Por Matías Guffanti, de Our Voice-29 de octubre de 2019
Con el 48 % de los votos, contra el 40 % que sacó Macri y todo su equipo, el peronismo de Alberto Fernández como presidente y Cristina Kirchner como vice presidente, ganó en Argentina, poniéndole fin a un gobierno neoliberal de ultra derecha que deja de herencia una situación devastadora en toda la nación.
El macrismo había llegado al poder con promesas como: “pobreza cero”, “lucha profunda contra el narcotráfico”, “fin de la inflación y devaluación”, “mejoras en la educación y salud pública”, entre tantas otras cosas. Sin embargo, la situación dejada al nuevo gobierno está muy lejos de lo prometido. Según el último dato oficial del INDEC, la desocupación en el país alcanzó 10,6% en el segundo trimestre de 2019. Casi el doble del 5,9% con la que había asumido el gobierno en el 2015 y la pobreza se disparó al 35,4% de la población total según los datos oficiales. Cifras catastróficas en una Argentina que produce alimentos para 10 veces la cantidad de sus habitantes. Cifras que no son sólo cifras, sino que son muertes, hambre y destrucción de familias enteras.
Fueron muchas las medidas económicas y políticas contra el pueblo, en un constante ajuste a los que menos tienen para beneficio de los que más tienen. Medidas que vinieron alineadas con los intereses de Estados Unidos en la región y el famoso Fondo Monetario Internacional, que después de la dictadura volvió a aparecer con el macrismo, haciendo tomar una deuda a todos los ciudadanos de 57 mil millones de dólares. Se va un gobierno criminal, de saqueo permanente que logró vaciar el país en tiempo récord; hizo perder la soberanía sobre recursos naturales y territorio; entregó todos los beneficios a las multinacionales y grandes empresarios latifundistas; hizo acuerdos con Israel y Estados Unidos para instalar bases militares norteamericanas y traer tecnología de espionaje al país; llevó adelante una de las represiones más fuertes en la historia democrática contra todos los pueblos originarios del país, con miles de casos de gatillo fácil y hasta casos de violaciones por parte de las fuerzas de seguridad, tortura y desapariciones; destruyó la ciencia, la educación pública y la salud pública; y le sacó el financiamiento a todos los organismos de derechos humanos, entre otras cosas.
Pero el cansancio de los argentinos se hizo sentir en las elecciones, y el 10 de diciembre asumirá Alberto Fernández ante una situación oscura desde donde se la mire. La pregunta que nos hacemos es ¿cambiará verdaderamente el modelo neoliberal enfrentándose al FMI, las multinacionales y los grandes latifundistas que parecen negociar con “izquierda” y “derecha” sin ningún tipo de discriminación? ¿Enfrentará Alberto Fernández a las mafias que se sostuvieron y se fortalecieron en sus negocios, como el narcotráfico, tanto durante el kirchnerismo como durante el macrismo? ¿La justicia será realmente independiente del poder ejecutivo en Argentina? Esperaremos a ver los hechos.
Pero Argentina no fue el único país convulsionado durante el día de ayer, Uruguay también fue protagonista de una derrota de la derecha con el triunfo del “NO” a la reforma constitucional “Vivir sin miedo”, planteada por el Senador del Partido Blanco, Jorge Larrañaga, durante las elecciones presidenciales que fueron a segunda vuelta entre el Frente Amplio, partido de izquierda y el Partido Blanco, partido de derecha, para el próximo 24 de noviembre.
Dicha Reforma proponía agregarles incisos a los artículos 11, 27 y 85 de la Constitución de la República uruguaya, así como disposiciones transitorias y especiales a la misma. Estos incisos y disposiciones suponían la creación de una Guardia Nacional militarizada (usando como ejemplo la chilena), eliminación del beneficio de libertad anticipada para determinados delitos como violación, copamiento, secuestro, extorsión, narcotráfico e instauración de la cadena perpetua para esos mismos delitos (en Uruguay no está contemplada la cadena perpetua) y habilitarían la posibilidad de allanamientos nocturnos (en Uruguay no se puede realizar un allanamiento luego de la caída del sol), entre algunas otras pequeñas modificaciones.
Una lucha que terminó victoriosa después de un esfuerzo inmenso que también hicieron, junto a todo el colectivo contra la reforma, artistas y ciudadanos que se sumaron a la campaña, la militancia del movimiento Our Voice en Uruguay y Antimafia Dos Mil Uruguay, demostrando que aún en las golpeadas y frágiles democracias en las que vivimos, todavía el pueblo tiene el poder de elegir.
En la campaña contra la reforma se destacaron dos grandes Movimientos: uno llamado No a la Reforma y el otro Colectivos Contra la Reforma, del que Our Voice y Antimafia Dos Mil formaron parte. Este último se transformó en uno de los instrumentos de resistencia más importantes, con dos festivales al que asistieron más de 10 mil personas y con el que se impartieron charlas y talleres en sindicatos, a colectivos sociales y culturales en estos últimos meses, enseñando al mundo, una vez más, que la unión del pueblo frente al poder de turno, puede verdaderamente revertir la historia.
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*Foto de Portada: www.hispantv.com
*Foto 2: www.rtve.es