El Maxiprocesso instruido por el pool antimafia de Palermo había comenzado y las 8067 páginas de la acusación de los jueces de instrucción Giovanni Falcone, Paolo Borsellino, Leonardo Guarnotta y Giuseppe Di Lello asustaron, y no poco, a Cosa Nostra, en particular por la declaración inicial del documento: "Este es el juicio a la organización mafiosa llamada Cosa Nostra, una peligrosísima asociación criminal que, con violencia e intimidación, ha sembrado y siembra muerte y terror". En 1986, Paolo Borsellino, después de haber sido nombrado Fiscal de la República en Marsala, abandona el grupo, que es ampliado con los jueces Ignazio De Francisci, Gioacchino Natoli y Giacomo Conte. Borsellino regresa a la oficina del fiscal de Palermo en calidad de fiscal adjunto seis años después.
Los acusados en el Maxiproceso fueron un total de 474. De ellos, 207 estaban sujetos a un régimen de detención (como Luciano Liggio, arrestado en 1974), 44 estaban bajo arresto domiciliario, 102 estaban en libertad o liberados provisionalmente y 121 estaban prófugos (como Salvatore Riina y Bernardo Provenzano). Los cargos fueron numerosos, 450: entre ellos se destacaba la asociación criminal de tipo mafioso que, para unos cincuenta acusados, estaba "destinada al tráfico de drogas", el resto, por supuesto, a homicidios, secuestros, extorsiones y robos. Debido a la importancia del evento, el Maxiprocesso se celebró en una sala búnker construida en un corto período de tiempo al lado de la prisión de Ucciardone. Las audiencias fueron 49, los interrogatorios 1314, los argumentos defensivos 635. Después de treinta y seis días de deliberación del consejo de jueces, que se reunió el 11 de noviembre y terminó el 16 de diciembre de 1987, el presidente del tribunal Alfonso Giordano leyó la parte dispositiva de la sentencia que iba a cerrar el juicio en primera instancia: 19 condenas a cadena perpetua y 2665 años de prisión le fueron infligidos a 338 hombres de honor. Un golpe inaudito para el mundo de la mafia. La estrategia de Chinnici y Caponnetto había funcionado a la perfección.
Inmediatamente después de la sentencia del primer Maxiprocesso a la mafia, Giovanni Falcone le concede una entrevista a Tg2. "Esta sentencia –le pregunta el periodista Piero Marrazzo– ¿puede considerarse un hito en la historia de la lucha contra la mafia?". "Eso lo dirá la posteridad –dice Falcone– podemos decir que es un punto importante, de partida y no de llegada, en la actividad de represión del fenómeno mafioso".
Con respecto al llamado "Teorema de Buscetta", Falcone lo define como "un conjunto de elementos probatorios que demuestran la existencia y la singularidad de una organización de la mafia llamada Cosa Nostra, estructurada sobre una base uniforme y que tiene su propio vértice directivo. [...] Los arrepentidos han sido importantes, porque permitieron conocer el interior de la organización mafiosa. Pero, al contrario de lo que algunos piensan o quieren hacernos creer, lejos de ser el punto de partida, los arrepentidos son el punto de llegada y confirmación de resultados probatorios indirectos, adquiridos durante cierto tiempo y que han tenido una ratificación indiscutible en las declaraciones de Buscetta, de Contorno y otros".
El periodista le pregunta entonces a Falcone "¿Qué va a cambiar en el futuro para los magistrados, como usted y sus colegas, comprometidos en la lucha contra la mafia?". La respuesta del juez, dentro de su sobriedad, especialmente si se la considera en retrospectiva, es tristemente profética: "Es pronto para decirlo, sería demasiado largo y difícil de expresar. Continuaremos trabajando con todos nuestros esfuerzos, igual que en el pasado, siempre y cuando se nos permita hacerlo".
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*Foto de Portada: Foto © Shobha
*Foto 2: Antimafiaduemila
*Foto 3: Un cuadro de la entrevista de Tg2 a Giovanni Falcone