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Por AMDuemila-19 de julio del 2020

"Algunos agentes de la unidad de explosivos del FBI que trabajaron en la investigación de la masacre reescribieron mis informes y los depositaron ilegítimamente en los juicios, en campos que no estaban dentro de su jurisdicción, con pruebas juradas falsas y manipuladas".

Lo dice en el Giornale Radio RAI el ex agente especial, Frederic Whitehurst, que formó parte del equipo del Federal Bureau of Investigation (Oficina Federal de Investigaciones, FBI) de los Estados Unidos, enviado en 1992 para colaborar con colegas italianos en la investigación de los explosivos utilizados para hacer estallar a Borsellino y a los agentes de su custodia.

"Lo que impugné en ese momento, y sigo impugnando –agregó- es la declaración de Robert Heckman en el tribunal de Caltanissetta, que testificó a pesar de no haber recopilado los informes en Via D'Amelio, y de no ser experto en análisis en residuos de explosivos. Algunos responsables de laboratorio de aquellos tiempos eran llamados ‘fixers’ (reparadores). No eran científicos, pero trabajaban en el laboratorio y ‘arreglaban’ las investigaciones para acomodar la agenda política".

Whitehurst recordó que después de su queja, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos inició una investigación en los laboratorios del FBI, decidió realizar transferencias masivas y determinó que solo químicos expertos manejarían los explosivos.

Cuando se le preguntó sobre las razones de la participación de la policía federal de los Estados Unidos en la investigación, Whitehurst respondió: "Nunca lo entendimos. Quizás se debió a que Giovanni Falcone y el director del FBI, Louis Freeh, eran amigos. También existía la voluntad de involucrar a una unidad externa, ya que había una gran preocupación de que la mafia pudiera infiltrarse en el SISMI y en el arma de Carabineros".

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*Foto de Portada: © Imagoeconomica

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