Hubo una época en que la mafia disparaba, pero su existencia se negaba espasmódicamente.
Que los delitos fueran en racimos, a veces en centenas, no alcanzaba para que los negacionistas desistieran, porque a la mafia no querían verla, ni definirla, ni llamarla por su nombre. Y para hacerlo, utilizaron lo que podríamos denominar un chiste tomado de los tiempos modernos: un delito vale uno. Las sumas aritméticas no dan un fenómeno criminal y, mucho menos, una organización secular y secreta (que en Italia ha existido durante más de siglo y medio).Nole corresponde al poder judicial –el tema, como se puede ver, tiene raíces muy antiguas– estar en contra, reprimir, sofocar.
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- SAVERIO LODATO