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oligarcasEL CASO BIDEN, LOS DIENTES DE LOS OLIGARCAS
Por Pino Cabras - 15 de Mayo de 2014 (Video)
El hijo del vice Presidente de los Estados Unidos en el centro de la industria del gas en Ucrania, junto al ex Presidente de Polonia. Las flexibles alianzas con mundos mafiosos
R. Hunter Biden, hijo del vice Presidente de los Estados Unidos, Joe, ha heredado de su padre un increíble número de dientes. Con los que sonríe enérgicamente en sus fotos oficiales. Ahora nos informan que esos dientes están hincados en uno de los escaños más ansiados de Ucrania, convirtiéndolo en uno de los nuevos dueños de la Kiev post-golpista. De hecho el joven Biden hace poco asumió su cargo en el consejo de administración de la compañía ucraniana más importante de extracción de gas, llamada Burisma, que cuenta con sus pozos en Europa y con su sede en Chipre, donde la controla otra empresa off-shore de derecho chipriota, la Brociti Investments Ltd. Luego veremos hacia dónde nos llevan las huellas.
bidenDurante el vuelo que lo trasladaba desde los cielos de la élite estadounidense hasta las altas esferas de la oligarquía de un País post-soviético, el pimpollo norteamericano tuvo la oportunidad de reflexionar sobre cómo ha cambiado la palabra oligarca. Hasta hace veinte años el oligarca era un exponente genérico de un sistema de Gobierno impuesto a todos por unas pocas personas. En cambio el oligarca post-soviético es algo más específico: es un hombre de negocios que ha acaparado – mientras ocupaba una posición de poder derivada de la política – las inmensas riquezas públicas obtenidas gracias a la salvaje privatización de la economía soviética después de la caída de la Unión Soviética. Este tipo humano a esta altura es el único al que aún se le sigue calificando como oligarca. La ruso fobia que reina en el discurso público occidental se encarga del resto: es más, en el Este, en Rusia, están los oligarcas; en cambio aquí, los sanos empresarios de virtudes brillantes que jamás se atreverían a descuartizar una Nación. De lo contrario ¿cómo se le podría definir a Carlo De Benedetti?
Paciencia si muchísimos oligarcas rusos, antes de decidir si apoyar o combatir la nueva “vertical del poder” de Putin, hayan sido antes que nada criaturas occidentales. Pero Hunter Biden está allí para recordarnos, con su cursus honorum y sus dientes, apretando una cuchara de plata, que los oligarcas también existen aquí en el Oeste, y que prosperan y además frecuentan todos los pasillos que llevan a las salas del dinero, de los gobiernos, de los servicios de inteligencia.
Con una colosal excusatio non petita, igualmente en Washington intentan decírnoslo: según ellos, los contactos en el Gobierno, para el hijo del número dos de la Casa Blanca no cuentan. Y por lo tanto Biden ha obtenido su cargo en la lejana colonia europea solo gracias a su curriculum. Si los hechos dicen otra cosa es culpa nuestra, porque somos prejuiciosos.
biden3De hecho no es más que una simple coincidencia que el 21 de Abril Biden el Viejo llegara con su dentadura a Kiev para dictar sus deseos, y que precisamente en esos días Biden el Joven se convirtiera en el homoamericanus de la empresa más estratégica del País, en plena batalla por el gas.
La sospecha es que allá abajo hiciera falta un oligarca con experiencia, precisamente, que oficiara de intermediario entre la oligarquía local y los “Optimados de Washington”. Y el Dr. Hunter Biden contaba realmente con el curriculum adecuado para esta urgente tarea: una carrera universitaria cursada en las más prestigiosas y elitistas universidades privadas, así como un impresionante trabajo de interconexión interno e internacional entre multinacionales, organizaciones no gubernamentales repletas de valores (dinero) gubernamentales, despachos de abogados de súper lobistas, etc.
Pero sobre todo Hunter Biden es uno de los colaboradores más cercanos del Presidente del National Democratic Institute for International Affairs (NDI), una organización creada por el Gobierno estadounidense como una emanación de la National Endowment for Democracy (NED) para canalizar contribuciones y donaciones dirigidas a “reforzar la Democracia” en 125 Naciones diferentes. Es decir, un limosnero político, una de las fábricas de las revoluciones de colores de medio mundo, presidida nada menos que por Madeleine K. Albright, ex Secretario de Estado en la época de Bill Clinton y del bombardeo de Serbia. Es la misma personalidad política que dijo en televisión que medio millón de niños muertos por el embargo a Irak habían sido “un precio justo”, y que había valido la pena (“the price is worth it?”). Biden elige muy bien sus compañías. Siempre con Albright forma parte de los administradores del Truman National Security Project, un centro de formación que invierte una enormidad de recursos para forjar generaciones enteras de exponentes políticos progresistas alrededor de los temas de seguridad nacional. Si llegáis a escuchar a algún vago exponente de izquierda que hable bien de la guerra, ya sabéis de dónde saca las sugerencias.
Según Hunter Biden, la tarea de Kiev consistirá en dar buenos consejos sobre “transparencia, corporate governance y responsabilidad, expansión internacional y otras prioridades” con el fin de contribuir, nada menos que “a la economía y al bienestar del pueblo ucraniano”.
Parecería estar escuchando las mismas palabras pronunciadas en 2003 para Irak por Paul Bremer, el gobernador colonial que llegó a su cargo gracias al presidente George W. Bush cuando invadió y devastó ese País. Pero mientras los imperialistas republicanos tenían una concepción rudimentaria de la “exportación de la Democracia”, la gente del NDI es más dúctil, porque afirma que “el NDI no pretende imponer soluciones ni considera que un sistema democrático se pueda llegar a repetir en alguna otra parte”. Como mucho el NDI “comparte experiencias y ofrece una serie de opciones de forma tal que los líderes puedan adaptar esas prácticas e instituciones que puedan trabajar mejor en su ambiente”.
Por lo tanto “Adaptar” es la palabra clave. Y los imperialistas democráticos norteamericanos en Ucrania se han “adaptado” tan bien que se han aliado con los partidos de ribetes fascistas y formaciones paramilitares nazis.
biden4Se trata de una escandalosa alianza que no turba en lo más mínimo a los exponentes del Partido Socialista Europeo. Como tampoco escandaliza al multimillonario Ihor Kolomoyskyi, fundador de la European Jewish Union, con doble ciudadanía ucraniana e israelí, co-propietario del banco Privat y de varias sociedades que han identificado grandes reservas de gas natural precisamente en las zonas ucranianas en las que se está combatiendo.
Una investigación de Forbes describió perfectamente la forma en la que Kolomoyskyi forjó su fortuna: “Kolomoyskyi utilizó las fuerzas ‘casi-militares’ del banco Privat para hacer valer la adquisición hostil de empresas, enrolando a un grupo de ‘vándalos, armados con bates de beisbol, barras de hierro, gases y pistolas con balas de goma y motosierras’ para tomar por la fuerza una empresa siderúrgica en Kremenchuk, en 2006, y utilizó ‘un mix de órdenes falsas del tribunal (a menudo firmadas por Jueces y/o cancilleres corruptos) y de fuertes modales para reemplazar administradores en los consejos de administración de las sociedades de las cuales adquiría las participaciones”. Se ve que en Forbes no están muy familiarizados con la crónica antimafia, que en cambio utilizaría conceptos más breves para describir el perfil criminal de un personaje semejante.
El Presidente golpista Turchynov, en todo caso, lo nombró gobernador del Oblast de Dnipropetrovsk, una región que limita con los puntos álgidos de la revuelta de los rusos de Ucrania. Kolomoyskyi prometió “una talla para quienes capturen a los militantes apoyados por los rusos y una recompensa para quienes depongan las armas”.
Este magnate de la finanza y del gas – entre un compromiso mafioso y otro – será uno de esos campeones de “transparencia corporate governance y responsabilidad” con quienes tendrá que tratar Mister Biden Jr.
Aquí hay un punto aún más interesante.
La página de internet de documentación anticorrupción ucraniana (AntAC), de inspiración primordialmente norteamericana, en 2012 intentó identificar a quién podría pertenecerle realmente la empresa Burisma, que se presenta como la cara más visible a la luz del sol de la cadena de propiedades de la empresa de gas. Una vez que se mueven en el territorio financiero off-shore, las huellas se vuelven más difíciles de seguir, como en una caza del tesoro mundial. Como hemos visto dicha empresa de gas está bajo el control de la entidad chipriota Brociti Investments Ltd, que había tomado la gestión después de sus antiguos propietarios, los oligarcas Mykola Zlochevsky (Ministro de la energía del derrocado Presidente Yanukóvich) y Mykola Lisin (que mientras tanto había fallecido). En el esquema financiero de la venta de la entidad Brociti parecería estar involucrada otra gran empresa del sector de los hidrocarburos, la Ukrnaftoburinnya. Si queremos saber quién posee Ukrnaftoburinnya, las huellas regresan a Chipre, lugar en el que el 90% de la sociedad está en las entrañas de la Deripon Commercial Ltd. Aquí tenemos que realizar un vuelo más largo, porque la empresa Deripon a su vez está bajo el control de un holding de las Islas Vírgenes Británicas, la empresa Burrad Financial Corp. Allá abajo la niebla, si bien en los trópicos, se vuelve mucho más densa. Pero el nombre de la Burrad sin embargo no es insignificante, porque destaca figura en varias investigaciones que reconstruyen las operaciones financieras realizadas por el banco Privat. Es decir, el banco de Ihor Kolomoyskyi.
De todos modos para Forbes, es probable que el propietario siga siendo Zlochevsky (con un posible doble juego de su parte).
Ya lo sé. A este punto os sentiréis perdidos. También yo. Pero intento hacer un resumen.
Kolomoyskyi, a través de una sociedad off-shore, era el dominus de la Burisma, la empresa de extracción de gas más importante de Ucrania, en la que ahora trabaja en primera persona el dientudo de Hunter Biden.
Kolomoyskyi la cedió oficialmente, gracias a un esquema financiero que le era familiar, a una empresa off-shore de la que perdimos las huellas de los propietarios.
Al mismo tiempo Kolomoyskyi se ha convertido en una autoridad política territorial de referencia para las áreas en las que se sospecha de la presencia de grandes reservas de gas en manos de la sociedad de la cual Biden es administrador.
Ucrania, gracias a las nuevas tecnologías de extracción de hidrocarburos desarrolladas en los últimos años en los Estados Unidos, ha pasado a ser un centro de atracción para exploraciones y aprovechamiento de nuevas áreas. La explotación de dichos yacimientos – ahora completamente aprovechables en la órbita norteamericana – amenaza abiertamente la posición dominante de Gazprom, es decir, el arquitrabe energético de la renacida potencia rusa.
El hecho de que el corazón del poder estadounidense se moleste en manejar tan de cerca el asunto del gas enviando al hijo del vice Presidente confirma la creciente relevancia política de este partido. Solo la condición subalterna, la posibilidad de ser chantajeados y las míseras ambiciones sub-dominantes de los políticos europeos podían permitir este juego.
No es causalidad que el otro eminente consejero de administración de la Burisma – que también cuenta con un perfil absolutamente político – sea el ex Presidente de Polonia, Aleksander Kwaśniewski, un campeón de injerencia atlantista (y polaca) en Ucrania.
El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, ironiza, mientras declara que no ve un conflicto de interés en el papel que cumple Biden. “En el fondo, como todos saben, no hay nada de gas en Ucrania. El gas de Ucrania es ruso”. Y muestra los dientes. Los suyos.
Extraído de: megachip.globalist.it

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