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Entrevista Karina Rojas, periodista de La Izquierda Diario Uruguay y activista de Pan y Rosas

Por Victoria Camboni, de Our Voice Montevideo-21 de agosto de 2019

Es viernes por la tarde. A pesar de la incesante lluvia y el extenso horario laboral, Karina Roja sacudió a la cita que teníamos pactada y nos brindó su valioso tiempo donde, con muy buena disposición, contestó a nuestras preguntas. Karina es feminista, integrante del movimiento internacional Pan y Rosas, y escribe para La Izquierda Diario, medio independiente que busca informar de forma contundente acerca de la realidad que los grandes medios de comunicación tantas veces pretenden silenciar. Actualmente Karina Rojas está brindando talleres de Feminismo y socialismo en la Facultad de Humanidades, donde hace un recorrido histórico desde los inicios del capitalismo hasta hoy sobre el feminismo valorado a través de una mirada marxista. Y la colega Rojas, entre otros temas, nos habla precisamente sobre el feminismo, la lucha de clases, el periodismo regional y local, UPM, el pueblo mapuche y la lucha del pueblo palestino. Con sobrado conocimiento, la periodista Rojas, en definitiva, se constituyó como un valioso aporte cultural y de ideas, como activa protagonista de La Izquierda Diario en la lucha dirigida a organizar la resistencia respecto al periodismo que en un futuro justificara ajustes perjudiciales para al pueblo trabajador. Es que Karina Rojas entiende que el periodismo uruguayo estará dividido.

-¿Cómo nació La Izquierda Diario y cómo te integraste?

-La Izquierda Diario es un proyecto que tiene alrededor de 5 años. Es un proyecto que nació en la Argentina a partir de fuerzas socialistas que integran el Frente Izquierda de los Trabajadores. Es una coalición de izquierda en Argentina y lo impulsa el PTS que es el Partido de Trabajadores Socialistas y tiene un objetivo muy importante que es informar por izquierda, informar desde la voz de los trabajadores, desde la voz de las mujeres y la juventud precarizada, la juventud trabajadora y la juventud estudiantil. Esta organización forma parte de una red internacional de organizaciones hermanas, a las cuales les propuso generar también una prensa digital diaria en red. Este proyecto fue muy bien tomado, esta iniciativa fue muy bien recibida por todos los otros grupos y partidos políticos y organizaciones en distintos países y regiones en el mundo. Lo que tenemos es una plataforma común. Sin embargo cada uno maneja la plataforma que le corresponde a su país o a su región, pero la información es cooperativa en el sentido de que todos podemos tomar de toda la red, información de toda la red. Entonces nosotros difundimos y publicamos lo que se hace en Alemania, difundimos y publicamos lo que se publica en Estados Unidos, lo traducimos, o lo que se publica en La Izquierda Diario en portugués, en Brasil. Es un proyecto que intenta dar una visión socialista de la realidad, una lectura con independencia política porque opinamos que los medios masivos de comunicación tienen intereses económicos y sus intereses responden a las clases dominantes de los distintos países. Nosotros intentamos dar una visión desde los oprimidos, desde los explotados de este sistema capitalista y no solamente la información sino también una herramienta que les permita organizarse y liberarse. Hace 5 años se lanzó en la Argentina. Y nosotros este año estamos cumpliendo 4 años.

-¿Cómo ves el periodismo independiente en América Latina en cuanto al enfoque que le da a los distintos temas que abordan los Derechos Humanos como ser impunidad, libertad de expresión, narcotráfico, persecución a distintas luchas como ser la mapuche, entre otras?

-La verdad es que en toda América Latina en los últimos 25 años han proliferado los medios alternativos independientes. Cuando decimos independientes no quiere decir que no sean partidarios o que no tengan una clara delimitación ideológica. Cuando decimos independientes, decimos independientes a los grandes medios de comunicación y a los grandes poderes económicos. Tenemos que decir que la comunicación es como el cuarto poder, los medios son el cuarto poder y son formadores de opinión. Lo vemos como parte de la clase dominante. Entonces me parece que la categoría independiente tiene que ver con eso. Más allá de que respondan a alguna ideología marxista o autonomista, zapatista, etcétera. Hablando justamente de América Latina, hubo un desarrollo en estos últimos 20 años de los medios alternativos muy ligados a las luchas sociales. Hoy por hoy para mí hay una proliferación de un montón de medios alternativos, algunos tienen más llegada a gran escala o a mediana escala, y otros se concentran más a nivel local. Me acuerdo de La Vaca. Acá también, en Uruguay hay algunos medios alternativos que tienen una visión muy localista y otros que intentan trascender. ¿Qué quiere decir que intentan trascender? Que toman discusiones, debates y noticias de otras partes del continente. Yo lo veo de forma muy positiva, aunque también pienso que estaría bueno contar con una mayor organización y cooperación entre los medios alternativos. Me parece que es un debe que tenemos.

-Te planteaba el tema de la lucha del pueblo mapuche como un ejemplo de que se ha difundido en una forma distinta de lo que ha sucedido realmente en los medios hegemónicos. ¿Crees que el periodismo independiente tiene fuerza suficiente para contrarrestar esta manipulación?

-Creo que gracias al periodismo independiente también se saben un montón de cosas que por los medios masivos no se sabrían, pero tampoco creo que tengan la fuerza suficiente. Pienso que tienen que fortalecerse en todo punto de vista: en el punto de vista militante, en el punto de vista ideológico, de formación ideológica y de pensamiento estratégico, tienen que fortalecerse desde el punto de vista logístico. Obviamente la tecnología la tienen algunos y a otros nos cuesta un montón. Pienso que con respecto a la comunidad mapuche, los grandes medios de comunicación tanto en Chile como en Argentina son reproductores de la ideología del Gobierno y la ideología de esos gobiernos es una ideología de asimilar al pueblo mapuche como el terrorismo, de encasillarlos como un grupo terrorista y por eso criminalizarlos, porque en realidad lo que quieren son sus tierras para poder comerciarlas. Claramente tiene que haber una postura de los medios independientes de defensa de la comunidad mapuche, de defensa de su autodeterminación como pueblo independiente y el respeto de sus costumbres, de su religión, de su cosmovisión, y de la pertenencia a sus tierras. No como una cuestión de propiedad pero sí de pertenencia ancestral. Y eso tiene que ser claro, y eso tiene que ser una postura ideológica de todos los medios alternativos.

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-¿Cuál es tu visión sobre Palestina y la lucha que se está dando allí?

-Palestina es un pueblo totalmente sojuzgado, oprimido, militarizado, y condenado a un apartheid, a una división territorial, a las fuerzas militares israelíes, y que su causa tiene que ser la causa de todos también, así como la causa mapuche. El pueblo palestino es un pueblo muy sufrido pero también un pueblo muy heroico y muy guerrero, que ha sabido defender su derecho a la autodeterminación también, más allá inclusive de los sectores políticos que sean la voz de la causa palestina con los que yo no coincido, pero sí coincido y estoy totalmente empatizada con la causa del pueblo palestino por tener su derecho a la autodeterminación, no solamente de su Gobierno sino también de su territorio, a la legislación sobre su territorio, comercio, etcétera, como cualquier país, a tener su Estado. Nosotros desde La Izquierda Diario al tener una postura socialista, opinamos que el Estado palestino no podría ser menos que un Estado obrero y socialista, pluriétnico, multirracial y multirreligioso, en el sentido de que no sea un estado teocrático como algunas corrientes palestinas lo promueven -por ejemplo Hamas-, pero sí que sea un Estado que integre las distintas culturas, las distintas religiones, donde pueda repartirse la riqueza en manos de la clase trabajadora, expulsando no solamente al Ejército Israelí que no es otra cosa que el poder del Imperialismo en esa región.

-¿Qué visión tienes sobre la lucha ambientalista?

-En general la lucha ambientalista ha ganado en los últimos años una importancia fundamental a nivel mundial. No te olvides que están los Friday For Future en Europa y ahora también en algunos países, acá también. Lo que llama la atención es que la lucha ambientalista, en realidad no viene de ahora sino que viene de los ’60 como mínimo, pero que ahora la toman las nuevas generaciones-los millenials, o los postmillenials o los centenials-. Está buenísimo, no solamente porque eso significa una toma de conciencia respecto de la situación terrible de las consecuencias que genera el capitalismo y el mal uso y la depredación del medio ambiente movidos por una sed de ganancia individual, y no movidos por un sano equilibrio y no movidos por las necesidades del ser humano y su conexión con el medio ambiente -que para mí tranquilamente se puede llegar a ese equilibrio-.Estas nuevas generaciones para mí tienen esa fortaleza de empezar cuidando el medio ambiente, pero para poder cuidarlo van a tener necesariamente que cuestionarse este sistema político y económico y cultural que genera toda esta degradación del medio ambiente. Lo vemos en miles de cosas: en la explotación de los distintos recursos naturales; en la contaminación de los lagos, ríos, mares, océanos; lo vemos en la extracción de la megaminería, en la utilización de la técnica de fracking; lo vemos ahora con el avance de la ley de Bolsonaro que quiere lamentablemente comercializar y desforestar todo el Amazonas, y es un tema que desde el socialismo, desde las corrientes marxistas, lo tenemos que tomar con todo y tenemos que dar una respuesta justamente de clase en el sentido de cuestionar que el capitalismo termina degradando aún más el medio ambiente e impide una relación armónica entre el ser humano y la naturaleza.

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-¿Qué visión tienes sobre la instalación de una nueva planta de celulosa en nuestro país?

-Desde las páginas de La Izquierda Diario venimos denunciando que la planta de celulosa y la negociación que el Gobierno uruguayo tuvo con la finlandesa UPM constituye un acuerdo de coloniaje. Hacemos un análisis de que las formas en que se fueron dando las negociaciones generan una dependencia y una relación colonial entre el Estado uruguayo y la multinacional. La multinacional viene, quita los recursos naturales y utiliza la capacidad territorial de un país de la periferia como Uruguay. Ni siquiera se exporta el producto terminado sino que es algo a medio terminar -la pasta de celulosa-, y además las obligaciones que tiene el Gobierno respecto de este tipo de contratación son realmente coloniales en el sentido de que se ponen a disposición un montón de recursos estatales para garantizar que venga la pastera. Para mí es un reforzamiento de un modelo económico que viene sosteniendo el Frente Amplio, contradictoriamente al decirse un Gobierno de izquierda–supuestamente-, es un modelo que viene repitiendo el Frente Amplio, extractivista, primarista de la economía, porque nosotros somos países agroexportadores de materias primas y de commodities, con lo cual se reproduce esa lógica de recursos naturales. Me parece nefasto y creo que está planteado que esta juventud millenial, los trabajadores, el pueblo y las mujeres organizadas también, podamos defender nuestros recursos naturales. Nosotras en Pan y Rosas y en el movimiento de mujeres siempre tenemos una frase que dice:“nuestro cuerpo, nuestro territorio”, en el sentido de que nosotras mandamos en nuestro cuerpo. El territorio de Uruguay y de Latinoamérica también lo tenemos que defender como nuestro cuerpo. Entonces tenemos que enfrentar este avance colonialista.

-Justamente hablabas de Pan y Rosas, esta agrupación internacional feminista. ¿Cómo se definen y qué incidencia crees que tiene en la mujer de hoy en cuanto a temas que trata el feminismo como el aborto, violencia de género, igualdad de género, en distintos aspectos –cultural, social, laboral-?

-Formamos parte del movimiento feminista a nivel internacional, un movimiento que está en pleno auge, en plena ola, en plena nueva ola, y que es un movimiento imparable de mujeres que luchan por sus derechos, y que luchan por su liberación. Entonces nos sentimos profundamente parte de ese movimiento. Ahora, lo hacemos desde una visión del feminismo socialista. ¿Qué quiere decir? Que es un feminismo que liga la lucha de género, es decir la lucha de la mujer, con las tareas históricas de la clase trabajadora por su liberación. Hacemos un análisis donde entrecruzamos la categoría de género y clase, relacionándola en tanto estructura patriarcal y capitalista, que no solamente oprime a la mujer sino que también explota a más de la mitad de la población femenina. Sostenemos que el capitalismo se nutre del patriarcado para poder redoblar nuestras cadenas en el ámbito productivo y no productivo también. Y en el reproductivo. Desde Pan y Rosas venimos haciendo algunas actividades en relación a desarrollar la ideología feminista socialista. Por eso estamos lanzando un curso que se llama “Curso de feminismo y socialismo” en donde damos algunas nociones básicas de los principios de la lucha por la liberación de la mujer ligada a emancipación de la clase trabajadora. En ese marco hacemos muchas discusiones y muchos debates, y tocamos muchos puntos, por ejemplo sobre por qué se da la violencia de género. La violencia de género para nosotras tiene que ver con una manifestación del machismo y de la sumisión de la mujer en esta sociedad. Hay una autora cuyo pensamiento está muy vigente pero sin embargo escribió en el siglo XIX que es Flora Tristán: “Las mujeres son las proletarias de los proletarios”, decía. Nosotras estudiamos mucho a Flora Tristán en este curso de feminismo y socialismo, y lo podemos aplicar tranquilamente ya que en realidad la violencia de género tiene su raíz en este sistema, el cual ni siquiera es el capitalismo, porque el machismo es muy anterior al capitalismo. Es decir, el patriarcado es muy anterior al capitalismo, pero lo relacionamos con el sistema actual porque la violencia somete a las mujeres, las hace más sumisas, les baja la autoestima, entonces así el capitalismo las puede explotar mejor, les paga menos que a los hombres por la misma tarea, las acosa laboral y sexualmente, y las mujeres tienen que bancar todo eso porque de su sueldo dependen sus familias.

Los feminicidos, para nosotras que le ponemos el nombre feminicidio, para marcar la responsabilidad del Estado y su omisión frente a estos crímenes de odio hacia las mujeres. Omisión o responsabilidad del Estado que tiene que ver con políticas públicas, negligencia, falta de atención, revictimización, culpabilización. Vemos que el responsable es este Estado que reproduce la dominación de clase y de género en todos sus órdenes, desde los medios de comunicación, las publicidades, la educación pública, la relación con las iglesias, la misma organización del régimen democrático constitucional, que no tiene ni siquiera paridad de género. Hay una falta de representación política de la mujer, pero damos una pelea más allá nosotras; decimos que no es suficiente si en las organizaciones en donde están las mujeres trabajadoras no hay una verdadera representación de ellas. Entonces peleamos para que se organice la mujer trabajadora, la mujer estudiante, la mujer ama de casa y la mujer intelectual, en todos los ámbitos, para que empiece no solamente a reconocerse en la otra mujer -porque además la violencia de género genera competencia entre las mujeres, genera rivalidades absurdas que no son tan absurdas porque es en lo que se basa todo el mundo también para seguir oprimiéndonos-, pero en realidad nosotras queremos lo contrario; queremos que nos reconozcamos entre las mujeres, que nos reconozcamos no como víctimas sino como aliadas, que nos organicemos y que peleemos a la par de los hombres por los derechos a conquistar.

-Volviendo al periodismo, ¿Cuál es la realidad que ves en el periodismo en el Uruguay en este momento?

-El periodismo en Uruguay es un periodismo claramente con colores políticos; el periodismo que es oficialista, lamentablemente ha caído en una invisibilización y en un ocultamiento de un montón de situaciones injustas. Vemos con mucha tristeza, por ejemplo, medios que fueron muy buenos, que son muy buenos, como La Diaria, que se ha vuelto realmente muy oficialista y en este camino ha perdido rigurosidad, objetividad -la objetividad siempre es relativa, pero en el sentido por lo menos de mostrar los hechos más o menos tal cual son, o que siempre sabemos que eso no puede ocurrir porque somos seres totalmente subjetivos-, ha perdido nota de análisis crítica, ha perdido espíritu crítico. Lamentablemente, por lo menos desde mi generación y otras generaciones leíamos y consumíamos La Diaria como un medio independiente. Yo creo que hoy no lo es, y lo digo con mucha tristeza. Otros medios son claramente la voz de las patronales, de las patronales del campo, de la oligarquía, de los partidos más de derecha, de los nuevos fenómenos militaristas como Manini Ríos; la voz de los que reivindican a Bolsonaro, de los que quieren mantener la impunidad de los genocidas, de los militares, la voz de la impunidad. La voz de la clase explotadora. Su mirada es una mirada totalmente faccionalista en el sentido de que muestran la realidad en su propio beneficio y no nos queda otra que a los medios alternativos mostrar la otra realidad, o sea mostrar la realidad de los explotados, mostrar la realidad de los necesitados. Hemos sacado por ejemplo hasta notas de colectivos que se vienen organizando desde hace muy poquito de personas en situación de calle, personas trans que han sido discriminadas en los hospitales por no poder hacerse operaciones de urgencia que se tenían que hacer. Hemos cubierto el conflicto de Montevideo Gas, siempre cubrimos todas las alertas feministas. Siempre participamos y siempre las cubrimos. También siempre cubrimos las principales luchas estudiantiles por la defensa de la educación pública, por el 6% para el PBI. Lo que queremos es recuperar las mejores tradiciones de lo que fueron los grandes movimientos revolucionarios en Uruguay y América Latina, y ponerlos a disposición de las nuevas generaciones.

-¿Qué esperas del periodismo en Uruguay en los próximos años?

-Yo pienso que el periodismo va a venir acompañando una situación económica y política que se va a ir deteriorando. El año que viene tenemos que pagar millones de dólares de deuda externa. No sé cómo lo vamos a hacer, no sé cómo lo piensan hacer los distintos partidos que tienen posibilidades de ganar en las próximas elecciones. El oficialismo no dice cómo lo va a hacer, y el Partido Nacional que es el que tiene más posibilidad de ganar las elecciones, en segunda vuelta por lo menos, tampoco lo dice. Más que nada, quiero corregirme, lo dicen abiertamente. Es con ajuste al pueblo trabajador. Es con reforma jubilatoria, es con aumento de la edad jubilatoria, es con mayor precarización laboral en los trabajos juveniles, es con la proliferación de estos ejércitos de esclavos modernos como con las apps Glovo, Rappi, etc., y la verdad es que nosotros nos preparamos para ese escenario. El periodismo va a estar dividido entre quienes quieran justificar un ajuste al pueblo trabajador y quienes quieran organizar la resistencia. Y esperamos que La Izquierda Diario siga en ese bando.

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*Foto de Portada: Antimafia Dos Mil

*Foto 2: www.palestinalibre.org 

*Foto 3: www.laizquierdadiario.com.uy 

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