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Our Voice :“Para seguir el sueño de Berta tenemos que seguir luchando con más fuerza”

georges almendrasPor Jean Georges Almendras-2 de marzo de 2020

Cerca de la una de la madrugada del día 3 de marzo del pasado año 2016 la activista lenca Berta Cáceres, máxima dirigente de la Coordinadora General del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), fue asesinada a balazos en su casa de La Esperanza. Sus asesinos fueron sicarios que obedecían órdenes del criminal sistema financiero que era duramente cuestionado por la comunidad lenca. Años después fueron sometidos a la Justicia los directos involucrados en el mortal atentado, que fue ordenado por los directivos de la hidroeléctrica que había sido tenazmente confrontada por Berta Cáceres, pero no así ellos: los ideólogos. Y todo esto ocurre porque la impunidad, en torno a este hecho, sigue estando allí, agazapada a las sombras del poder en Honduras.

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Cuatro años después de este infame crimen, cerca de las 22 horas de la noche del pasado domingo 1ero de marzo de este 2020, militantes por la causa del pueblo lenca literalmente tomaron la calle Santa Fe en la capital argentina, concentrándose a las puertas mismas de la embajada de Honduras e en Argentina para hacer una Vigilia Cultural a cuatro años de la siembra de Berta Cáceres, construyendo así la memoria de la activista Berta y de su lucha.

Jóvenes en su gran mayoría fueron lo que en ese punto del gran Buenos Aires quebraron la calma de la noche porteña con canciones, con la poesía y con el arte musical. El arte propio de una juventud combativa y que lucha por el pueblo lenca porque es consciente que se trata de una lucha que ya es de todos. De todos aquellos que se sienten libres de verdad. Libres para denunciar al poder gestor y cómplice de las persecuciones y los avasallamientos que se practican contra los pueblos originarios de Honduras y de otras regiones de América Latina, Argentina entre ellos.

Allí estuvieron, participando con otras organizaciones, los jóvenes del Movimiento Cultural Our Voice, junto a muchos jóvenes de Honduras y de Argentina, estrechamente ligados a esa lucha. Y lo más importante, todos allí contaban con la presencia viva de Berta, a través de su hijo Salvador. Un joven que en territorio argentino, al igual que su hermana Berta Zúñiga en Honduras, son bastiones de una lucha perseverante y tenaz.

Carteles con consignas de lucha, y fotos de Berta y de otros activistas tapizaron las paredes de la fachada de la embajada; la vereda también se tapizó de colores de telas extendidas y se iluminó de velas. Las puertas de la sede diplomática permanecieron cerradas a cal y canto. No muy distantes, los esbirros de las fuerzas de seguridad se mantuvieron pasivos pero vigilantes. Y en su entorno la juventud en Vigilia se expresó sin cadenas, sin mordazas.

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Fue una Vigilia Cultural y militante; una Vigilia donde los participantes cantaron y hablaron con la fuerza y la transparencia que los pone siempre sobre el ojo público. La transparencia que los que detentan el poder no la ejercen, ni la anhelan. La transparencia de una juventud que ya está harta de hipocresías, de demagogias y de violencias. Violencias que se ven día a día en Chile y en Bolivia. Violencias que ya son una constante en Honduras, en Brasil, en Ecuador, en Colombia, en México, en Paraguay y en Uruguay.

Fue una Vigilia para demostrar que los jóvenes son la fuerza de una sociedad dormida que necesita despertar. De una sociedad que no se ha dado cuenta que la juventud del mundo ha llegado al límite.acto por berta caceres 4

 

Todos allí, a las puertas de la embajada de un país cuyo gobierno es una dictadura dejaron muy claras sus posiciones, sus sentimientos. Sin miedos. Sin restricciones o censuras. Se leyeron párrafos del libro “Las Revoluciones de Berta, conversaciones con Claudia Korol”, se exhibieron las fotos de los rostros de los ideólogos del crimen que están amparados por la impunidad y se denunció públicamente a los criminales

Nuestros jóvenes rapearon y cantaron. Y hablaron. Confrontaron al poder, sin medias tintas. Matías Gufanti, como Coordinador Sudamericano de Our Voice fue directo. Fue mordaz. Fue sincero.

“En Argentina tenemos ríos que están siendo de alguna manera explotados por las multinacionales. Tenemos comunidades que siguen siendo perseguidas, en Argentina, en Chile. En todo el territorio de Latinoamérica tenemos las mismas injusticias que Berta denunciaba; esto no lo podemos permitir. Para seguir el sueño de Berta tenemos que seguir luchando cada vez con más fuerza y seguir enfrentando estos problemas que están pasando hoy”

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“Muchas veces -y muy bien- hablamos del pasado, hablamos de la memoria, y creo que es fundamental hablar de nuestro origen y de todo lo que sucedió para que nosotros hoy estemos acá, pero también es sumamente importante recordar que eso está sucediendo hoy, en este mismo momento. Los desaparecidos siguen siendo desaparecidos hoy, los torturados sigue siendo torturados hoy, los perseguidos sieguen siendo perseguidos hoy, y asesinados; y eso no lo podemos permitir. Y sigue pasando en la ciudad de Buenos Aires, como en cualquier lugar donde estamos; no lo podemos permitir. No podemos permitir más -aprovechando que está la policía presente aquí y nos está escuchando- el gatillo fácil. No podemos permitir más que la policía persiga a las comunidades y persiga a aquellos que en las ciudades son marginados. No podemos permitir más que la policía persiga a los migrantes y que el Estado permita todo eso y avale a esa policía corrupta, que se corrompe con el narcotráfico, con la trata de personas y con la persecución a inocentes. No lo podemos permitir más; ¡y no lo vamos a permitir más!”

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Después Matías Guffanti leyó un texto: “La Siembra”, especialmente escrito para la Vigilia. Compartimos algunos de sus más significativos tramos: “Siembran..la profunda rebeldía de la vida, quienes alzan su voz contra la muerte. Siembran valentía…quienes vencen el miedo y llevan sus sueños como banderas flameantes a la eternidad” “Siembran la conciencia que sacude y despoja del engaño a esta humanidad…Y mientras las siembras se multiplican, la vida nos llama, nos ruega, nos suplica...cultivar en cada tierra y cada ser. Así como cada mártir con su propia sangre nos enseñó. Así como las miles de Berta nos enseñaron, para todavía seguir soñando, todavía reír y todavía resistir, en camino a un mundo, donde cada siembra se convertirá en flor”

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*Fotos de Leandro Gómez y Lucas Gabriel Martins, de Our Voice

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