Por Jean Georges Almendras-14 de mayo de 2020El frío del atardecer del 14 de mayo de este 2020, en tiempos de Coronavirus, no fue obstáculo alguno para que más de un millar de personas, en su mayoría jóvenes, se concentraran en el lado oeste del Palacio Legislativo (sobre la Avenida de las Leyes, entre el monumental Parlamento nacional y el edificio anexo) para expresar sin tapujos (aunque sí con barbijos) su abierto rechazo a la LUC, la Ley de Urgente Consideración que prácticamente está a las puertas de ser sometida a discusión en el recinto parlamentario, particularmente (y disparatadamente) en plena emergencia sanitaria.
“Entierren la ley, desentierren a nuestros desaparecidos”
“El pueblo se manifiesta, la ley reprime”
“El virus pasa; el hambre, la desocupación, la represión quedan”
“Urgente es la educación pública. No a la LUC”
Fueron algunas de las leyendas de las pancartas exhibidas por cientos de jóvenes, quienes además cantaron y vocearon consignas, y tocaron tambores, para finalmente leer una proclama, descollante y enérgica. Y si los gobernantes esperaban desórdenes, no los hubo. En su lugar hubo una concentración pacífica y legítima. Una concentración popular, en medio de una pandemia, que no fue impedimento para una enérgica demostración de conciencia ciudadana.
Los alrededores del Palacio Legislativo se tiñeron de reclamos. De firmes reclamos alrededor de un proyecto de ley, vivo engendro de un gobierno multicolor aferrado a ideas conservadoras, anti populares y represivas. Ideas de un fascismo recalcitrante enmascarado de una democracia encorsetada (y prisionera) de iniciativas parlamentaria que no hacen otra cosa que preservar intereses económicos de los sectores sociales de poder económico alto, y de propiciar metodologías tendientes a criminalizar a los sectores sociales más vulnerables y a todo bosquejo de protesta social, entre otras barbaridades, o mejor dicho barbarismos, que también involucran a las políticas educativas y a otras áreas de la vida nacional.
La movilización, porque en definitiva fue una MOVILIZACIÓN SOCIAL (con mayúsculas) fue convocada desde días atrás por Colectivos contra la Represión y por las libertades, y por Reactiva, con la adhesión de numerosas organizaciones, estando entre ellas el Movimiento Our Voice y Antimafia Dos Mil
Y nobleza obliga, un importante número de jóvenes del Movimiento Our Voice liderados (de Uruguay, Argentina e Italia) por Sonia Tabita Bongiovanni, estuvieron presentes en la movilización, como así también redactores y colaboradores de Antimafia Dos Mil, al igual que periodistas de La Izquierda Diaria (LID), e integrantes de la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas, gremios estudiantiles, etc.
Los voceros oficiales de Our Voice dijeron sobre la Ley de Urgente Consideración (LUC) que la misma “Es una ley contra todos los derechos” señalando enfáticamente: “Desde Our Voice nos unimos al repudio colectivo frente al proyecto de Ley de Urgente Consideración (LUC), presentada por el nuevo gobierno uruguayo de Luis Lacalle Pou. Por su contenido y por su carácter de urgencia, repudiamos que el mismo haya sido enviado en un contexto de pandemia, limitando la participación ciudadana de los 502 artículos que deben debatirse en tan solo 90 días. Así mismo, rechazamos y denunciamos la utilización de un mecanismo constitucional para realizar una reforma de esa envergadura en temas tan diversos y sensibles para la sociedad, teniendo en consideración que en materia de seguridad el pueblo uruguayo ya dijo que NO a las políticas punitivo-represivas que esta ley quiere sumar, reduciendo derechos esenciales. NOS OPONEMOS A LAS PRIVATIZACIONES; DEFENDEMOS LA EDUCACIÓN PÚBLICA; NOS MANIFESTAMOS EN CONTRA DEL PATRIARCADO Y SU VIOLENCIA GENOCIDA; DENUNCIAMOS LA CRIMINALIZACIÓN DE LA POBREZA Y EL AVANCE REPRESIVO. A la urgente ley de los ricos, la enfrentamos en las calles”
Las casi dos horas de esa presencia militante a las puertas mismas del Palacio Legislativo resumen el sentimiento sincero y más profundo de una ciudadanía lacerada por una de las más descaradas iniciativas del gobierno entrante para desarrollar políticas económicas, educativas, medioambientales, sociales, y de seguridad absolutamente identificadas con un capitalismo agresivo y literalmente criminal. Una iniciativa legislativa integralmente insensible por donde se la mire. Que ya hace agua desde el antes. Que ya subleva desde el antes y que ya irrita desde el antes.
Y más que una iniciativa legislativa, es una bofetada a la inteligencia ciudadana: una suerte de avasallamiento a la conciencia democrática. Un atentado a la cordura democrática y a la ética de un pueblo que ya ha sufrido avasallamientos y que ya ha conocido de terrorismos de Estado.
Cada uno de nosotros, en los alrededores de la explanada del Palacio Legislativo, sintió que ese encuentro no ha sido vano, porque ha visibilizado un rechazo legítimo. Un rechazo legítimo que resultó ser el primero de los rechazos que tendrá de aquí en más el gobierno de Luis Lacalle Pou, porque ahora, con los 502 artículos de la Ley que nos ocupa, se busca legitimar una administración, no solo anti popular, sino especialmente devoradora de esperanzas. Esperanzas que se prometieron descaradamente, a sabiendas de que los incumplimientos serían inevitables, porque los secretos de la vida política de un país conocen de esta suerte de manipulaciones y de urgencias, a la hora de definir caminos y pautas para la vida de un país, con no más de tres millones y medio de habitantes.
Pero al caer la tarde (en medio de esa firme y sólida expresión de rechazo, obviamente a la LUC) en el Parlamento sobrevino una sorprendente e imprevista movida del gobierno y (del parlamento) de turno: la vicepresidenta de la República Beatriz Argimón y el Presidente de la Cámara de Diputados Martín Lema pretendieron “atender el reclamo” dando las posibilidades para discutir propuestas con la concurrencia, pero al no hallar la respuesta buscada, no hicieron otra cosa que decir, a los cuatro puntos cardinales, que desde tiendas parlamentarias voluntad de diálogo hubo, y que la misma no fue correspondida. Tal lo consignado por los medios de prensa que informaron lo acontecido ¿Pero podía corresponderse adecuadamente en esas circunstancias, como lo pretendieron los dos interlocutores del gobierno y del parlamento que se “asomaron” a la explanada del Palacio Legislativo? No lo creo.
Julio Moreira, de ADES (que participó de la movilización) instantes después de este inusitado episodio dijo a TV Ciudad “Este no es el momento para discutir una ley de este peso, que incluye modificaciones importantes en la educación, un mayor distanciamiento de la autonomía prevista por la Constitución y una lógica mercantil y privatizadora. La imposibilidad de movilizarse no es democrática”.
La movilización, que fue la rotunda respuesta popular a una indignante ley anti popular, superó al Coronavirus. Y todo esto, en aquella tarde de frío y de muy firme militancia, fue el mejor rédito de un pueblo en resistencia.
--------------------*Foto de Portada: Leandro Gómez, de Our Voice
*Foto 2: Alina Leal, de Our Voice