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A la hermana del juez le dijo: "Estoy tratando de llegar a ciertas cosas…”

Por Aaron Pettinari – 19 de julio del 2020

En estos días el Consejo Superior de la Magistratura decidió levantar el secreto de una serie de documentos que datan de 1992, el año de las masacres en las que murieron Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. En el día en que se conmemora la masacre de Vía D'Amelio, en la que además del juez murieron los agentes de su escolta (Agostino Catalano, Vincenzo Li Muli, Walter Eddie Cosina, Emanuela Loi y Claudio Traina) la noticia la da La Repubblica en un artículo de Salvo Palazzolo. En total son 1400 las páginas desclasificadas en las que se recogen diversos testimonios recopilados después de las masacres.

Entre ellos, uno de Maria Falcone, hermana del juez, del 31 de julio de 1992: "Paolo estaba apoyado contra una columna del claustro de la Iglesia de San Francesco, acababa de terminar la misa del trigésimo de Giovanni, y me dijo: 'Cálmate porque estoy tratando de llegar... quédate tranquila, lo lograremos".

En esa frase, "estoy tratando de llegar..." podría haber una pista fundamental para comprender mejor los motivos que están detrás del ataque en Vía D'Amelio. Que hubo una aceleración repentina es un hecho cierto, así como está claro que Borsellino estaba investigando la muerte de Falcone. Basta escuchar su última intervención pública, del 25 de junio de 1992 en Casa Professa, en la que el mismo magistrado declaró que "era un testigo" y que quería declarar ante las autoridades judiciales porque sabía que su declaración podía ser útil para descubrir la verdad sobre el atentado del 23 de mayo.

La pregunta, aunque obvia, es evidente: ¿qué había descubierto Paolo Borsellino un mes después de la muerte de su amigo fraterno?

Palazzolo, releyendo aquellas declaraciones de Maria Falcone al CSM, agrega más elementos: "Después de la misa por Giovanni, Paolo me llevó a ver el campo de fútbol donde jugaban cuando eran niños. Le confié que estaba desanimada. Y él me dijo: 'Estoy trabajando mucho, no te preocupes'. Paolo me dijo palabras aún más precisas: 'Estoy tratando de llegar a ciertas cosas. Otra que Tangentópolis y Tangentópolis'" (Referencia al sonado caso Mani Pulite (Manos Limpias) que también se conoce con el nombre de "Tangentópolis". (Tangente en italiano significa soborno, coima, el pago debido, ndt).

En Caltanissetta se investigan las razones que llevaron a Riina a presionar el acelerador para matar al juez sólo 57 días después de Capaci, a pesar de las dudas de varios miembros de la Cúpula.

Mientras tanto, en Palermo, las actas del Consejo Superior de la Magistratura fueron agregadas en el proceso de apelación de la Tratativa Estado-mafia. Porque en ellos podría haber más elementos de verdad sobre esa terrible temporada. Porque la sentencia de primera instancia establece que "el único hecho conocido con certeza, de importancia y novedoso que ocurrió durante ese período para la organización mafiosa fueron los signos de disposición para el diálogo -y, en esencia, el haber cedido ante la arrogancia mafiosa que culminó en la masacre de Capaci- enviado a Salvatore Riina, a través de Vito Ciancimino, en el período inmediatamente anterior a la masacre de Vía D'Amelio".

Pero con los datos recopilados veinte años después, entre ellos algunos testimonios cuanto menos tardíos, puede haber algo más.

Entre las audiencias está la de los magistrados de Palermo, con enojos sobre las escasas medidas de seguridad, las polémicas internas del palacio de justicia y las declaraciones recogidas en algunos enfrentamientos con el mismo Borsellino.

Entre los documentos de CSM, ahora públicos, también está el testimonio de la magistrada Enza Sabatino, quien habló de la confianza recibida ante el "Grupo de Trabajo del CSM para intervenciones en las áreas más afectadas por el crimen organizado".

"El 30 de junio, le pregunté (a Borsellino, ndr) sobre un artículo del Giornale di Sicilia, cuyo título era: 'No fue por los conflictos con Giammanco que Falcone salió de la fiscalía'. Retomaba una entrevista que había aparecido en el matutino, tres días antes. Ese titular dejó a todos un poco perplejos. Me dijo: 'No, es al revés, hay que leer toda la entrevista, se ha publicado mal'. Y después de esta interpretación de la entrevista, ya no interviene en ningún lado, preocupándose sólo por la investigación en curso". Pero Sabatino también había declarado sobre las preocupaciones que su colega expresaba: "Paolo estaba tenso, preocupado (...) En los primeros días de julio, me dijo que estaba llevando a cabo investigaciones delicadas, me habló de algunos arrepentidos".

Es un hecho absolutamente conocido que en esos últimos 57 días Borsellino había comenzado a dejar constancia en actas de las declaraciones de los colaboradores de justicia Gaspare Mutolo y Leonardo Messina. Colaboradores que le estaban permitiendo romper el velo sobre la colusión entre la mafia y la política, entre la mafia y los servicios secretos desviados, entre la mafia y las instituciones, entre la mafia y el mundo empresario y de los negocios.

Si Mutolo había emitido declaraciones sobre figuras como Bruno Contrada y los jueces Domenico Signorino y Corrado Carnevale, Leonardo Messina había hablado del "Sistema Siino". Pero quizás también de algo más.

Porque en el curso de su colaboración, él es uno de los primeros en contar las reuniones entre los jefes de la organización, celebradas entre el '91 y el 92, durante las cuales se discutió justamente un "proyecto político destinado a crear un Estado Independiente del Sur, dentro de una separación de Italia en tres Estados".

Y sigue siendo él quien al hablar ante la Comisión Parlamentaria Antimafia el 4 de diciembre de 1992, revela que "muchos de los hombres de honor, es decir, aquellos que logran convertirse en líderes, pertenecen a la masonería. Esto no se le escapa a la Comisión, porque es en la masonería donde se puede tener contactos totales con empresarios, con instituciones, con hombres que administran un poder que no es el poder punitivo que tiene Cosa Nostra". También dijo que "Cosa Nostra que es la misma en Calabria como en Sicilia" buscaba un "compromiso" con "el interés de llegar al poder con sus propios hombres, que son su expresión: ya no serán sujetos de nadie... Cosa Nostra debe lograr el objetivo, sea cual sea el camino". En un interrogatorio posterior también dijo que "Cosa Nostra y la masonería, o al menos una parte de la masonería, han sido desde los años 70 una sola realidad criminal integrada".

¿Podemos estar seguros de que no le mencionó a Borsellino estas cosas?

Veintiocho años después de las masacres la búsqueda de la verdad no debe detenerse y para ello es necesario que los más altos vértices de las instituciones asuman su responsabilidad.

En este sentido, como dijo el consejero togado del CSM Nino Di Matteo "el trabajo de desclasificación es ciertamente útil para preservar la memoria de los magistrados asesinados, pero en algunos casos también puede ser útil para la reconstrucción de masacres y asesinatos".

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Foto © Shobha/Contrasto

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