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Hoy el recuerdo de la masacre en Via D’Amelio

Por Giorgio Bongiovanni-19 de julio del 2020

Domingo 19 de julio de 1992. Hora 17.58. Apenas 57 días después del gran estallido de Capaci, la ciudad de Palermo tiembla debido a una explosión muy fuerte. Desde Via D'Amelio, entre edificios destripados, coches en llamas y cuerpos rotos, una nube de humo se eleva al cielo. Es en ese lugar donde un Fiat 126, cargado de explosivos, mata al fiscal adjunto de Palermo, Paolo Borsellino, y a los hombres de su escolta, Agostino Catalano, Walter Eddie Cosina, Emanuela Loi, Claudio Traina y Vincenzo Li Muli.

Veintiocho años después volvemos a la escena del crimen. De las muchas preguntas que quedan sin respuesta, una es la que resuena con más fuerza: ¿quién mató a Paolo Borsellino?

El rol de Cosa Nostra

Sin sombra posible de duda, Cosa Nostra jugó su parte en el asesinato de Paolo Borsellino. Se ha comprobado en numerosos juicios y sentencias, gracias a las declaraciones de también numerosos colaboradores de justicia, que toda su cúpula decretó la muerte del magistrado. Totò Riina involucró a las principales familias a nivel provincial y regional para llevar a cabo su delirante proyecto de ataque al Estado, dentro de un diseño que iba mucho más allá del propósito de venganza por la sentencia del Maxi Proceso.

Las masacres y crímenes que tuvieron lugar entre 1992 y 1994 representan un momento clave en la historia política de nuestro país y no hay duda que sobre la sangre de las víctimas se sancionó el final de la Primera República y el consiguiente nacimiento de la Segunda.

Pero todas las investigaciones y las sentencias judiciales dejan en claro que detrás de esos delitos no sólo estaba el accionar de Cosa Nostra.

No podemos olvidar que hasta la fecha no sabemos el nombre de quien presionó el botón del control remoto que activó el coche bomba en Via d'Amelio.

Algunos arrepentidos dijeron que el jefe de Brancaccio, Giuseppe Graviano, es el sujeto que pudo haber tenido esa tarea, apostado en un jardín detrás de una pared que divide a la Viad'Amelio en dos. Pero ¿podía un jefe de la mafia correr el riesgo de que esa pared colapsara sobre él debido a la violenta explosión? ¿O había otros para llevar a cabo las operaciones, tal vez desde un punto más seguro, lejos de "miradas indiscretas"?

En la actualidad todavía no hay certezas.

Sin embargo, diferentes elementos, así como en el atentado a Giovanni Falcone, llevan a pensar que también en la eliminación de Borsellino Cosa Nostra no actuó sola.

Un colaborador de justicia como Gaspare Spatuzza, considerado creíble por varios fiscales, ha hablado repetidamente de la presencia, durante la fase en que se cargaron los explosivos al automóvil en el garaje de via Villasevaglios, de un hombre que no era de Cosa Nostra.

Aunque la identificación de ese sujeto nunca fue posible en términos de certeza, cuando fue interrogado en el Borsellino quater, el ex asesino de Brancaccio agregó un elemento adicional que reafirma la convicción de que hombres de los servicios secretos, o de aparatos desviados, no sólo estaban presentes el día de la masacre en Via D'Amelio (según lo declarado por el superintendente de policía Francesco Maggi que habla de al menos cuatro o cinco hombres de los servicios de Roma con los escudos del Ministerio del Interior ya en los primeros momentos después del atentado, ndr) sino que podrían haber sido protagonistas de la misma.

la barbera arnaldo 2Dijo claramente que detrás de las masacres del '92, en la preparación del detonador, podría haber habido una mano que no era de Cosa Nostra. El arrepentido de Brancaccio les había dicho a los magistrados que el "técnico" que la familia mafiosa de Brancaccio tenía para los ataques explosivos era Salvatore Benigno, un sujeto "mal preparado", como lo demuestran los ataques fallidos contra Maurizio Costanzo y los carabineros en el Estadio Olímpico en enero de 1994. En ambos casos, las modalidades fueron controladas a distancia, como en Via D'Amelio. El 19 de julio, por el contrario, no hubo error.

El desvío investigativo

¿Quién mató a Paolo Borsellino? Durante estos años, se acreditó la existencia de un colosal desvío investigativo. El Tribunal Penal de Caltanissetta, presidido por Antonio Balsamo, en el Borsellinoquater afirma que se implementó "un propósito criminal determinado esencialmente por la actividad de los investigadores, que ejercieron sus poderes de manera distorsionada". Desde entonces, el centro de atención estuvo en el grupo de investigadores de la época, dirigido por Arnaldo La Barbera (fallecido). Según los jueces, ellos fueron los que desviaron la investigación construyendo falsos arrepentidos, empezando por el ‘picciotto’ de la Guadagna Vincenzo Scarantino, con una motivación que no se habría basado sólo en la ansiedad por obtener resultados en la búsqueda de los autores del crimen del 19 de julio de 1992. Sobre los méritos de este asunto, se está llevando a cabo un juicio en Caltanissetta contra tres policías que pertenecían al Grupo Falcone y Borsellino (Mario Bo, Fabrizio Mattei y Michele Ribaudo), acusados de calumnias agravadas por haber favorecido a Cosa Nostra.

Del mismo modo terminaron bajo investigación dos magistrados de la época, Carmelo Petralia y Anna Maria Palma, sobre quienes pende una solicitud de archivo de la Fiscalía de Messina.

Lo cierto es que el títere Scarantino, en sus declaraciones, fue "vestido" con inquietantes partes de verdad, totalmente coincidentes con lo que Spatuzza informó en el 2008.

El ‘picciotto’ de la Guadagna había declarado a los investigadores que al vehículo lo guardaron para ser cargado con explosivos en el taller de carrocería de Giuseppe Orofino. En el expediente Borsellino (uno) Orofino, que había denunciado la desaparición de las placas recién el lunes 20 de julio, fue acusado de haber tenido la disponibilidad de éstas y de los documentos de circulación y del seguro falsos, que se colocaron en el Fiat 126 para permitir su circulación y estacionamiento seguros en el lugar de la masacre. El arrepentido de Brancaccio, Gaspare Spatuzza, varios años después explicó que a ese taller fueron a robar las placas de los autos que estaban siendo reparados y que entre ellas estaba la que luego se fijó al 126.

¿Cómo podía Scarantino conocer el lugar de origen de la placa encontrada en Via D'Amelio? ¿Y el hecho de que se había robado un 126 para la bomba del 19 de julio de 1992?

"Es completamente lógico creer que estas circunstancias le fueron sugeridas por otros sujetos, quienes, a su vez, las habían aprendido de otras fuentes que permanecieron ocultas", dijo el Tribunal. Una vez más, es la sombra de los servicios de seguridad la que emerge con fuerza, precisamente porque fueron involucrados de manera inusual directamente por el Fiscal Jefe de Caltanissetta, Gianni Tinebra. Fueron estos quienes pidieron ayuda al ex número dos del SISDE, Bruno Contrada, en la investigación. Y es increíble que haya dos notas que el mismo Servicio Secreto Civil difundió en las primeras etapas de la investigación, una de las cuales ofrece datos sobre Scarantino y sus parientes mafiosos.

Durante el juicio, se supo que La Barbera ya había tenido una relación de colaboración "externa" con el SISDE (de 1986 a marzo de 1988), con el nombre en clave "Rutilius", mientras dirigía el Escuadrón Móvil de Venecia. Son todas extrañas coincidencias que llenan de misterio el escenario.

borsellino paolo tg1 agenda rossa

La desaparición de la Agenda Roja

Entonces ¿quién mató a Paolo Borsellino? Si tuviéramos que ubicar el primer acto de despistaje realizado en Via D'Amelio, es un hecho que coincide con la desaparición de esa agenda roja de la cual nunca se separaba, según explicaron varias veces los miembros de su familia y sus colaboradores más cercanos.

La tenía con él también esa última mañana en su casa de Villagrazia. Su esposa, Agnese Piraino Leito estaba segura de ello, lo había visto guardarla en el maletín junto con los otros papeles y con su traje de baño todavía húmedo.

En el infierno de Via D'Amelio, el maletín de trabajo del juez todavía estaba en el asiento trasero del auto, donde lo había dejado antes de bajar y de comunicarse con la madre que, ese día, debía llevar al cardiólogo. Estaba ligeramente ennegrecido, abierto y contenía todo, incluso el bañador, pero la agenda roja del juez había desaparecido. Y ciertamente no fueron los hombres de Cosa Nostra quienes lo robaron.

Una pista sobre esa desaparición surgió por primera vez con el descubrimiento, gracias a la indicación que nuestro subdirector Lorenzo Baldo le hizo a la autoridad judicial, de la fotografía en la que la imagen a color retrata a un hombre con el maletín del juez en sus manos. Ese hombre es Giovanni Arcangioli, en ese momento capitán y hoy teniente coronel.

Posteriormente, fueron recuperadas las imágenes televisivas en las que Arcangioli (investigado y absuelto del cargo del robo de la agenda) es retratado en estado de shock, mientras que, alrededor de las 17.30, deja rápidamente el automóvil de la víctima con el maletín de cuero en la mano, en dirección a via Autonomia Siciliana. Y también hay otros videos donde al entonces capitán de los carabineros se lo ve conversando con otras personas.

Lo cierto es que, tal como afirmaron los jueces del Borsellino quater, sobre lo que sucedió el día en que Arcangioli prestó testimonio en el juicio, no proporcionó respuestas satisfactorias, dio "una declaración muy poco convincente" y tuvo un "comportamiento muy grave".

Sabemos que el maletín reapareció en el automóvil más tarde, cerca de una hora después. Fue secuestrado y llevado a la jefatura de policía al día siguiente. Pero como ya hemos mencionado, la agenda del juez no estaba allí. ¿Quién la hizo desaparecer? ¿Por qué? Estas son las preguntas sin respuesta que permanecen 28 años después. En ese valioso documento, probablemente, constaban sus notas sobre las investigaciones que estaba llevando a cabo y quizás también sus intuiciones sobre la muerte del juez Giovanni Falcone (había declarado públicamente que era un testigo que había recogido los pensamientos de Falcone) y sobre ese "diálogo" entre piezas del Estado y Cosa Nostra, que le había mencionado a su esposa Agnese antes de ser asesinado junto con los cinco agentes de su escolta.

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La investigación sobre Bruno Contrada

¿Quién mató a Paolo Borsellino? Es una pregunta persistente que vuelve a la cabeza. A principios de los noventa se abrió un expediente sobre la presencia de Bruno Contrada en Via D’Amelio. El ex SISDE (condenado por concurso externo y cuya sentencia fue declarada improductiva a efectos penales) siempre sostuvo haber sabido de la masacre (aproximadamente un minuto después de la explosión según los registros) mientras estaba en mar abierto a bordo del barco de su amigo Gianni Valentino, quien siempre ha confirmado su historia.

Al retomar investigaciones anteriores, el magistrado Nino Di Matteo profundizó esa hipótesis incriminando al entonces oficial de policía Roberto Di Legami, quien habría revelado esa información a dos de sus colegas: Umberto Sinico y Raffaele Del Sole, en ese momento en el ROS. Quien saca a relucir todo el asunto es el teniente de carabineros Carmelo Canale, un colaborador cercano de Paolo Borsellino, procesado y luego absuelto por el cargo de concurso externo en asociación mafiosa.

En febrero pasado, escuchado en Caltanissetta en el juicio contra los policías, Di Matteo informó sobre el tema: "Se abrió una investigación muy completa sobre los Servicios Secretos. Fui yo quien reabrió la investigación sobre él y en virtud de las declaraciones del arrepentido Elmo, que nos dijo que lo vio salir de la escena del atentado con un maletín, o documentos en la mano. En ese momento leí todo el archivo viejo, toda su agenda"."Al ver esos documentos, me di cuenta de que había un oficial del ROS, Sinico, que había ido a la oficina del fiscal en Palermo y había informado a algunos magistrados que sabía que el primer informe que había llegado después de la explosión confirmaba la presencia de Contrada. Y también habló de un informe del servicio que atestiguaba la presencia de Contrada en Via D'Amelio y que luego sería arrancado en el cuartel general de la policía -explicó- Lo que me sorprendió fue que cuando declaró ante la colega Boccassini, en 1992, dejó constancia en actas de esa circunstancia, pero dijo que lo había escuchado de un muy amigo suyo, no de un confidente, cuya identidad quería proteger. Fui a interrogarlo y reiteró las mismas palabras. Cuando estaba a punto de pedir el reenvío a juicio del carabinero, vino a la fiscalía con un memorial del que habría hablado con el coronel Mori, dando el nombre de su fuente: el oficial de policía Roberto Di Legami. También recuerdo el momento de los enfrentamientos porque fue dramático. Di Legami negó todo y fue enviado a juicio porque eran dos militares contra uno. Me enteré del resultado de ese juicio más tarde, cuando ya estaba en Palermo y supe que el funcionario fue absuelto". Di Legami también dijo que sabía por qué los dos carabineros mentían. Sin embargo, el asunto nunca fue del todo aclarado.

Pero durante ese examen, Di Matteo también recordó otras ideas surgidas de las declaraciones de Elmo: "Dijo que había visto en Via d'Amelio, junto con Contrada, también a Narracci, el jefe del SISDE de Palermo. Para nosotros no era un nombre cualquiera porque su número de teléfono personal había sido encontrado en una pequeña nota localizada a unos cientos de metros del sitio de la masacre de Capaci. Cuando procedimos al reconocimiento personal, Elmo no lo reconoció. Cuando fui a Palermo, supe que Elmo había hecho una declaración en la que dijo que en realidad lo reconoció, pero que no registró ese reconocimiento porque fue inducido a ello por un oficial de la policía judicial que estaba presente ese día".

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La repentina aceleración

¿Quién mató a Paolo Borsellino? Se pueden encontrar diversas responsabilidades en esa tratativa que se llevó a cabo después de la muerte de Salvo Lima y la masacre de Capaci para salvar las vidas de los políticos que iban a ser eliminados por ser considerados traidores. Una lista que incluía nombres destacados como los de CalogeroMannino, Salvo Andò, Claudio Martelli, Giulio Andreotti, Carlo Vizzini, Sebastiano Purpura y Rino Nicolosi.

Que hubo una tratativa entre el Estado y la mafia no es un hecho que se descubre recién en la sentencia de Palermo del 20 de abril de 2018. Los juicios de Florencia ya habían sido claros al respecto e incluso el 27 de enero de 1998, fue el general Mario Mori (entre los condenados en primera instancia por atentar contra el cuerpo político del Estado) quien admitió que fue a Don Vito Ciancimino, el alcalde mafioso de Palermo, para comprender las razones de ese "muro contra muro" ("Fuimos a Ciancimino y dijimos: Sr. Ciancimino ¿qué es lo que pasa? Hay un muro contra otro muro. Por un lado, está Cosa Nostra y por el otro lado está el Estado. ¿No se puede hablar con estas personas?").

En las motivaciones de la sentencia de primera instancia del juicio de Palermo, se certifica que la Tratativa Estado-mafia condujo a la muerte de Borsellino. Y ese es el elemento de "cierta relevancia" que llevó a "la repentina aceleración que tuvo la ejecución del Doctor Borsellino".

De la existencia de la aceleración y del "cambio de programa" hablaron muchos arrepentidos. El colaborador de justicia Totò Cancemi, a quien entrevisté, lo contó con gran detalle. Relató la reacción de Raffaele Ganci, un prestigioso jefe, quien después de una reunión había comentado: "Esto es una locura, nos quieren arruinar a todos". El mismo Cancemi, con motivo de su declaración en el juicio por la masacre en Via D'Amelio, dijo: "Comprendí que Riina se había comprometido y tenía que responder ante alguien".

Años más tarde, incluso el Jefe de Jefes, Totò Riina, interceptado el 6 de agosto de 2013 dentro de la cárcel Ópera de Milán, le confió a la dama de compañía, Alberto Lorusso que, si bien la masacre de Capaci había sido estudiada durante meses, la de Via D'Amelio había sido "estudiada durante un día" porque, como agregó en una conversación posterior con fecha del 20 de agosto, "llega eso, y de inmediato... inmediatamente... Eh... ¿Pero dime... incluso el segundo? Y bueno, ahora lo veo... dame un poco de tiempo...".

La masacre del 19 de julio, por lo tanto, tuvo que hacerse "inmediatamente" porque alguien la había pedido.

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Autores ideológicos externos, Alfa y Beta

¿Quién mató a Paolo Borsellino? Los colaboradores de justicia también dijeron que había autores ideológicos externos detrás del asesinato de los magistrados en 1992. En cuanto al juez Falcone, el colaborador de justicia Nino Giuffré, otro miembro autorizado de la Cúpula, informó sobre sondeos y "tomadas de pulso" fuera de la mafia. Ante los investigadores, admitió varias veces que el magistrado de Palermo "representaba un obstáculo muy grande para la realización de los diseños criminales no sólo de la mafia, sino también de múltiples sectores del mundo social, de la economía y de la política comprometida con 'Cosa Nostra'".

En lo que respecta a Via D'Amelio, es sobre todo el Borsellino-ter, tramitado por Nino Di Matteo, el que ofrece una importante veta investigativa en el frente de los llamados autores ideológicos externos de las masacres.

Una investigación que no termina sólo en el área de los puntos de contacto con los servicios secretos. Los datos procesales que surgieron en los últimos años apuntan la lupa hacia el norte de Italia, y en particular sobre dos figuras destacadas como el ex primer ministro Silvio Berlusconi y el ex senador (condenado en forma definitiva por concurso externo en asociación mafiosa) Marcello Dell'Utri. Ambos ingresaron al registro de sospechosos con los nombres en código de Alfa y Beta, justo después de las acusaciones hechas en el Borsellino "ter" por Totò Cancemi. El ex jefe de Porta Nuova había declarado que "A Riinapara hacer las masacres le guiaron la mano" y que "en ese momento", es decir en el 92, Silvio Berlusconi y Marcello Dell'Utri eran "los hombres importantes con quienes Riina tenía contactos" y que los señalaba como "sujetos a los que apoyar ahora y en el futuro y aseguraba que hacer esa masacre (la de Via D'Amelio, ndr) sería bueno para toda Cosa Nostra".

Es un hecho conocido que el registro de los dos sujetos que luego serían los fundadores de Forza Italia, se llevó a cabo después de una larga pulseada. El fiscal jefe de Caltanissetta, Tinebra, aceptó el registro con un truco: Dell’Utri y Berlusconi fueron registrados como Alfa y Beta (en Florencia, como Autor 1 y 2). Finalmente, cuando en marzo del 2001 fueron archivados, Tinebra hizo que la solicitud fuera entregada a las defensas un día antes del decreto del magistrado.

Es un hecho conocido que Paolo Borsellino en la última entrevista con dos periodistas de la cadena de televisión francesa Canal Plus, que nunca se emitió y que se mostró por primera vez en un especial de Rainews24 del 19 de septiembre del 2000, habló de los contactos entre Silvio Berlusconi, Marcello Dell'Utri y el ‘cuidador de caballos’ mafioso de Arcore, Vittorio Mangano.

En las sentencias está escrito que incluso esa entrevista fue una de las razones que llevaron a una aceleración de la pena de muerte para Borsellino, ya que el juez dio los nombres de aquellos que representaban al naciente partido Forza Italia,respecto al cual Cosa Nostra alimentaba expectativas políticas que Paolo Borsellino claramente podría haber evitado, quizás investigando a Marcello Dell'Utri, comenzando por la relación de este último con Vittorio Mangano. En la entrevista con los franceses, de hecho, recordó una intercepción telefónica en la que se habla de "caballos" y explicó que se había comprobado en el Maxi Processo que, cuando Mangano hablaba de caballos, se refería a partidas de drogas.

El país en las manos

¿Quién mató a Paolo Borsellino? Sabemos que con la sangre de los jueces asesinados en 1992 muere la Primera República y nace la Segunda. Cíclicamente, en el plano investigativo, hay nombres que regresan y así fue cuando Gaspare Spatuzza una vez más indicó a los "habituales" Berlusconi y Dell'Utri como los nuevos referentes políticos de Cosa Nostra. Nombres que le fueron referidos por su jefe, Giuseppe Graviano, cuando durante una reunión en Roma en el bar Doney, le dijo que gracias "al del canal 5" (Berlusconi, ndr) y uno de sus "paisanos" (Dell'Utri, ndr) les habían puesto "el país en las manos".

Declaraciones que forman parte de la Tratativa Estado-mafia que se desarrolló en un diálogo a golpe de bombas entre 1992 y 1994.

Palabras que se agregan a las interceptados en prisión el 20 de abril de 2016, entre el mismo líder de Brancaccio y Umberto Adinolfi, en el que se habla de una "cortesía" que se le habría pedido ("Berlusca... me pidió esta cortesía... por esto era la urgencia de... por qué esto aquí... entonces ¿qué sucede? Estaba convencido que Berlusconi ganaba las elecciones... en Sicilia... (...), él quería bajar... pero en ese momento estaban los viejos... (...), él me dijo que haría algo bueno").

Palabras que llevaron a la reapertura de las investigaciones en Florencia contra Berlusconi y Dell'Utri, por ser los instigadores de las masacres en el Continente. Porque el hilo de la historia de 1992 a 1994, como se recuerda en el juicio 'Ndrangheta Stragista, con la acusación del fiscal adjunto Giuseppe Lombardo, debe ser anudado nuevamente y presenta la existencia de un largo camino en el que las masacres y las bombas se incluyen en un proyecto de reestructuración política de equilibrios de poder.

Un "diseño" que involucra a partes de los aparatos de seguridad desviados, pero también a la masonería, a segmentos de la política y a empresarios, dentro de ese Sistema Criminal Integrado que todavía hoy está enraizado en los ganglios del poder.

Y a la luz de los hechos, no se excluye que ciertos aparatos nacionales e internacionales (CIA), como sucedió en otros eventos misteriosos de Italia, puedan haber observado o incluso dirigido las masacres dentro de la lógica del apoyo a un nuevo partido que podría ser el garante de los renovados intereses internacionales posteriores a la caída del "muro de Berlín".

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La responsabilidad de la izquierda

¿Quién mató a Paolo Borsellino? Mirando lo que sucedió años después, se puede decir que el sacrificio ocurrido en 1992 fue en vano para la política, de izquierda y de derecha. Porque no olvidamos que en 1997 el gobierno de centro izquierda dirigido por Romano Prodi (cuyo Ministro de Justicia era Flick) cerró las súper cárceles de Pianosa y Asinara (con un voto bipartidista en el Parlamento). No olvidamos que en el '99 hubo un intento por parte del gobierno de D'Alema (aunque con apoyo bipartidista) de revocar la cadena perpetua por el crimen de masacre, permitiendo el acceso al rito abreviado también para los acusados del mismo. Un intento abortado solo gracias a las protestas de familiares de las víctimas de via deiGeorgofili.

No olvidemos que en 2001 el gobierno de Amato (también de centro izquierda, con su Ministro de Justicia Piero Fassino) modificó la ley sobre arrepentidos, eliminando casi todos los beneficios a los miembros de la mafia que colaboran con la justicia y al exigirles, además, que hablen de toda su carrera en la mafia en los primeros 180 días de colaboración.

Una izquierda, por lo tanto, que no ayudó a dar el golpe de gracia a la mafia que en esos mismos años fue duramente afectada por arrestos, investigaciones y juicios. Época en la cual, mientras Totò Riina y sus asociados terminaron en prisión, Bernardo Provenzano logró seguir huyendo durante diez años más. También así se mató a Paolo Borsellino. Una vez más. Y luego, una y otra vez, lo mataron todas esas personas que acusan injustamente de tramas oscuras, creando un desvío en el desvío investigativo, a los magistrados que comprometieron toda su vida en la búsqueda de la verdad sobre los verdaderos asesinos de estos crímenes que destrozaron al país.

Las promesas traicionadas

¿Quién mató a Paolo Borsellino? Es un mantra sin fin que nos ha acompañado durante 28 años. Arrojar luz sobre este tema era una tarea que también se había encomendado a quienes habían prometido ser el "gobierno de cambio", pero que al final del día traicionaron a su propio espíritu. También debido a un ministro de Justicia inepto e inexperto, que será recordado más por sus desastres indescriptibles (caso DAP, fallido nombramiento de Di Matteo y verificación tardía de las excarcelaciones) que por alguna buena ley (voto de intercambio, corrupción, bloqueo de la prescripción). De la mano del ministro del Interior hay una evaluación de "no aprobado" en el trabajo de la lucha contra la mafia. Y otro año más que pasa en el cual Matteo Messina Denaro, el jefe de Cosa Nostra que guarda todos los secretos de Riina sobre masacres, acuerdos, secretos y tratativas, sigue disfrutando de su escondite.

¿Quién mató a Paolo Borsellino? Quizás todos seamos responsables. Porque no sabemos encontrar una respuesta a la pretensión de verdad y justicia que los familiares de las víctimas de la mafia y los ciudadanos honestos piden ante el sacrificio de un héroe que pertenece a la conciencia de todos. Porque, al igual que Falcone y dalla Chiesa, Paolo Borsellino es un verdadero padre de la Patria.

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*Fotos de © Imagoeconomica

*Foto de Portada: Paolo Bosellino

*Foto 2: Arnaldo La Barbera

*Foto 3: La agenda roja en una imagen del Tg1

*Foto 4: Bruno Contrada

*Foto 5: Mario Mori

*Foto 6: Marcello Dell'Utri y Silvio Berlusconi

*Foto 7: Romano Prodi, Piero Fassino e Massimo D'Alema

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