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Por Rossella Guadagnini-18 de julio del 2020

"Esto afirma la sentencia de Palermo sobre el proceso de la Tratativa Estado-mafia, emitido por los jueces de la Corte d'Assise el año pasado. El juicio actualmente está tramitando la apelación".

Quien lo recuerda en Adnkronos, 28 años después de los eventos de via D'Amelio, es Gian Carlo Caselli, juez de instrucción de Turín, quien dirigió la Fiscalía de Palermo inmediatamente después del asesinato de Giovanni Falcone, de Paolo Borsellinoy de sus custodios. Hoy dirige el Observatorio Coldiretti sobre delincuencia en agricultura y 'agromafia'.

Recientemente, el ex magistrado publicó un ensayo, junto a su colega Guido Lo Forte, fiscal de la República en Palermo y Messina. Se titula "El Estado Ilegal" (Edit. Laterza) y rastrea la historia de los estrechos vínculos entre la mafia, la política y el espíritu empresarial en el período que va desde Portella della Ginestra hasta hoy: varias partes del libro están dedicadas a la masacre de via D'Amelio en 1992.

"En el capítulo dedicado a las masacres y procesos relacionados, hasta el de la Tratativa - sostiene Caselli- se especifica que la historia de Borsellino ha tenido un desarrollo sensacional y atroz. En Caltanissetta se celebraron varios procesos sobre la masacre de via D'Amelio. Pero el llamado 'Borsellino quater' marcó un cambio, porque las motivaciones de la sentencia de primera instancia (1865 páginas, de fecha 30 de junio de 2018) son totalmente impactantes: las declaraciones del arrepentido Vincenzo Scarantino, base y fundamento de los juicios anteriores sobre la masacre y de varias condenas a cadena perpetua, resultaron falsas, porque son el resultado de 'uno de los desvíos más graves en la historia judicial italiana', llevado a cabo por 'sujetos pertenecientes al aparato estatal'".

La sentencia se refiere concretamente "al grupo de investigadores de la época dirigido por Arnaldo La Barbera, creado específicamente para investigar las masacres en la Fiscalía de Caltanissetta: habrían sido ellos los que desorientaron la investigación mediante la construcción de falsos arrepentidos, para fines que ciertamente van mucho más allá que el ansia de obtener resultados en la búsqueda de los responsables del delito del 19 de julio de 1992".

"Los jueces -concluye Caselli- y lo escribimos claramente con Lo Forte también en el libro, hablan de la iniciativa 'decididamente fuera de las normas procesales' del entonces fiscal de Caltanissetta, Giovanni Tinebra, al pedir la colaboración de Bruno Contrada en las investigaciones, como la imprudencia de no querer escuchar lo que Paolo Borsellino quería declarar en relación con la masacre de Capaci".

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*Extraído de: adnkronos.com

*Foto de Portada: © Imagoeconomica

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