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georges almendrasOur Voice encontró en Chile a Joan Jara, viuda de Víctor Jara y a su hija Amanda

Por Jean Georges Almendras-22 de enero de 2020

Víctor Jara vive. Está presente en América Latina y en el mundo. Y porque está presente su tumba ha sido vandalizada en el correr de las últimas horas, por manos criminales. Y aunque es solo una tumba, un símbolo, no por ello el significado de ese acto para nosotros puede pasar inadvertido o indiferente. Porque fue un acto de odio. El odio de quienes lo asesinaron en setiembre del año 1973.

Víctor Jara vive, y nosotros, redactores de Antimafia Do Mil y los jóvenes del Movimiento Our Voice lo homenajeamos y gritamos que Víctor está presente. Y gritamos que las luchas que se libran ahora en las calles de Santiago, hoy, ahora mismo (mientras escribimos estas líneas) están inspiradas en él, en su obra musical, en su obra revolucionaria, porque era un revolucionario íntegro.

Y tan íntegro fue que hoy el fascismo ha exhumado el odio que le tuvo desde siempre. Lo ha exhumado porque el odio del fascismo a la libertad se ha instalado con fuerza criminal en Chile y Víctor Jara nunca dejó de ser para ellos (los esbirros del poder) un emblema de todo lo opuesto a su línea de pensamiento.

Y hoy esa línea de pensamiento, fascista y nazi, está erosionando y vejando al pueblo chileno con igual o mayor crueldad (o intensidad) que los días de setiembre del 73. Hoy, la criminalidad del terrorismo se ve todos los días en las calles de Santiago. El canto de Pablo Milanés de los años setenta aludiendo a los días del golpe nos muestra crudamente, que la historia del terror se está repitiendo, dramática y trágicamente.

Yo pisaré las calles nuevamente

de lo que fue Santiago ensangrentada

y en una hermosa plaza liberada

me detendré a llorar por los ausentes.

Yo vendré del desierto calcinante

y saldré de los bosques y los lagos

y evocaré en un cerro de Santiago

a mis hermanos que murieron antes.

Una canción que no ha perdido vigencia. Una canción que no se ha esfumado en el tiempo. Porque ahora, otra vez, los chilenos están viviendo los tiempos del terror. Los tiempos de la muerte. De la agresión indiscriminada ocupando calles y plazas. Cercenando vidas, cercenando ojos, cercenando libertades, cercenando derechos, cercenando legalidades, acechando jóvenes. Jóvenes que se resisten unidos. Jóvenes que si ya no dieron un paso atrás, no lo darán ahora. Jóvenes chilenos de hoy, que están destruyendo las barreras del despotismo. Jóvenes chilenos de hoy que recuerdan en cada tramo de su valiente lucha a Víctor Jara, cuyo ejemplo combativo y de coraje no cayó en saco roto, ni en aquellos años, ni más de cuarenta años después.

victor jara vandalizacion

Junto a la tumba vandalizada del cantautor chileno (donde pintaron “No hay manos”) Christian Galaz (director ejecutivo de la Fundación Víctor Jara en Santiago) habló con el periodismo local: “Vinimos a limpiar para mostrar que Víctor sigue entre nosotros. Estas cosas son de personas que tienen mucho odio hacia él, y habría que preguntarse quiénes tienen odio, quiénes mataron a Víctor. Hoy intentan mancillarlo nuevamente pero es el mismo odio de quienes lo mataron Conversando hoy con Joan Jara (su viuda), nos dijo: Víctor no es una tumba, Víctor vive en el alma del pueblo y le seguirá dando fuerza para estas luchas en estos momentos complejos pero que están llenos de esperanza. Las personas que lo hicieron sienten mucho odio porque ven que todas estas figuras representan la fuerza del pueblo, eso los irrita mucho. Les molesta mucho que las canciones de Víctor Jara hayan sonado tan profusamente en las calles y plazas del país. Lo que hacen es un ejercicio inútil, es tratar de bajar estos símbolos y figuras que representan algo que está muy arraigado en el pueblo, y no lo van a poder sacar ni rayando ni quemando figuras. No sé si eso ellos lo saben”.

Los “Pacos” (popularmente, así los llaman a los Carabineros de Chile) hacen ostentación y gala de su soberbia institucional y de la criminalidad más descarada cuando cada día siembran el terror al más alto nivel de deshonra a la institución a la que representan. Los “Pacos” son el marco nefasto de la cuna de soberbia en la que Sebastián Piñera se mece con impunidad detestable. La misma impunidad que ejercieron quienes vandalizaron la tumba de Víctor Jara y otros símbolos de la resistencia: como la figura del perro “Negro Matapacos” o la estatua de Salvador Allende.

En los primeros días del mes de setiembre del pasado año 2019 fuimos testigos de los primeros bosquejos de la resistencia popular y estudiantil en la calles de Santiago, capital chilena.

Por aquellos días estuvimos allí con los jóvenes del Movimiento Our voice y en el marco de las muchas actividades que participamos juntos, que incluyeron encuentros, actividades artísticas, marchas y resistencias por las calles de Santiago (donde la represión ya se hizo sentir pero aún sin la fuerza y la crueldad que hoy vemos) visitamos la Fundación Víctor Jara, en el centro de la capital chilena. Nos emocionamos en sus entrañas hablando con uno de los directivos, Christian Galaz, sobre Víctor. Un diálogo marcado por la franqueza y por la sensibilidad. Un diálogo que viajó por los confines de la nostalgia al punto que hizo que lo sintiéramos a Víctor Jara allí, entre nosotros.

Y a los pocos días de esa vivencia, en esas mismas instalaciones, tres integrantes de Our Voice, acompañados por Marco Antonio Ready, colaborador de Antimafia y la redactora María Cecilia Bartholin, gracias a la gestión de Christian Galaz (siempre diligente como representante de la Fundación) tuvieron la oportunidad de dialogar con Joan Jara, viuda de Víctor y Amanda Jara, hija de ambos.

Matías Guffanti abrió el encuentro con una pregunta que fue premonitoria porque fue planteada, apenas un par de días después de una jornada de lucha en las calles de Santiago, donde la represión se hizo sentir y donde el fascismo salió a la calle a expresar su intolerancia sin recato alguno, y casi un mes y medio antes de que Chile despertara de la mano de los jóvenes: ¿Cómo viven ustedes, hoy en día, este mes de septiembre, que en Chile es tan fuerte?

victor jara centro con our voice

Amanda Jara contestó en términos que hoy tienen una vigencia increíble: “Yo aún no entiendo por las distintas idiosincrasias, por qué ha sido tan complejo el tema. Ahora tampoco se puede decir que no ha habido intentos de justicia. Pero son como excepciones, como lugares que tienen que ver con personas en particular que han llevado adelante la pelea hasta el final sin claudicar. Pero como sistema, lo que está protegido es la impunidad, la injusticia. Y eso lo vemos no solo como víctimas nosotrosn como familia directa de la dictadura militar, sino también como sistema que se instaló, como tú estabas hablando al principio en relación a la obra de ustedes. A punta de fusil se instaló un sistema del cual no hemos podido zafar aún”.

¿Y que después se continuó? preguntó Matías. Amanda prosiguió: “Incluso por un tiempo tuvimos una ilusión de que sí íbamos a poder reconstruir la sociedad, digamos, en una forma de tolerancia. Pero ahí estamos todavía. La cosa es que uno lo ve, no solo que te toque en particular, sino que uno lo percibe en todo nivel de las cosas que uno hace con la gente que se relaciona. No podemos quedarnos derrotados. No podemos quedarnos sentados en la casa, no sé, en alguna comodidad. Hay que tener ojos más allá de uno. Y somos hartas (muchas) personas en el mundo que lo hacemos. Ustedes miran para acá, y nosotros sentimos como una hermandad. Y eso es también siempre lo que nos ha empujado a no darse por vencido, ¿no es cierto? Por eso mismo. Esto hace que la cuestión funcione. Que nos demos mutuamente ánimo y fuerza para resistir. Porque en realidad no estamos pensando en ganar ninguna cosa. Es que claro, es más bien resistir y concientizar. Como decirle a otro ¡Oye! ¿Me explico? Que esto no es normal, así como estamos; no tiene que ser así. Tiene que ser de otra forma”

Matías insistió: ¿Qué causa Víctor hoy?: “De todo, porque hay gente que está muy cercana a lo que Víctor cantaba. Hay gente que lo toma como propio. Hay otros que tienen curiosidad en saber por qué se habla tanto del personaje. En fin. Rechazo o incomodidad, no sé”.

Christian Galaz intervino, y su intervención fue en términos de agradecimiento y de reconocimiento a los jóvenes del Movimiento Our Voice.

“Ustedes nos agradecen a nosotros, que los hayamos acogido. El otro día fue muy bonito también cuando vinieron muchos. Y fue muy emocionante en realidad recibirlos, conocer también los trabajos que ustedes estaban haciendo. Pero al final los agradecidos somos nosotros porque nos muestran que algo de lo que estamos haciendo va en el sentido correcto. En el sentido que nosotros queremos que vaya. Para nosotros ustedes como jóvenes son los que representan una parte importantísima del espíritu, de lo que quiere hacer la fundación. Justamente llegar a las nuevas generaciones, que conozcan no solo la obra de Víctor; sus canciones, obras de teatro que fue importantísimo. Sino algo mucho más complejo que es un legado mayor que tiene que ver con convicciones por las que él lucho y vivió hasta el final. Con esas convicciones. Y nunca claudicó”.

“Nosotros somos porque existe el amor,

y queremos ser mejores porque existe el amor.

Y el mundo gira, crea, se multiplica porque existe el amor”.

(Víctor Jara)

Matías incursiona en el arte y formula la pregunta a Joan, la viuda de Víctor Jara, nacida en Inglaterra pero enamorada eternamente de Chile.

¿Cómo viviste en tu vida el arte, porque también hiciste una gran lucha, una gran resistencia?

“Yo era bailarina. Los bailarines son famosos por ser mudos. Pero yo sé lo que quería transmitir. No siempre uno tenía la posibilidad de transmitir un sentido de comunidad, un camino para adelante. Pero dentro de lo asqueroso que puede ser el mundo, eran cualidades positivas. Y después me encontré con varios grandes artistas con un gran sentido político, comunal, que sabían transmitir ideas. Yo creo que una posibilidad de transmisión muy, muy fuerte, impensadamente fuerte. Incluso la danza que es sin palabras. Incluso eso puede inspirar coraje;  lo que sea. Es un instrumento. Es un instrumento que hay que usar”.

¿Qué fue lo que siempre te motivó cuando estabas con Víctor?

“Uh... bueno, era la felicidad cuando estaba con Víctor. Y el convencimiento de que el mundo era un lugar maravilloso y que se podía hacer muchas cosas. Eso era el coraje de él que se me transmitió, supongo. Era un hombre muy alegre pero también tenía sus momentos de desesperación. Obviamente como todo hombre., pero era un luchador Víctor. Un luchador por cosas mejores, comunidades mejores, así en cosas chicas y en cosas grandes”

¿Cuando a Víctor se lo llevaron qué fue lo que te motivó a seguir?

“Una enorme cólera, principalmente, al principio. Y una tremenda tristeza. Pero el ejemplo de Víctor me llevó a hacer cosas impensadas por mí. Y yo creo que esa posibilidad de sentir que uno puede ser más grande de lo que es. Se contagia entre las personas. Víctor era una persona que contagiaba.  Como hay muchos en el mundo. Y ustedes son así también. Ayuda a que realmente los pequeños instantes después pueden agrandarse. Es una cualidad tremendamente positiva. Y puede influir en momentos dados de la historia. Una cosa que pasa entre guerras y revoluciones, lo que sea, produce resultados positivos. Yo sé que hay gente así en el mundo. Y los artistas tienen una tremenda responsabilidad porque pueden expresar cosas. Y llegan no solamente al cerebro de las personas, sino también a sus corazones, a su valentía, a todo. Pueden ser muy inspiradores. Y ustedes son así”.

¿Todavía hay esperanza en que este mundo pueda cambiar, en que esta sociedad pueda transformarse totalmente?¿En algo mejor?

“Ah, sí. Hay que ser optimista”.

Diego Grachot abordó el terreno de la vida cotidiana de Víctor Jara. La pregunta fue lanzada en el aire sin mordazas. Fue una pregunta que le salió desde alma:

Dicen que las grandes personas también se ven en las acciones cotidianas. En las sencillas, en las pequeñas. ¿Cómo era Víctor en esas pequeñas acciones, en ese día a día, en la cotidianeidad?

Amanda Jara encaró la respuesta: “Tenía como un motor interno muy fuerte, una pasión, ¿no? Como una pasión. Pero gozador, porque disfrutaba. Llegaba de la pega (lugar de trabajo) y cocinaba. Yo me acuerdo de los ensayos de mi apa con los músicos. Y esa es otra cosa, él trabajaba de una forma muy colaborativa. Era como muy generoso con los suyos y muy receptivo de la creación de otros. Entre todos. Porque tampoco Víctor era una artista aislado en un momento de la historia. Él era parte de algo que se armó artísticamente hablando. Había una identidad cultural que estaba como armándose.  Y eso era muy peligroso también. Entonces todos ellos fueron apuntados. Esto no fue… que lo hayan matado, fue algo pensado. No fue casual. Porque era peligroso. El artista es un peligro. Presenta un peligro. Igual era como bastante líder en su forma. Empujaba, sí.”

Joan Jara completó el pensamiento:“Era un extraordinario, yo digo. Yo soy londinense de origen;  hay buenos directores de teatro en Londres. Y crecí con esa tradición. Víctor era un buen director de teatro que sabía sacar lo mejor de cada actor. Sorprendía. Las viejas de repente las hacía lanzar por los aires, no sé, cualquier cosa. Pero sabía trabajar y sacar cosas de las personas que no sabían que tenían, como director de teatro”.

El momento fue indescriptible, para Matías Guffanti y Leandro Gómez de Argentina y Diego Grachot de Uruguay. Fue inenarrable para ellos en su fuero más íntimo. Hasta nuestros días (y será por siempre) no pierden oportunidad para recordar ese encuentro, con emoción, con amor y con espíritu revolucionario.

El encuentro no tuvo protocolos. Fue sobrado en miradas y en silencios que fueron más que mil palabras. Y en el encuentro se sintieron palabras que salieron desde el corazón. Y en el encuentro se sintió la presencia de Víctor Jara, el cantautor que en opinión de Chistian Galaz, hubiera cantado con los jóvenes de Our Voice.

El cantautor chileno, que fue emblema y ejemplo de la lucha social de los chilenos; que fue emblema y ejemplo de la lucha de los trabajados chilenos antes de los años sesenta y hasta el tenebroso 11 de setiembre de 1973. El cantautor chileno que hasta el momento mismo en que la represión, previa tortura, segó su vida el 16 de setiembre de ese terrorífico año, siguió siendo un emblema y un ejemplo de lucha.

El cantautor chileno que sigue siendo hoy un ejemplo de lucha. De la lucha que en estos mismos momentos se libra en las calles de Santiago y de otras ciudades chilenas.

Porque Chile despertó y en ese despertar está Víctor Jara cantando muy fuerte, porque se debe resistir, resistir y resistir…. Y no claudicar; como no claudicó él hasta su último instante de vida.

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*Foto de Portada: www.eldiario.es 

*Foto 2: www.pagina12.com.ar 

*Foto 3: Marco Antonio Ready. En la Fundación Víctor Jara de Santiago en Chile, de izq a derecha: Leandro Gómez (Our Voice, Salta, Argentina); Diego Grachot (Our Voice, Uruguay); Amanda Jara; Joan Jara; Matías Guffanti (Our Voice, Coordinador Sudamérica); María Cecilia Bartholin (redactora ADM, Chile) y Christian Galaz, directivo de la Fundación Víctor Jara.

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