Por Giorgio Bongiovanni-21 de marzo del 2020
El 21 de marzo es el día que, a nivel nacional, se dedica a la Memoria y al Compromiso con las víctimas inocentes de las mafias. El magistrado Nino Di Matteo, miembro del CSM y autor junto a Saverio Lodato del libro "El pacto sucio. El proceso Estado-mafia contado por uno de sus protagonistas", publicado por Chiarelettere, celebró hoy el aniversario con unas pocas palabras. Una intervención que nos invita no sólo a honrar la memoria de las víctimas de la mafia, sino también a comprometernos diariamente en la búsqueda de la verdad sobre las masacres y los crímenes excelentes en los que, lamentablemente hasta hoy, hay un oscuro silencio.
"El día de la memoria es un día muy importante. Porque este país está en riesgo de convertirse en un país sin memoria y, por lo tanto, sin futuro –dijo el magistrado– Hoy recordamos a las víctimas de la mafia que no son sólo jueces, policías, carabineros, prefectos, médicos forenses, empresarios, sacerdotes y tantos periodistas asesinados por las mafias, sino también los miles de jóvenes caídos por el tráfico de heroína y luego de cocaína, que quita primero la libertad, luego la dignidad y muchas veces incluso la vida. Sobre eso las mafias han construido gran parte de su riqueza".
Pero el consejero del CSM profundizó aún más en el concepto de memoria que "no sólo es recordar con afecto y emoción a los que murieron, sino que sobre todo significa tratar de entender en qué contexto ocurrieron esos crímenes, quiénes fueron los autores, cuáles han sido las causas".
"Todavía hay demasiados crímenes de la mafia que siguen impunes o sólo parcialmente castigados, y que probablemente no son sólo de la mafia –recordó Di Matteo– cultivar la memoria significa que el Estado, en todas sus articulaciones, debe continuar comprometiéndose. De hecho, debe comprometerse más que antes para intentar llenar las lagunas que aún existen".
Finalmente concluyó: "Yo he tenido suerte. Hago el trabajo que quería hacer cuando era joven. Soy uno de aquellos jóvenes palermitanos que en los años ochenta se apasionaron con la idea de aprobar el concurso del poder judicial siguiendo el ejemplo de los jueces del primer pool antimafia. Ingresé a la magistratura en 1991 y trabajé como aprendiz en la oficina del fiscal de Palermo durante el período de las bombas y las masacres. Luego me encontré lidiando con muchos de estos crímenes, de estos casos. Deseo que todos redescubran el valor de la lucha contra la mafia que es una lucha de verdad, justicia, libertad y democracia".
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*Foto deportada: © Imagoeconomica