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the_money_mastDEUDA PUBLICA: LA GRAN ESTAFA
Por Giulietto Chiesa - lavocedellevoci.it. – 31 de agosto 2011

¿Pero de verdad debemos quedarnos con estos banqueros? ¿De que sirven los bancos? ¿Qué es la finanza? ¿Por qué estamos todos endeudados? ¿Quién es responsable de esta deuda? ¿Es todo normal lo que está ocurriendo, o hay algo que no encaja? 
No se acabaría nunca de hacer preguntas cuando se asiste a la comedia cotidiana de las bolsas que se derrumban, de los políticos que se echan la culpa uno a otro, de los  fantasmales “especuladores” que no se sabe quiénes son, salvo que son ciertamente necios multimillonarios que se llevan el dinero a los bolsillos. Sin embargo todo está claro como el sol.
Quien manda en el mundo occidental (no en el mundo, sino sólo en el occidente), son los grandes bancos. 
Los grandes bancos son solidarios entre ellos y hacen parte de un pool muy circunscrito. Los “acreedores”, aparentemente, son ellos. Son ellos los que a estas alturas dictan a los Estados lo que tienen que hacer. Es la dictadura del dinero la que ha cancelado todas las democracias. 
¿Pero luego es verdad que les debemos algo? 
La respuesta – y la saben todos los que “saben” - es que hemos sido robados. Los grandes conglomerados financieros del occidente han quebrado todos en el 2007. Se habrían derrumbado todos si el Federal Reserve, el Banco Central europeo y los países productores de petróleo no hubieran intervenido, de hecho cubriendo sus  crack. Han dejado fracasar el Lehman Brothers, para hacer un regalito al gran público que ignora como están las cosas. Todos los demás han sido salvados. Con nuestro dinero. 

Ninguna regla ha sido introducida para cortarles las uñas. Y ellos, una vez salvados por los gobiernos, han pedido que sean pagados por una segunda vez. Ciertamente tienen los créditos, sobre el papel, pero se trata de préstamos concedidos sobre la base de nada. Producían dinero con engaños y lo prestaban haciéndonos pagar a nosotros los intereses.
Cuando se descubrió que embrollaban, convocaron a los gobiernos y a los banqueros centrales (ambos sus mayordomos), y dijeron: "somos demasiado grandes como para fracasar. ¿Queréis hacernos hundir? Peor para vosotros. Nunca más campañas electorales gratis, nunca más poder. Os haremos enfrentaros con las muchedumbres enfurecidas y azuzaremos nuestros medios de comunicación contra vosotros. Os haremos trizas, publicaremos dónde están vuestras cuentas corrientes en el banco, os echaremos en cara el dinero que os hemos dado “bajo cuerda.”

Y gobiernos y bancos centrales han cedido obviamente, siendo sus cómplices. Grecia, Irlanda, Portugal han sido los experimentos preliminares. “¿Hay que salvarlos!”, gritan todos, de lo contrario se derrumba el euro, se derrumba Europa. Pero quién les tiene que salvar? ¿Es decir quién debe pagar sus (falsas), deudas a los grandes banqueros? Los Estados. Pero los Estados ya están en rojo después de los rescates de los bancos del 2007-2008. Entonces tienen que pagar las poblaciones. También Italia. Están diciendo a las poblaciones europeas que se acabó el pacto social que ha sostenido en los últimos sesenta años a Europa occidental. 

Fuera el welfare, prácticamente de golpe. ¿Y luego? Dicen: “después hay que empezar de nuevo a “crecer.” 

Es decir a consumir. ¿Pero con qué dinero, si las rentas de todos los trabajadores serán segadas? Y con que bienes, visto que tendremos que privatizar hasta el Coliseo, mientras las astas de las privatizaciones serán agolpadas de banqueros que vendrán a comprar usando nuestras deudas, es decir usando el dinero virtual que ellos han producido y que nosotros ya hemos pagado una vez. 
Atraco bueno y claro, o feo y malo, como prefieran.
 
¿Y nosotros que hacemos? Los partidos, la izquierda no tiene ninguna idea alternativa, ya que desde hace décadas ha aceptado todos los chantajes posibles e imaginables y siendo parte de la gran estafa. 
 
Mi idea es la de mandarles a todos al carajo y de organizarnos para impedir que nos expropien. Hace falta decir, rotundamente, que esas deudas son ilegales. Hechas por regímenes corruptos sobre nuestras espaldas. Es decir que no son exigibles. Queremos saber quienes son los acreedores, queremos verles en la cara, uno por uno. Queremos ante todo una auditoría independiente. Además queremos que cambien las reglas. Un Estado no se puede comparar con un banco. Las vidas de millones de personas no son las de los ricos poseedores de las mayorías de los paquetes accionarios de un banco. Los Estados tienen que tener acceso al dinero a tasa cero. Los bancos tienen que tener reservas iguales al menos a la cantidad de préstamos que erogan. 

Fuente: http://www.lavocedellevoci.it/inchieste1.php?id=438   

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