10terrorismoPublicado el miércoles 09 de mayo del 2018 a las 16:37 hs

Hubo un tiempo en que  el narcotraficante Pablo Escobar jefe del Cártel de Medellín,  Klaus Barbie el jefe de las SS y la Gestapo conocido como el carnicero de Lyon,  Manuel Antonio Noriega ex dictador panameño;  Luis Posadas Carriles, un terrorista cubano residente en Miami y otros personajes de la misma calaña, operaron juntos para el gobierno de los EE.UU.

¿Quién los unió? Pues, la CIA y un ex teniente coronel  de los Marines llamado Oliver North, quién acaba de ser elegido como presidente de la poderosa Asociación Nacional del Rifle.

En 1986 se descubrió una operación encubierta realizada por el gobierno de Ronald Reagan. Entonces EE.UU era aliado de Irak pero la organización Hezbollah, a la que se vinculaba a Irán, había secuestrado a seis ciudadanos norteamericanos en El Líbano. El gobierno de Israel y operadores políticos convencieron a la CIA que vender armas a Irán sería visto como un gesto amistoso que ayudaría en la liberación de los secuestrados.

La operación de venta de armas a Irán produjo más de 47 millones de dólares, que fue gestionado por Oliver North mediante un entramado de cuentas bancarias en Suiza y fueron utilizados, principalmente, para la financiación de la agresión al gobierno sandinista de Nicaragua y apoyo a la Contra.

Ambas operaciones, la venta de armas y la financiación de la Contra, estaban prohibidas por el Senado estadounidense.

Todo fue descubierto por una casualidad  cuando el 5 de octubre de 1986, el Ejército Popular Sandinista (EPS) de Nicaragua derribó un avión de transporte de la Fuerza Aérea de la República de El Salvador, pilotado por Eugene Hasenfus, que sobrevolaba el espacio aéreo de Nicaragua con suministros para la Contra.

La ayuda a la contra nicaragüense provenía de tres fuentes: la CIA, el tráfico de armas a Irán y el tráfico de drogas y en ella colaboraba cubanos exiliados en Miami.  El Cartel de Medellín y el Cartel de Guadalajara por medio de Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha, Rafael Caro Quintero, Miguel Angel Felix Gallardo y Juan Matta-Ballesteros montaron una infraestructura en Yucatán para facilitar la introducción de cocaína en los EE. UU. Para esta operación, según documentos hechos públicos recientemente por el gobierno estadounidense, relacionados con el caso Irán-Contras, contó con el apoyo de la CIA. Los traficantes de droga colombianos y mexicanos apoyaban económicamente a la Contra a cambio de facilidades para introducir drogas en Estados Unidos.

Tras la información de que en los ranchos de los narcotraficantes mexicanos se entrenaban contras y se recibían la cocaína procedente de Colombia, la DEA estadounidense ordenó a su agente Enrique Camarena Salazar entregar información sobre la ubicación de los complejos de drogas en Centroamérica y el movimiento de los dineros ilícitos de los narcotraficantes latinos, los cuales tenían como destino financiar a los contras.

El 7 de febrero de 1985, Camarena y su piloto Alfredo Zabala Avelar fueron secuestrados, torturados y asesinados en México.

En octubre de 2013, ex agentes de la DEA afirmaron que la autora intelectual de la muerte de ambos estadounidenses fue la CIA, debido a que Camarena descubrió las operaciones de tráfico de drogas entre los narcos latinos y el gobierno estadounidense.

Para asegurar la producción de la cocaína hubo que instalar grandes laboratorios para hoja de coca, en el norte de Bolivia. Para evitar que la DEA, y otras autoridades descubrieran ese laboratorio, Klaus Barbie, el asesino nazi que falleció en 1991, garantizó la seguridad de la operación de la coca en las montañas bolivianas.

Barbie estuvo en toda la operación de la cocaína, desde el principio. Incluso, la esposa de Roberto Suárez Gómez, el “Rey de la cocaína”, dice que fue Barbie quien presentó al militar estadounidense, Oliver North, a su esposo.

El alemán nazi siempre estuvo acompañado en esas tareas  del terorista fascista italiano Stefano Delle Chiae. La CIA lo tenía  como el terrorista de derecha más buscado en el mundo. Siempre lo relacionaron con golpes de Estado en Bolivia, Chile y Argentina. Incluso, se le vinculó con el asesinato de líderes chilenos de izquierda que acompañaban a Salvador Allende.

Fue quien lideró lo que se conoce como la “matanza de Bologna” el más grave atentado terrorista ocurrido hasta 1980 en la Italia de la posguerra y en el que murieron 85 personas.

El 14 de enero del 2004  el diario argentino Página 12 publicó una entrevista al ex policía uruguayo Ricardo Domínguez, quien reconoció tener amistad con Oliver North y que en esos días se reuniría con él en Punta del Este con la intención de establecer vínculos comerciales.

Ricardo Domínguez es dueño de una agencia de seguridad uruguaya. Durante la dictadura, se incorporó a la Dirección Nacional de Inteligencia donde prestó –como él lo reconoció– “un servicio a la patria”. Allí conoció al que ahora es su más estrecho colaborador en su agencia de seguridad, Julio Poblete Cortez, y también al coronel retirado José “Nino” Gavazzo.  Domínguez reivindica la actuación del “camarada de armas” Gavazzo durante la dictadura.

En tiempos recientes Domínguez es conocido públicamente en su faceta de periodista deportivo. En una radio montevideana, como hincha ferviente de Nacional, co- conducía con el peñarolense  Jose Carlos Domínguez  un segmento especial  llamado “Los Domínguez” en el programa Juego Limpio.

Domínguez hoy es periodista deportivo en el semanario El Bocón.

Esto nos propone una inquietud ¿en manos de quién están las empresas de seguridad uruguayas? Pero esto será tema para otra oportunidad.


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