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por Saverio Lodato – 2 de mayo del 2019

Hace unos días, aquí mismo, nos preguntábamos dónde colocar la figura del jefe de Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro; se encuentra en la base o en la cima de la pirámide en que están – dando crédito a las indiscreciones periodísticas en la investigación de los fiscales de Palermo y Roma, hasta ahora no negadas por nadie – el subsecretario Armando Siri, el empresario Paolo Arata y el imputado actividades mafiosas, Vito Nicastri (considerado por los investigadores un presta nombre de Messina Denaro), entre tantos grados que se comunican entre sí. En síntesis.

Si esta cadena de San Antonio (y que San Antonio no la tome, porque se trataría, en este caso, de una cadena mafiosa y criminal) fuese verdadera, y probada – hasta qué punto llegaron las cosas, o dónde se frenaron, que sería más exacto – se puede concluir que Messina Denaro está en la cima, en la parte superior y, desde allí, al menos por el momento, no lo baja nadie.

Todo lo que está sucediendo, es decir nada, entra – evidentemente – en pugna con la lógica. Así es, sin embargo, si se piensa en la eventual renuncia de Siri.

En primer lugar, choca con la lógica electoral.

Para Matteo Salvini no debe ser agradable ponerse al frente de una defensa a ultranza de un subsecretario que ya había comenzado mal (condenado por bancarrota fraudulenta a un año y ocho meses) independientemente del punto de llegada de su carrera política. Y en ese caso – y Salvini debería reconocerlo –  el tan aclamado "juicio definitivo" del poder judicial ya ha sido dado: Siri es un quebrado fraudulento.

Salvini, que es un hombre inteligente, lo entiende perfectamente. Sin embargo, prefiere mostrar alguna dificultad de comprensión. Así es. ¿Por qué?

A la Liga todo le está saliendo mal, similar a un Pinocho que en la cuestión moral se puso a prueba en redes unificadas durante días y días seguidos. ¿Cuánto debe estirarse la nariz de la Liga, teniendo en cuenta que estamos en plena campaña electoral, antes de correr a cubierto?

En cambio, a pesar de todo, la Liga no solo mantiene la posición (que corre el riesgo de pasar de vergonzosa a escabrosa, por no decir obscena) sino que confía en las palabras de Giancarlo Giorgetti, subsecretario de la presidencia del consejo, la tarea de mantener en pie, con razones, a un Salvini claudicante. Diciendo, él también: Siri no se toca.

Y Siri, por su parte, y esto se entiende mejor, se muestra resistente y jubiloso de estar enquistado en su sillón.

Pero la pregunta que ahora nos asalta es esta: ¿Giorgetti realmente habla sólo para apuntalar a Salvini? ¿O habla también en su propio beneficio, quizás porque conoce mejor este tema, en comparación con un Salvini que se avergonzaría de abandonar el tema, evocando, para el "caso Siri" – solo para decir una agudeza – la castración química? En suma: ¿quién está mejor versado en el "caso Siri", Salvini o Giorgetti?

¿Y será acaso verdad que el tiempo trae consejos?

Luigi Di Maio continúa impertérrito deshojando la margarita. Y niega con la cabeza: no, hoy Siri no renuncia. Tal vez mañana, quién sabe.

Giuseppe Conte, el primer ministro que en los últimos días fue y regresó de China y Túnez al Palazzo Chigi al menos un par de veces, encuentra siempre el expediente en su escritorio. No hay manera de archivarlo.

En conclusión.

¿Dónde colocarían a Matteo Messina Denaro en un juego de salón?

¿En la cima o en la base de la pirámide? Hemos proporcionado algunas pistas para responder. ¿O no?

POST SCRIPTUM

Palabras claras, compartibles, incluso valientes (las que siguen a continuación).

Giuseppe Conte, el primer ministro de este gobierno, hizo pública su decisión dolorosa, pero inequívoca, sobre el "caso Siri". Confirmando en nosotros, por lo que pueda valer, el juicio que expresamos sobre él en el momento de su discurso de inauguración. Sobre la mafia – de hecho escribimos – pronunció palabras "pesadas como piedras". Han pasado once meses desde entonces.

Y ahora, su decisión de remover a Armando Siri del cargo de subsecretario, entregándolo a la próxima reunión del Consejo de Ministros, corta de raíz – y definitivamente – las opciones de aquellos que querían alimentar un caso electoral permanente. No es una coincidencia que Conte se dirigiera a las dos listas, articulando conceptos tanto elevados como basados ​​en el sentido común, a ambos duelistas. Sea para Matteo Salvini, sea para Luigi Di Maio, deberán darse cuenta de que ambos son los "vice" de un presidente del consejo llamado Giuseppe Conte.

Conte, de hecho, y esto le hace honor, decide – y qué decisión la que toma – teniendo en cuenta la justicia, la garantía, el afecto humano y el mérito – sí: el mérito de una cuestión resbaladiza y enredada – de todo el asunto. Y todo esto, fíjense bien, habiendo mirado a la cara al interesado que, al final, se convertiría en el destinatario directo de una orden de alejamiento. No es un juicio de pre-culpabilidad, no es una anticipación de una sentencia. Esto Conde también lo remarcó.

Pero la simple constatación de que Siri había trabajado arduamente para favorecer los intereses económicos de sólo una "parte", se convirtió en el punto decisivo.

Lo que – por extraño que pueda sonar en la Italia a la que estamos reducidos – no es aceptable. Y Conte no ha querido aceptarlo. Los italianos, independientemente de cómo piensen, lo reconocerán.

(Actualización de las 20.31)

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Foto de Portada:  © Imagoeconomica

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