MAFIA DE LOS TAXIS EN EL AEROPUERTO
11/04/2014 00:01
Resulta inadmisible que parte del ¬servicio de traslados desde el Ambrosio Taravella esté bajo la tutela de una organización delictiva que comete todo tipo de atropellos.
Por Redacción LAVOZ
El aeropuerto internacional Ambrosio Taravella es una de las tantas puertas de ingreso a la ciudad de Córdoba, con derivaciones, por otras vías de transporte, a distintos puntos de la provincia y del centro del país, en muchos casos a parajes y poblados preferidos por miles de turistas. Es, por tanto, una suerte de carta de presentación para los viajantes que llegan a Córdoba por motivos diversos.
Sin embargo, un problema de viejo arrastre sigue socavando los intentos por perfeccionar y transparentar el sistema de traslado de las personas que arriban. Resulta inadmisible que parte de este servicio esté bajo la tutela de una organización delictiva de taxistas que, amparados en el matoneo, cometen todo tipo de tropelías.
Las víctimas de estos atropellos son los permisionarios que no forman parte de ese grupo ilegal y los propios pasajeros que resultan estafados con tarifas exorbitantes. No se trata ya de rumores o trascendidos. Un informe de este diario publicado el pasado lunes dio cuenta de que en la Justicia provincial sigue en veremos, desde 2011, la elevación a juicio de una causa que involucra a varios cabecillas de esta banda.
A su vez, un fiscal de Instrucción de la ciudad de Córdoba ordenó la detención de ocho integrantes del grupo, que se autodenomina Asociación de Taxis del Aeropuerto Córdoba; de hecho, un sello sin sustento legal alguno.
Las acusaciones van desde asociación ilícita hasta coacción y lesiones en perjuicio de un taxista que fue utilizado de señuelo, con cámaras ocultas incluidas, para el programa de televisión ADN , y de un camarógrafo que filmaba los incidentes en el ingreso a la estación aérea.
Los antecedentes que ha logrado reunir la Justicia reflejan la magnitud de este accionar mafioso. Amenazas y golpizas a taxistas ajenos al “negocio”, tarifas exorbitantes con relojes adulterados y quejas de los usuarios por vueltos con dinero falso son parte del prontuario que se ventila en los Tribunales provinciales.
Ahora bien, no encaja con la urgencia de poner en regla a estos malvivientes la lentitud de una Justicia que hace casi tres años no se decide a sentar en el banquillo a los acusados en primera instancia. También es inaceptable que el grupo haya seguido operando con pasmosa impunidad, pese a las evidencias reunidas en su contra.
Las desinteligencias en la Justicia llegan al extremo de que parte de los sujetos apresados ahora son los mismos que habían sido capturados en 2011 y que, tras recuperar la libertad, volvieron a las andanzas.
No es menos criticable la inacción de la Municipalidad de Córdoba, principal responsable de ejercer el poder de policía para garantizar el cumplimiento de los servicios públicos que atañen a su jurisdicción. Sería mucho más grave aún que esta red delictiva contara con protección y complicidades, dentro o fuera del aeropuerto.
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