Por M. Cecilia Bartholin P. desde Chile-22 de marzo de 2020Hablar de notable abandono de deberes, se queda corto si consideramos la inoperancia de este gobierno, de sus autoridades, del parlamento actual y del desprecio por la vida y seguridad de los más vulnerables de este país (el pueblo), que están absolutamente desprotegidos, con una salud pública inexistente y lo poco que resiste es por la entrega de aquellos que trabajan en él; hablamos de las y los trabajadores de la salud pública que lo dan todo y atienden de la mejor forma posible a sus pacientes, sin tener lo mínimo necesario para dar una atención lo más digna posible a sus pacientes.
Hay una deficiencia de mascarillas, alcohol gel, jabón y otros insumos básicos en los centros públicos de urgencia y en hospitales; sin embargo, se pinta la base de la estatua de Baquedano y se limpia su estatua, además se comienza a instalar reja alrededor de la “Plaza de la Dignidad”, para no permitir el paso y la manifestación pacífica del pueblo. Y al mismo tiempo llegan más carros lanza gases y lanza agua para seguir reprimiendo a los ciudadanos, que con todo derecho quieren expresar su descontento con un gobierno que no los escucha.
La pregunta que nos hacemos es ¿cuál es la razón de decretar Estado de Catástrofe? El gobierno decreto estado de catástrofe este miércoles 18 de marzo (al cumplirse 5 meses de manifestaciones ciudadanas en su contra) y ayer jueves en la noche aparecieron en el Hospital Sotero del Rio, militares armados, ¿para qué?, para defender al hospital ¿de quién?
Lo adecuado habría sido que aparecieran para prestar ayuda en las labores de atención a los pacientes, traer los insumos médicos que hacen falta en la infraestructura pública, desde el hospital Militar para así apoyar la labor de los profesionales, técnicos y auxiliares que allí laboran. Además el estado de catástrofe habilita al presidente para fijar precios, por lo que no se entiende que hoy el examen para detectar el COVID 19 tenga un costo de $ 74.500 de forma particular y en el sistema público sea de $ 28.080; además del alza del alcohol gel, mascarillas, guantes, etc., que han llegado a costar 7 y 8 veces su valor, sin que la autoridad (en este caso el presidente Piñera) haya intervenido para mantener el costo original y evitar la especulación de las grandes farmacéuticas.
Todo lo anterior nos lleva a pensar que tal vez el estado de catástrofe fue la única forma por la cual este gobierno pudo sacar al pueblo de las calles, creyendo de esta forma terminar con las movilizaciones.
Tendremos que esperar para saber si de verdad, una vez pasada la pandemia, las movilizaciones desaparecerán de las calles o (como esperamos) la ciudadanía se volcará a ellas con más fuerza y en un número aún mayor exigiendo una Asamblea Constituyente.
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