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13estalloEl presidente del Alto Tribunal, Carlos Rosenkrantz, culpó a su antecesor Ricardo Lorenzetti de vaciar el área de Comunicación. Y éste último lo acusó de provocar un “clima de tensión, amenazas telefónicas y falta de respeto”.

Eduardo Paladini-09-10-2018

El presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz (centro), y su antecesor, Ricardo Lorenzetti (der) durante un encuentro encabezado por el presidente Mauricio Macri en la apertura del J20. Foto: López Claro  

La formalidad y la corrección con que hicieron público el traspaso duró poco. Nada. El nuevo presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz, sacó esta semana una resolución para hacerse cargo del Centro de Información Judicial (CIJ). Pero igual o más importante que la decisión son los considerandos de la medida, donde acusa a su antecesor, Ricardo Lorenzetti, de haber dejado “acéfala y sin personal suficiente” el área de comunicación.

Hace menos de un mes, el 11 de septiembre, el mundo judicial se vio convulsionado por un sorpresivo cambio en la conducción del Máximo Tribunal. Si bien Lorenzetti llevaba ya 11 años en ese cargo, tenía intenciones de continuar. Pero tres de sus pares juntaron mayoría y acordaron elegir a uno de ellos como nuevo jefe. Horacio Rosatti y Elena Highton de Nolasco apoyaron para la nueva tarea a Rosenkrantz. Perdido por perdido, Lorenzetti también le dio su voto y quedó solo, en disidencia, Juan Carlos Maqueda, avalando otra reelección del rafaelino.

 

Otros tiempos. Ricardo Lorenzetti abraza a Carlos Rosenkrantz, en su asunción al Máximo Tribunal. FOTO: Pedro Lázaro Fernández.

Por una cuestión obvia de jerarquías, se sabía que el nuevo presidente se haría cargo del portal de noticias de la Corte, el CIJ. Pero el traspaso resultó de modo poco amigable. El sitio era manejado por María Bourdin, una de las personas más cercanas a Lorenzetti y quien pasó a trabajar en la vocalía del juez desplazado. Bourdin era secretaria de Comunicación y Gobierno Abierto. Eso ocurrió el 27 de septiembre, poco antes del cambio de presidencia. Ese mismo día, también se dispuso la transferencia de Pablo Méndez, subdirector general de Comunicación, a la vocalía de Lorenzetti.

Y luego vino el cambio mayor: “Por medio de las resoluciones 2974 y 2979, el 27 de septiembre también se dispuso la transferencia de otros 10 agentes de la Secretaría de Comunicación a otras dependencias” de la Corte: “se redujo de 18 funcionarios y empleados a 6 empleados”.

Por esta situación, “la Secretaría de Comunicación ha quedado acéfala y sin personal suficiente para cubrir las importantes competencias que le atribuye a dicha Secretaría la Acordada 42/2015. Tal acefalía ha hecho imposible el funcionamiento de la Secretaría en cuestión y pone en riesgo la continuidad operativa del Centro de Información Judicial”. Esta descripción, donde queda claro el disgusto de Rosenkrantz con la transición y las medidas adoptadas por Lorenzetti antes de dejar su cargo el 1° de octubre, constan en la resolución 3038/18, donde el nuevo presidente resuelve “instruir al Secretario General de Administración para que proceda a la recuperación de la totalidad de los dispositivos tecnológicos que posibilitan el manejo del sitio web Centro de Información Judicial y su puesta a disposición de la Presidencia de la Corte Suprema”.

También se le ordenó al secretario general “que asegure, de modo urgente y por los medios que estime conducentes, la seguridad informática del sitio web del CIJ y la administración exclusiva del mismo en cabeza de la Presidencia de la Corte”.

Una fuente judicial, que conoce los vericuetos del Máximo Tribunal, remarcaba ayer algunas picardías: hasta hace unos días, en la parte institucional del CIJ aún figuraba Lorenzetti como Presidente de la Corte. Ahora ya aparece Rosenkrantz.

La dura respuesta de Lorenzetti no tardó en llegar, a través de una carta dirigida a Rosenkrantz. No sólo calificó la resolución de su sucesor en la presidencia del Alto Tribunal de tener “ribetes de escándalo” sino que acusó a Rosenkrantz por “el clima de tensión, de temor, de amenazas telefónicas, de falta de respeto de los derechos del trabajador y de la persona humana, así como de los procedimientos internos de la Corte, fue lo que generó la paralización momentánea”.

El tono de la carta de Lorenzetti queda reflejado en un párrafo dirigido al supuesto accionar de Rosenkrantz cuando se “apersonó”, dice, en la Secretaría de Comunicaciones del Máximo Tribunal: “Hubo expresiones que se apartan notoriamente de los criterios de respeto que se le deben a un Secretario de Corte (que tiene el rango de un juez de Cámara), de la política de género y protección de la mujer que la propia Corte lleva adelante, y de la independencia que se le debe a un periodista profesional”.

Según Lorenzetti, tanto la secretaria de Comunicaciones como los empleados, pidieron el “traslado” a raíz de estos hechos. Redoblando la apuesta, el ex presidente de la Corte advirtió a su sucesor que “no hay ninguna razón para este tipo de medidas autoritarias, sorpresivas, que no fueron habladas entre los ministros, que provocan un escándalo que no hace nada bien al tribunal”. Y a modo de corolario epistolar lo reprendió, señalando que el cambio en la presidencia de la Corte “no puede modificar los principios”.

Fuentes vinculadas a Lorenzetti aseguran que “Rosenkrantz contrató a un consultor privado para manejar la comunicación de la Corte, lo cual es inédito. Lo nombró con un contrato de locación por 30 días para manejar la comunicación de la conferencia del J20, pero además lo mandó a hacerse cargo del CIJ. Pero como no es funcionario judicial no puede manejar el portal, porque el cargo de secretario de Comunicación de la Corte depende de todo el tribunal -no sólo del presidente- y tiene que ser concursado”.

Según esas fuentes, los empleados que trabajaban en el CIJ entonces se habrían negado a entregarle al periodista contratado, de vasto curriculum vinculado a la justicia -Ariel Alberto Neuman, según la resolución 2993 del 4 de octubre- las claves de acceso al sitio. “Entonces Rosenkrantz les hizo sumarios administrativos a varios, entre ellos a Pablo Méndez”, afirman. La tesis de una pelea por los password del portal judicial.

https://www.clarin.com/politica/escandalo-corte-fuerte-cruce-ministros-maximo-tribunal_0_D1tZrTrc

 

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