INTERCEPTADOS VARIOS CARGAMENTOS DE ARMAS RUSAS E IRANÍES CON DESTINO A SIRIA El apoyo de Moscú y Teherán al régimen de Al Assad va más allá de la diplomacia
daniel iriartedanieliriarteo / corresponsal en estambul
Día 13/01/2012
El decomiso, en los últimos días, de varios envíos de armamento hacia Siria, ha puesto de manifiesto que el apoyo de Irán y Rusia al régimen sirio va más allá de la diplomacia. El martes, las autoridades turcas interceptaron cuatro camiones procedentes de Irán en el paso fronterizo de Oncunipar, en la provincia de Kilis, cargados con material militar. Y este miércoles, un barco ruso que presuntamente transportaba unas sesenta toneladas de armamento fue obligado a detenerse en Chipre.
«Carga peligrosa»
En cuanto al barco, se trata del buque «Chariot», de propiedad rusa, que zarpó de San Petersburgo a principios de diciembre. Aunque no tenía previsto hacer escala en Chipre, se vio obligado a atracar en el puerto de Limassol debido al mal tiempo. Los oficiales de aduanas que lo inspeccionaron determinaron que transportaba una «carga peligrosa», y algunos medios estatales chipriotas han indicado que se trata de entre 35 y 60 toneladas de armamento destinadas al puerto sirio de Latakia.
Las autoridades grecochipriotas llegaron a un acuerdo con los propietarios del navío. «Se ha decidido que el barco será liberado después de que el buque decidiera cambiar su destino, y no irá a Siria», informó el portavoz del Gobierno, Stefanos Stefanou. Por el momento se ignora cuál es el nuevo destino del «Chariot».
En realidad, ha sido la parada en Chipre lo que ha permitido considerar que el carguero violaba el embargo de la Unión Europea, dado que Rusia no es un estado miembro de la UE. El régimen sirio ha firmado recientemente contratos por valor de casi 4.000 millones de dólares (unos 3.130 millones de euros), convirtiéndose en el quinto importador de armas del Estado ruso. Por ello, éste se ha opuesto siempre a la imposición de un bloqueo en el marco del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que sí estaría obligado a acatar. Es el caso de Irán, sobre el que pesa un embargo de la ONU desde 2006.
Alianzas estratégicas
La alianza entre Irán y Siria data del año 1979: cuando el ayatolá Jomeini regresó a Teherán tras la revolución iraní, el primer jefe de Estado que se apresuró a felicitarle fue Hafez al Assad, padre del actual presidente sirio. La cooperación se cimentó en la común enemistad con Israel y en cierto intercambio económico -Irán regalaba 9 millones de toneladas de petróleo a Siria a cambio de tolerar la injerencia iraní en el Líbano-, y permitió superar las diferencias ideológicas entre la teocracia chií iraní y el panarabismo secular de Damasco.
La relación con Rusia tiene todavía más solera, heredada de la época soviética: durante la Guerra Fría, Siria se convirtió en el mejor aliado de la URSS en Oriente Medio, llegando a copiar ampliamente su modelo político y económico. De aquella época, Moscú retiene la base naval de Tartús, una de las claves de su actual apoyo al régimen de Assad que, aunque no tan explícito como el de Teherán, se ha manifestado de forma diplomática en diversas ocasiones.
El veto ruso (junto con el de China), por ejemplo, ha impedido la adopción de sanciones contra Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU. Y Moscú ha expresado reiteradamente que no tolerará una intervención de la OTAN en territorio sirio. Por ello, en las manifestaciones progubernamentales que se celebran en Damasco y otras ciudades, no es infrecuente ver banderas rusas mezcladas con las sirias.
Apoyo moral a Assad en el puerto de Tartús
d. iriarte estambul
La base de Tartús fue construida en 1971 en virtud de un acuerdo con la Unión Soviética. Sin embargo, tras la desaparición de la URSS, ha servido ante todo como punto de abastecimiento para la Flota Rusa del Mar Negro. De los tres muelles de los que consta, tan sólo uno está operativo. Pero desde hace años está prevista la habilitación de la instalación para que pueda funcionar como base para una presencia naval rusa permanente en el Mediterráneo. El año pasado, el almirante Vladimir Visotski mencionó 2012 como la fecha más probable para ello, aunque el reciente envío de barcos de guerra podría acelerar la renovación del complejo.
Precisamente, la base ha recibido esta misma semana la visita de tres barcos de guerra, entre ellos el formidable «Almirante Kuznetsov», el único portaaviones de la armada rusa. La visita ha sido percibida como un gesto de apoyo por parte de Moscú al régimen de Assad. «Este atraque en puerto pretende acercar a los dos países y estrechar sus lazos de amistad», declaró a su llegada el oficial naval Vladimir Yakushin, según la agencia estatal siria SANA.
En los últimos años, la base naval ha sido motivo de algunos episodios oscuros. Entre otros, el segundo jefe de la inteligencia militar rusa en el exterior, el general Yuri Ivanov, desapareció en Siria en julio del año pasado, y su cadáver apareció flotando en una playa turca semanas después. Aunque oficialmente se aseguró que se había ahogado nadando, muchos analistas indicaron la probabilidad de que en realidad se tratase de un asesinato político, y apuntaron a su relación con el proyecto de Tartús: un punto estratégico que resulta fundamental para la nueva estrategia naval de Rusia, y que Moscú teme perder si el régimen de Assad es sustituido por un gobierno prooccidental.