Hoy el escritor sigue relatando los hechos a los verdaderos herederos de Falcone y Borsellino

Por Giorgio Bongiovanni-18 de agosto del 2020

"Se muere cuando un dedo índice, que viene de adentro de las instituciones, te ofrece a la venganza mafiosa y eso pasa no sólo cuando se da un paso adelante sino cuando los que están cerca dan un paso atrás".

Corría el año 1990 cuando Giovanni Falcone, en la presentación del libro "Diez años de mafia" de Saverio Lodato, en diálogo con Nando dalla Chiesa, Gerardo Chiaromonte y Luciano Violante, describía un cuadro alarmante y casi profético de un Estado que no quería combatir a la mafia.

Han pasado 30 años desde entonces. "No es casualidad -subrayó Falcone al recordar el sangriento ataque de las mafias contra policías, magistrados y jueces que tuvo lugar en los años 70 y 80- que todos los asesinatos se llevaron a cabo exclusivamente contra personas que estaban particularmente expuestas y no sólo por su actividad concreta, sino porque ante su compromiso particular estaba la inercia, la indolencia y el desinterés de muchos otros que deberían haber hecho algo pero que no hicieron nada".

Basta de especulaciones con la piel humana

Por Giorgio Bongiovanni-14 de agosto del 2020

Para evitar dudas, lo diré de inmediato: cuando hablo de "cortar las piernas" no lo digo en un sentido físico, sino moral y ético.

Porque es una mezcla entre rabia y sensación de náuseas lo que se siente cuando uno se entera que diputados, un presidente de Región y consejeros regionales han solicitado descaradamente al INPS el bono de 600€ previsto por el Gobierno como ayuda durante la emergencia del Covid-19.

Ya hay quienes los llaman los "astutos del Montecitorio", pero deberían ser llamados delincuentes cuando, con sus acciones, no sólo han ofendido la inteligencia de los italianos, sino que han robado fondos a quienes realmente necesitan ayuda durante el receso del coronavirus. Y personas en dificultades, dicen los números, realmente hay muchas en Italia, las que debido a la crisis están muy cerca del estado de pobreza.

Por Giorgio Bongiovanni-25 de julio del 2020

La bestia asesina de Brancaccio, Giuseppe Graviano, en un memorial de 54 páginas enviado al Tribunal Penal de Reggio Calabria, regresa para escupir veneno y enturbiar las aguas en la búsqueda de la verdad. Este es el último movimiento del jefe mafioso de Palermo, que desde su encierro bajo el régimen del 41 bis, manda mensajes al exterior.

Se despegó de las acusaciones hechas en su contra por los colaboradores de justicia, hasta se declaró inocente de todos los delitos de los que fue acusado, diciendo, de hecho, que quería la revisión de todos sus juicios.

Ya durante el proceso había expresado su nerviosismo con respecto a las preguntas del fiscal Giuseppe Lombardo hasta el punto de enfurecerse contra el abogado Antonio Ingroia. Y también cuando se le formularon preguntas sobre las masacres, los instigadores y las tratativas.

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