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Por Saverio Lodato-24 de octubre del 2020

Nino Di Matteo fue rehabilitado, se le devuelven el maltrato y el honor a quien el tiempo, una vez más, ha dado la razón. Puede volver en cualquier momento a trabajar en ese grupo denominado "Mafias y entidades externas en masacres y otros delitos" de la Fiscalía Nacional Antimafia, del cual había sido expulsado.

Casi de no creerse.

Silencio absoluto en los periódicos y en la televisión sobre todo el asunto. Los italianos no lo saben y no tienen por qué saberlo.

Pero qué mal fin tienen los detractores de Nino Di Matteo.

No hacen ni dicen nada bueno. Aunque llevan años disparándole gruesos perdigones, se lo vuelven a encontrar frente a ellos, todo de una pieza, insensible a las calumnias y vulgaridades, a las falsedades, tergiversaciones e invenciones sacadas de la nada en su contra. E indiferente incluso a las que son auténticas inmundicias -si se nos permite la expresión un tanto áspera- hacia él. Inmundicias hechas e inmundicias escritas.

Bien.

Dicho todo esto, hoy se cumplen exactamente un mes y un día desde que Nino Di Matteo fue plenamente reintegrado al grupo de trabajo de la Fiscalía Nacional Antimafia. Grupo de trabajo -algunos recordarán- del que fue expulsado (el 20 de mayo del 2019) por el fiscal Federico Cafiero de Raho al día siguiente de su participación, la de Di Matteo, en un programa de Atlantide (del 18 de mayo del 2019), dirigido por Andrea Purgatori y dedicado al aniversario de la masacre de Capaci.

Los motivos dados por De Raho, en aquel entonces, fueron que esas declaraciones a Atlantide "han hecho que los demás miembros del grupo de trabajo y de las fiscalías de distrito pierdan la confianza en Di Matteo".

Una medida que provocó el atronador aplauso de los detractores de Di Matteo, los mismos que ahora tuvieron un final miserable.

Aterrorizados como estaban (sería bueno conocer la verdadera razón de este terror) de que Di Matteo estuviera incluido en un grupo de trabajo tan delicado, con su remoción se habían sacado la lotería.

Pero Di Matteo, armado de santa paciencia, papel y bolígrafo, hizo sus observaciones -en la práctica un recurso- y las envió al CSM, a la séptima comisión (que se ocupa del control y de la legitimidad de las disposiciones internas de las oficinas judiciales), alegando que la mencionada disposición era "injustificada e inmotivada en la sustancia, y que no había sido adoptada de acuerdo con los procedimientos formales previstos".

En pocas palabras, y esto es lo esencial, Di Matteo se consideró inocente de los cargos, limitándose -en la entrevista televisiva- a alinear todos los elementos ya consagrados en documentos procesales que ya no están cubiertos por el secreto y por lo tanto son públicos.

La séptima comisión había puesto fecha -el 23 de septiembre de este año- para discutir la decisión final.

Es decir, es esa oportunidad el CSM se habría pronunciado sobre la legitimidad o no de la orden de expulsión de De Raho. Pero no fue necesario.

La Fiscalía Nacional Antimafia, en la mañana del día 23, envió la revocación de su disposición fechada el 20 de mayo de 2019, "con pleno efecto reparador".

Los motivos dados por De Raho, hoy: "Teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde la adopción de la medida ... y considerando la necesidad de evitar al CSM agravios procesales y de toma de decisiones, en un momento particularmente delicado para salvaguardar las funciones y la imagen de la magistratura...".

La séptima comisión reconoció y resolvió, a su vez, un no ha lugar para proveer en orden a la expulsión original de Di Matteo. Hasta aquí los hechos.

Sin embargo, se imponen ciertas consideraciones.

Mientras tanto, Di Matteo puede volver en cualquier momento a trabajar en ese puesto de la discordia en la Fiscalía Nacional.

Y no querríamos estar en la piel de sus detractores: ¿mejor un Di Matteo en el CSM, o un Di Matteo que investiga “entidades ajenas” a las masacres? Difícil sentencia para los miserables.

Les dejamos la tarea de superarlo.

Cierto. La reciente declaración del guardia penitenciario Pietro Riggio, en la segunda instancia del juicio sobre la Tratativa Estado-Mafia, que tramita en Palermo, anuncia nubarrones y tormentas para quienes, desde el principio, definieron a este proceso como una "locura total". ¿Acaso Riggio también se ocupaba del grupo de trabajo del que fue expulsado Di Matteo?

No sabemos la respuesta.

Pero llama la atención que de las declaraciones de Riggio (literalmente devastadoras en muchos sentidos) los grandes diarios -informados por ANTIMAFIADuemila -no hayan publicado una sola palabra.

Di Matteo, por su parte, en estos días está en todos los periódicos por ser supuestamente "culpable", según muchos, de haber cometido traición a su colega Piercamillo Davigo, rechazado por el CSM en su solicitud de querer permanecer, incluso como jubilado, en el autogobierno de los jueces.

El resumen de la historia es que las infamias nunca se acaban.

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*Foto de Portada: originale © Paolo Bassani

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