaliciones que chocan en el Medio Oriente, participando de la guerra en Yemen en la coalición saudí, pero también fortaleciendo los lazos con Turquía y Rusia, y manteniendo vivos los que tiene con Qatar.
La presencia de tantos actores diferentes ciertamente trajo algunos beneficios económicos, pero al mismo tiempo ayudó a aumentar las tensiones en un área ya muy inestable. Tanto es así que varios analistas se preguntan si no será el Cuerno de África la próxima escena de los enfrentamientos que ya han devastado y siguen devastando el Medio Oriente.

Extraído de: nigrizia.it