Por Andrés Volpe, de Our Voice – 19 de abril de 2020“No hace falta recurrir a trucos para hacer fotos. No tienes que hacer posar a nadie ante la cámara. Las fotos están ahí, esperando que las hagas. La verdad es la mejor fotografía, la mejor propaganda” expresión que fue legada por la pareja de fotógrafos húngaros considerados los padres del fotoperiodismo que, bajo el seudónimo de Robert Capa, recorrieron los campos de batalla más importantes del siglo pasado. Esta máxima que sirvió de inspiración a muchas personas se ve reflejada en la manera en la cual los reporteros y sus cámaras, como lobos tras su presa, persiguen verdades alrededor del mundo. Y también es su condición de itinerantes lo que les permite escabullirse en los rincones más injustos de nuestra sociedad.
Más que perseguir es traer a la luz hechos que de lo contrario quedarían escondidos a los ojos de la opinión pública. La desidia florece en momentos donde el mundo se encuentra más callado, es el tiempo justo para poder observar el grito de los sectores más prometedores que se hacen más fuertes ante una sociedad en plena decadencia.
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Hartas. Hartas de llorarlas. De llorar todos los días, el asesinato de una más de nosotras.