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Por Malena Sánchez, de Our Voice Paraná-3 de mayo del 2020.

malena Quedarse en casa (cuando se tiene esa opción) desgraciadamente no es seguro para todos; ya pudimos ver cómo esta pandemia del Covid-19 ha intensificado las distintas problemáticas sociales y económicas. La vulnerabilidad a la que están expuestas muchas personas es notable: la violencia doméstica, la imposibilidad de acceso a derechos básicos, la pérdida de todo ingreso económico, etc. Hoy, con el gran desarrollo de la tecnología, los crímenes cibernéticos también se han visto en aumento. Uno de ellos, la pornografía infantil.

El NCMEC (Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados de EEUU) registró en mayo del 2020 un aumento del 106% de notificaciones de abusos en línea a menores (respecto a mayo del 2019). Esta problemática va en aumento y se ha intensificado con la pandemia en todos los países, haciendo que en el encierro crezca la demanda y también la oferta. En general, los abusos sexuales a menores son causados por un adulto del círculo íntimo de la familia. También suceden muchos casos de grooming, donde los pedófilos extorsionan a sus víctimas menores de edad para conseguir fotos de ellas desnudas y luego utilizándolas como amenaza para conseguir más. Tan solo niños, niños que se ven forzados a aparecer desnudos en videos que luego se subirán a la red, o peor aún, sometidos a ser abusados por un familiar que probablemente conviva con ellos ahora mismo, sonriendo en la mesa, haciéndoles el desayuno o publicando fotos de cuánto ha crecido su querido hijo.

La pedofilia es una realidad que hoy está fuertemente latente y que deja consecuencias gravísimas en las víctimas. Por esto, creo que es imprescindible la aplicación inmediata de la ESI (Educación Sexual Integral) para niños, niñas y adolescentes. Para que sepan reconocer un abuso sexual y no tengan miedo de hablar, de expresarse ni de sentirse juzgados. La ESI debe aplicarse en todos los sitios donde se encuentren niños, niñas y adolescentes para que tengan más recursos frente a posibles riesgos o amenazas: en clubes, jardines, escuelas, hospitales, etc. Con capacitaciones para todo el personal, para que aprendan a comunicarse y escuchar a los niños y niñas y que éstos estén contenidos, con otra salida además del hogar, ya que es donde se da el abuso mayormente. Hace tiempo el Estado debería garantizar la ESI en todo el país, pero no lo hace. Y aquí no debemos olvidar la influencia de la Iglesia Católica, primera en la lucha contra la Educación Sexual y, no es casualidad, con miles de acusaciones en contra por encubrir todos los casos de violaciones y abusos a menores cometidos por los superiores de dicha institución.

ninos como objeto 2

Como dije anteriormente, la pedofilia es mucho más habitual de lo que creeríamos. Se sabe además que casi todos sus consumidores son hombres. Pero no hombres enfermos ni violentos. No, hombres comunes y corrientes, a veces solteros, a veces casados y muchas otras veces padres de familia; hombres de todas las clases, de todas las etnias, nada de violentos, hombres simpáticos con una personalidad que hace pasar desapercibida su perversidad. Muchos de estos pedófilos producen su propia pornografía y luego la comparten para recibir contenido del resto. Aunque no todos pueden producir el suyo propio, así que pagan por ello. Incluso los que sí, siempre quieren más, más contenido, como si fuesen una máquina depredadora: su perversidad aumenta y entonces se crean redes enormes de pedófilos que pagan para excitarse con niños y con las violaciones de niños. Los consumidores entregan su dinero y los dueños millonarios de esta industria quiere cada vez más y más dinero. Esto significa, por ende, más tráfico: esta producción en masa para generar más ganancias solo deriva en más explotación y trata de personas. Según Unicef, más de un millón de niños/as son secuestrados al año para turismo sexual. Vemos entonces que la industria del "sexo" como algunas personas le llaman (prostitución, pornografía, turismo sexual) es parte del crimen organizado que genera millones de dólares y por esto es sostenido por la corrupción de los Estados y personas del poder. No podemos entonces ignorar que la industria de la pornografía y del sexo en general es un gran negocio capitalista y patriarcal que perjudica a millones de mujeres y niños/as, ya que son mayormente quienes caen en las redes de trata con fines de explotación sexual, con fines puramente lucrativos. Esta estructura social y económica capitalista y patriarcal construye relaciones de poder basadas en el dominio masculino que somete a sus víctimas arrebatándoles la condición de sujeto, transformándolas entonces en un objeto para satisfacer deseos cínicos y perversos. Una industria que sostiene la violencia y la dominación masculina, que tiene en muchos de sus sitios categorías como "violación", "pendejas" o "niños" por decir unos pocos ejemplos.

Esta industria es parte de un entramado mafioso encubierto por el poder político que genera de las ganancias más millonarias del mundo. Esta industria, así como muchas otras, es una creación del sistema capitalista y patriarcal, que somete todos los días a millones y mercantiliza sus cuerpos; porque, para el capitalismo, todo se vende y todo se compra. Y todos también.

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*Foto de portada: www.bigbangnews.com 

*Foto 2: www.prensaobrera.com

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