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maguire20APLA EXPULSIÓN DE LA PREMIO NOBEL    
Desde hace días, la Premio Nobel de la Paz, la norirlandesa Mairead Maguire se encontraba retenida en las dependencias del aeropuerto de Tel Aviv, tras rechazar la expulsión dictada por Israel. Maguire llegó a Tel Aviv la semana pasada pensando  que quizás las autoridades locales se olvidarían de la prohibición de entrada firmada por ella misma en junio tras intentar- a bordo del barco Rachel Corrie- romper el bloqueo marítimo a la Franja de Gaza. En esa ocasión, su camino fue interceptado por la Marina israelí.    
Maguire se negaba a irse de Israel y el ministerio de Interior se negaba a dejarla entrar. Al final y tras una serie de recursos y contrarrecursos, el Tribunal Supremo ha decidido desestimar su apelación y autorizar su expulsión. Según la sentencia, la norirlandesa pretendió “imponer su propia justicia” al decidir viajar a Tel Aviv sin  recurrir antes a los mecanismos legales y burocráticos para intentar que Israel revocase la orden. “Es un mensaje claro a los que sólo desean provocar. Maguire sabía perfectamente que no podía entrar”, reaccionó minutos después el ministro de Interior, Eli Ishai.     
La presidenta del Tribunal Supremo israelí, Dorit Beinish, también criticó al Estado al insinuar que podía haberla permitido entrar aunque fuera un par de días.  
Maguire (AP)    
En la sesión que estudió su recurso, Beinish puso en duda que la norirlandesa no tuviera constancia del documento de prohibición de entrada. Un juez leyó la carta enviada a la delegación internacional con la que Maguire llegaba (Iniciativa Nobel de Mujeres) y donde se recuerda que el veto tiene vigor durante  diez años. “Sabía que no podía entrar pero quiso venir como provocación mediática a costa de Israel”,  acusaron en la Fiscalía.     
Al inicio de la sesión, Maguire exclamó a los periodistas: “Yo creo que habrá paz en esta tierra sólo cuando Israel renuncie a su Apartheid contra los palestinos”.  “Este Tribunal no es el lugar para su propaganda política”, le espetó Beinish que  propuso un acuerdo de compromiso: poner en libertad a Maguire para que participe en los actos programados y el miércoles vuelva a su país de origen. Los ministerios de Interior y Exteriores se negaron.     
“Ella no era consciente del documento. Hemos dicho al Tribunal que en estos casos no hay que ceñirse solo en temas técnicos son también en los derechos humanos de Maguire como también de las activistas israelíes y palestinas que tenían que reunirse con ella”, denuncia Orna Cohen, abogada de la asociación Adala. Otra de sus abogadas, Fatma Alaji, dice que “es peligroso dejar en las manos exclusivas de Interior la entrada de las personas. En este caso se trata de una Premio Nobel de la Paz".    
Interesante leer en la prensa israelí dos artículos radicalmente diferentes sobre este caso. Dos mundos. Por un lado, Gideon Levy, en el diario Haaretz, escribe un alegato de defensa de Maguire criticando la pasividad de la calle israelí: “Mientras nosotros pasamos un apacible fin de semana, en una cárcel israelí se encontraba una premio Nobel de la Paz y parece que a nadie le importa. No nos avergonzamos, no nos rebelamos. Una escena que sólo puede ocurrir en Israel, Corea del Norte, Myanmar e Irán. (…) El nuevo Israel vuelve a enseñarse como un país encerrado y detestable, con una Policía de pensamientos en el aeropuerto Ben Gurion. (…) Maguire participó en dos flotillas a Gaza y se manifestó en la aldea palestina de Biliin. Es pecado. (…) Israel, como Corea del Norte, teme todo aquel que se manifieste en su contra o critique su régimen". Asimismo, pide a la Justicia "no ser cómplice de la decisión de expulsión de una pacifista con conciencia".  
Por otro lado,  Ben Dror Yemini ataca en el diario Maariv lo que llama “hipocresía” de Maguire: “No nos engañemos. La Premio Nobel de la Paz no es una pacifista. Ella se identifica de forma absoluta con Hamas aunque sabe que se trata de una organización antisemita, que insiste en la continuación de la violencia, adoctrina en público la destrucción de judíos y apoya la Yihad Mundial (…) Maguire ha firmado una carta que pide a la Unión Europea quitar a Hamas de la lista de grupos terroristas, que exige la expulsión del embajador israelí en Irlanda y el boicot económico contra Israel.(…) En Israel hay gente que apoya a Maguire. Es parte de la democracia. Pero el juego democrático no puede  ocultar la diferencia que debe haber entre la critica legítima a Israel y la locura anti israelí que incluye identificación con Hamas ¿Por qué no ayuda a millones de niños en Asia y Africa que piden ayuda a gritos? Está obsesionada con Israel a base de mentiras y complicidad con Hamas”.   
Maguire-que recibió el Premio Nobel de la Paz en el 76 por sus esfuerzos para acabar con la violencia en Irlanda del Norte- tenía previsto un encuentro con un grupo de mujeres pacifistas israelíes y palestinas.    
Será expulsada. O deportada. O vetada su entrada. Lo que está claro es que ha protagonizado un nuevo capítulo en su relación poco amistosa con Israel. Seguramente, no será el último.  
Elmundo.es - 05 OCT 2010 00:17  
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/orienteproximo/2010/10/05/la-expulsion-de-la-premio-nobel.html

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