dom, 10 dic 2017 17:15 UTCDesde que una victoria militar sobre Daesh en suelo sirio se convirtió en una mera cuestión de tiempo, y a medida que más y más poblados fueron arrebatados de las manos del grupo terrorista, el Ejercito Árabe Sirio ha compartido varios de sus descubrimientos tras cada victoria.
En la mayoría de los campamentos abandonados por los terroristas se ha encontrado todo lo que uno esperaría encontrar tras una retirada militar. Sin embargo, es el origen de este armamento el que resulta bastante interesante.
Cualquier persona sería disculpada por no ver una conexión aquí entre Estados Unidos y Daesh. Después de todo, desde Washington nos inunda constantemente con la narrativa de su supuesto compromiso con la lucha contra del terrorismo tras el 11-S. También se entendería si alguien no percibiera el vínculo entre Israel y el mismo grupo terrorista. Todos sabemos que los judíos y los musulmanes son enemigos históricos y que Daesh, supuestamente, busca la creación de un Estado islámico, algo que por lógica tendría que estar en contra de la existencia del Estado de Israel o, por lo menos, en contra del tratamiento que Palestina recibe a manos del Estado sionista.
Pero éste no es el caso. Recientemente se reportó (una vez más) lo siguiente:
El Ejército sirio junto a colaboradores rusos lograron este domingo hallar armas fabricadas en Israel abandonadas por el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe).
Las armas encontradas son de origen israelí y estadounidense, y poseían cientos de municiones de diferentes tipos, así como un cañón de 155 mm de calibre con alcance de 40 Km.
Asimismo, se encontraron aparatos de vigilancia, tanques, dispositivos modernos de telecomunicaciones, coches bomba.
Es decir, todo lo que hemos asociado (gracias al trabajo de los medios y de nuestros magníficos gobiernos) a través de los años con el terrorismo musulmán, no solo en Europa sino también en Medio Oriente, ha sido patrocinado por estas dos figuras globales que, supuestamente, se encuentran en mayor oposición a dicho terrorismo.
Pero la realidad es que durante todo el conflicto, reporte tras reporte se ha ido demostrando que el Estado Islámico siempre fue una herramienta para impulsar la agenda de Washington y la de Israel en la región. Estos últimos incluso se pronunciaron en una ocasión en contra de la derrota del grupo terrorista.
Hallazgos como éste terminan por confirmarnos que, a pesar de sus declaraciones públicas, Washington e Israel son los últimos que quieren una derrota de los grupos terroristas, porque va completamente en contra de sus intereses y, por eso, realizan inversiones millonarias para intentar prevenirla.