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Por Alejandro Díaz, de  OUR VOICE, de Córdoba- 5 de marzo DE 2019

“La verdad parcial sigue siendo una verdad negada”, dijo Nino Di Matteo, el Fiscal Antimafia Italiano.

Una frase profunda, que no solo busca la verdad de aquellos hechos aun en tinieblas, sino que, al mismo tiempo, acusa a todos aquellos que durante años aceptaron verdades parciales para esconder los sucios pactos debajo de la alfombra.

Acusa a aquellos que parcializan la verdad y que por oportunismo político, se presentan en los actos conmemorativos a rasgarse las vestiduras, pero que a la hora de tocar los verdaderos centros de poder hacen silencio, o peor aún, buscan provechos egoístas.

Acusa a aquellos que votan leyes laxas y superficiales, que buscan solo reprimir los delitos del bajo fondo, pero que evitan agravar las penas de los delitos económicos y de corrupción, propios de los Cuellos Blancos y del parasitismo del Estado.

Acusa a aquellos que piden benevolencia para represores y asesinos seriales, estos profesionales del tormento y la muerte, que componen el brazo armado del Sistema Criminal Integrado.

Acusa a aquellos que entienden a la Criminalidad Organizada solo como una “asociación ilícita”, y no como un factor determinante del condicionamiento de las sociedades contemporáneas.

La verdad parcial se convirtió en una mercadería de extorsión. En un negocio de silencio y supervivencia. Por eso creemos fundamental realizar un estudio profundo sobre la conformación y los orígenes de la Criminalidad Organizada, ya que de un análisis errado surgirán situaciones, que en vez de brindar soluciones, solo crearan más confusión abonando así, la impunidad.

La AntiMafia es hoy un componente estructural de la Democracia (al menos de la italiana), un paquete de leyes e instituciones creadas ad hoc para estudiar y combatir, a la Mafia y sus vinculaciones externas. Una herramienta legal que, aunque siempre perfectible, permite romper los muros que esconden los secretos. Pero es también, incluso desde antes, un movimiento de: damnificados, víctimas y familiares de víctimas, periodistas y escritores, activistas, historiadores e intelectuales, indignados y sedientos de justicia; ciudadanos todos, que durante décadas, han luchado por la verdad y contra la impunidad.

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A fines del 1800 surge, en Sicilia, desde los obradores citadinos y hacia los campos, el Movimiento Fascio (que no debe ser confundido con el Fascismo de Mussolini). Los Fascios adoptaron una forma simple, más que un movimiento político, fue una fuerza colectiva. Un movimiento cooperativo entre campesinos, artesanos y obreros en general. Hombres y mujeres que organizados bajo el lema “la unión hace la fuerza”, constituyeron una forma de lucha y resistencia contra la opresión, el hambre y las condiciones de esclavitud propias de la época. En la fortaleza de estas agrupaciones comenzarían a formarse cívicamente los ciudadanos. Abocados a concientizarse unos a otros, de sus derechos, de sus obligaciones, y en definitiva, de los verdaderos fundamentos del Estado. Aunque con cierta rebeldía, “… los Fascios sicilianos no tenían características subversivas, apuntaban a unos resultados que estaban en línea con una orientación de tipo reformista y adoptaron la huelga como principal instrumento para conseguirlos.” (En Historia de la Mafia¸de Giuseppe Carlo Marino).

Los Fascios adoptaron como verbo el Socialismo, por expresar este, en ese tiempo, la realidad de los pobres, como lo haría la Teología de la Liberación en Brasil casi un siglo más tarde, u otras doctrinas extranjeras que reflejan sentimientos y situaciones sociales locales. Pero, el Movimiento Fascio fue una expresión propia de Italia. Que contemplaba dentro de su lucha, la denuncia de los Métodos Mafiosos.

En un principio, mientras fueron solo organizaciones locales, eran observadas por los grupos de poder, entre ellos la Mafia, como una forma de aglutinar, controlar y regular a los campesinos en un contexto de reclamos por reformas agrarias, en un tiempo de transición entre el feudalismo (aún presente en la cultura aparcera) y las nacientes instituciones del Estado. Es por este motivo, que no nos debe extrañar la presencia de mafiosos entre las filas del movimiento, infiltrados por supuesto, como el caso de Don Vito Cascio Ferro. Como tampoco nos debe sorprender que la Mafia intentara reclutar a los referentes del movimiento.

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Hay que considerar que el Estado se controla desde las Instituciones de La República y también desde la administración de los Entes, semi públicos o privados, que absorben los recursos y presupuestos del Estado; son estos los lugares donde la Mafia siembra el germen del parasitismo y la corrupción. Como el caso de los Sistemas de Arrendamiento Colectivos, que pretendían distribuir más equitativamente las tierras o las Cooperativas de Campesinos que pretendían absorberlas.

Entre los Fascios destacó Bernardino Verro, quien fuera tempranamente reclutado por la Mafia. Desde la distancia es difícil determinar las motivaciones que llevaron al Fascio a tomar este juramento, pero los hechos históricos demuestran un profundo compromiso solidario y antimafioso. Perseguido y difamado, en 1894, “Se le acuso de conspiración para provocar una revuelta, incitación a la guerra civil, violencia y destrozos. Durante el juicio, las autoridades prohibieron el acceso de los principales periódicos de la isla. Verro fue declarado culpable y condenado a doce años de cárcel. La dureza de la pena sorprendió incluso a muchos conservadores. En 1896, sin embargo, fue inesperadamente liberado gracias a una amnistía. Pese a ello, durante la década siguiente, su vida se dividiría entre el activismo político, la cárcel, el exilio y la persecución por parte de las autoridades.”(En Cosa Nostra, de John Dickie).

Pese a todo esto, y luego de que en 1912 se estableciera el sufragio universal masculino, en 1914 fue electo Alcalde de Corleone por una aplastante mayoría. El 3 de noviembre de 1915, saliendo del Ayuntamiento, fue baleado y asesinado. La condena a muerte pesaba sobre él por la traición a la Mafia. Como lo explicó el Director del sitio Antimafia Duemila Giorgio Bongiovanni:

“A pesar de que era integrante de ella [la Mafia], él se arrepintió y se convirtió en su enemigo número uno, porque defendía a los campesinos y a los obreros. Estaba en contra de los dueños de los campos y del poder. Cuando un afiliado a la Mafia se arrepiente, se convierte en enemigo de ésta, y es condenado a muerte, como el caso de Gaspare [Mutolo] y otros más. Entonces Verro, es, digamos, un héroe que se dio cuenta de lo que era la Mafia. [Una organización](…) asesina y amiga de los ricos, a la que le hizo la guerra pagando con su propia vida”.

A pesar de que los sucesos históricos (la Primera y Segunda Guerra Mundial, en especial) atentaron contra la memoria de los Fascios es, este movimiento, fundamental para comprender la evolución en el tiempo de las luchas sociales, y también lo complejo que es materializar en leyes e instituciones las, siempre incomodas, reformas culturales.

Aquellos reclamos de tierras, eran una forma de combatir la concentración de capitales en pocos actores. Particularmente contra aquellos que lo realizaron con métodos y practicas violentas e inmorales, aunque quizás al momento de cometerlos no estuvieran, dichos métodos, correctamente tipificados dentro de la ley e incluso fueran legitimados por una costumbre popular nacida de la violencia y la coerción.

“Es imperante la necesidad de romper la relación existente entre el bien poseído y los grupos mafiosos, marcando el confín entre la economía legal y aquella ilegal”.Pio La Torre, Diputado italiano por el PCI.

Pio La Torre no solo se batiría a duelo contra la Mafia, también sería un fuerte opositor de la instalación de Bases Militares de la OTAN en suelo italiano, como explica Davide de Bari en Antimafia Duemila  el 30 de Abril de 2018, fecha en que se cumplieron 26 años de su asesinato.

La Ley Rognioni – La Torre, aprobada por el Parlamento italiano el 13 de Septiembre de 1982, ya con el Diputado asesinado, establece dos conceptos fundamentales para la lucha antimafiosa.

El primero es la tipificación del “delito de asociación de tipo mafioso”; el segundo es la incautación de bienes pertenecientes a sujetos acusados de asociación mafiosa.

Recién a mediados de los  años  90, la Asociación Libera, representada por el cura Don Luigi Ciotti, promovería una campaña para el uso social de los activos decomisados a la Mafia. Seria convertida en Ley en 1996. La reconversión de bienes producto del delito, en bienes de uso social, implica no solo el correcto aprovechamiento de los recursos sino también, y más importante aún, el inicio de ciclos productivos legales y cooperativos. Circuitos virtuosos donde los jóvenes en peligro son rescatados del egoísmo, para formarse cívicamente y proyectarse solidariamente.

Por supuesto, que la sanción de las leyes es solo una etapa en el proceso antimafia. Luego vendrá una tarea igual de ardua y compleja que será, la concientización de esas leyes. Y la resistencia y la oposición a esta etapa, es también un rasgo de aquella verdad parcial, que intenta aceptar un progreso legal, sin avanzar en un progreso cultural. Porque la imposición violenta y coercitiva de las formas solo produce barbarismo e ignorancia. Es por eso fundamental una activa participación ciudadana, educada y concientizada, que exija acciones políticas concretas y certeras contra el Sistema Criminal Integrado.

Como vemos, a lo largo de la historia han surgido constantemente movimientos cívicos y sociales que han resistido los avances de la tiranía, que han luchado en las calles y en las plazas. Es gracias a ellos que nuestro presente tiene historia. Pero la antimafia abraza una característica particular. La de estudiar y comprender el complejo entramado neurológico del Sistema Criminal Integrado, para atacarlo quirúrgicamente.

“Una de las principales razones del peligro excepcional que representan las organizaciones mafiosas es su riqueza; pero al mismo tiempo, su riqueza es su talón de Aquiles porque grandes movimientos de dinero dejan grandes huellas: sigue esas huellas, y encontraras a Cosa Nostra.” (Giovanni Falcone).

Precisamente el Juez italiano Giovanni Falcone, que sería asesinado para silenciar sus investigaciones, fue quien había comprendido El gran juego. El producto del delito es tan abundante que obligadamente debe recorrer el Sistema Financiero, y este asume la responsabilidad (a conciencia) de lavar ese dinero ilegal, sucio, manchado de sangre y muerte para volcarlo en la economía legal. Banqueros, narcos y políticos corruptos es la trilogía que compone este Sistema. En un mundo globalizado como el actual, uno no puede ser sin el otro. Las grandes fortunas del Narcotráfico no pueden movilizarse sin la participación de los Banqueros, y sin la connivencia y la impunidad impuesta por funcionarios corruptos que usurpan los Poderes del Estado. Como explicó el Fiscal Adjunto de Reggio Calabria, Giuseppe Lombardo al sitio Antimafia Duemila:

“La ‘Ndrangheta crece, se expande, apunta cada vez más alto. Y elige el camino de la alta finanza (especialmente la online) de los títulos desmaterializados y de los bancos. Son las nuevas directivas de esa parte reservada que ordena que hay que dirigir los capitales de las mafias individuales a los paraísos fiscales de Suiza, Luxemburgo, Liechtenstein, no tanto porque representan una garantía, sino porque son los nudos fundamentales sin los cuales es imposible operar en este campo.”

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“Todo ello dejando ‘en segundo plano’ las inversiones sobre los inmuebles, que siempre han constituido una de las columnas portantes del imperio económico de los clanes mafiosos(…)Cuando ellos compran inmuebles, en Italia o en el extranjero saben que pueden atraer la atención de la justicia, tarde o temprano alguno se preguntará a quién pertenecen. (…) es más difícil encubrir las inversiones inmobiliarias y las grandes licitaciones. Implica un riesgo demasiado alto…”

“… han comprendido [las Organizaciones Criminales de tipo mafioso] que para controlar el poder político ya no era suficiente con comprar a un exponente de un partido en especial. Dos o tres políticos pagados no eran nada con respecto a una asamblea parlamentaria, sin contar con el riesgo de que el pacto se llegara a descubrir a causa de investigaciones y arrestos.”

“Es por ello que identificaron una alternativa: la compra de títulos de Estado.(…) cosa que hoy en día les permite alcanzar un considerable peso al momento de negociar. Significa que (…) un Estado como Italia emite títulos que terminan siendo comprados por las mafias, éstas llegarán en un cierto momento a tener un ilimitado poder en sus manos, porque si fueran a retirar todo su capital por entero podrían provocar un default financiero.”

Desde la época de Al Capone (años 30, en EEUU), las leyes contra delitos económicos y financieros son una herramienta fundamental para perseguir a la Criminalidad Organizada. Pero esta, desde aquel tiempo hasta ahora, se ha perfeccionado y conquistado lugares de mucho poder. Hoy día aquellas leyes son viejas, no tanto por sus fundamentos jurídicos, sino por las penas desproporcionadas que implican. Organizaciones Criminales que están en posición de comprometer, con maniobras viles y fraudulentas el futuro financiero de generaciones, solo llevan penas mínimas y en algunos casos, solo simbólicas. El desfalco de los países y la deconstrucción económica y cultural que con ellos se produce, gesta un genocidio silencioso, pero genocidio en fin.  

En este sentido, cobra vital importancia el estudio profundo de la Criminalidad Organizada, que no es solo la del bajo fondo, la de los soldaditos del narcotráfico, sino también la de los grandes flujos de capitales internacionales que condicionan los sistemas democráticos de los países. La Mafia, y el delito de Mafia han traspasado las fronteras italianas desde hace décadas. Es por eso que los países huéspedes de la Mafia deben, obligadamente, incursionar en los mecanismos sociales, culturales y legales de la antimafia.

“La batalla contra las mafias – y la corrupción que allana su campo – se puede vencer si se libera en compañía: ciudadanos y magistrados, políticos y agentes de las fuerzas del orden, educadores y emprendedores. Las mafias son fuertes en una sociedad fragmentada e individualista. Se hace fuerte gracias a un Estado sin los recursos para garantizar la escuela, el trabajo, la asistencia sanitaria…”. (Don Luigi Ciotti por Pablo Ordaz para El País 12 de Julio de 2014).

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*Foto de Portada: www.illavoroculturale.com

*Foto 2: www.antimafiaduemila.com  –Rosaria Melilli / Fiscal Ninon Di Matteo y Giorgio Bongiovanni

*Foto 3: www.elpais.com   Giovanni Falcone y custodias en Marsella

*Foto 4: www.antimafiadosmil.com   periodista Saverio Lodato y ex Fiscal Antonio Ingroia

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