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26obamwallEN WALL STREET YA SE PREPARAN PARA LO PEOR
Temen una debacle como la de Lehman Brothers; muchos descuentan una rebaja de la calificación
27 de julio de 2011  Rafael Mathus Ruiz
Para LA NACION
NUEVA YORK.- Como en una secuela de una película de terror, los fantasmas del otoño de 2008 vuelven a acechar a Wall Street. Mientras se esperan con ansiedad definiciones de Washington, no son pocos los que recuerdan la debacle que siguió a la caída de Lehman Brothers, a medida que las calificadoras de riesgo ganan protagonismo en lo que podría ser el inicio de una nueva crisis financiera. Aunque muchos creen que los temores son exagerados y que Washington alcanzará sobre la hora un acuerdo para elevar el techo de la deuda y corregir las deterioradas finanzas públicas del país, lo cierto es que Wall Street ya comenzó a prepararse para lo peor: un default de la deuda norteamericana o la pérdida de la calificación AAA, algo mucho más probable, a tal punto que algunos aquí ya lo dan por descontado.
Aun sin un acuerdo entre demócratas y republicanos, muchos consideran que Estados Unidos podría evitar el default si suspendiera pagos a empleados públicos, soldados, proveedores y jubilados, o beneficios para veteranos. Lo mismo si se elevara el techo de la deuda sin un plan amplio para reducir el déficit fiscal, como el que buscaba la Casa Blanca. Pero, aun así, las calificadoras podrían recortar la nota de la deuda. Y eso es lo que más se teme aquí ahora.
"Los políticos no están resolviendo los problemas fiscales de largo plazo y eso va a terminar en que perderemos la calificación. Es lo que nos merecemos", afirmó La Nacion Dan Mitchell, analista del Instituto Cato, un centro de estudios conservador de Washington.
Nadie se enfrentó jamás a este escenario. Por eso, muchos todavía intentan dilucidar cuáles serían las consecuencias. Así, algunos creen que podría provocar una venta masiva de activos financieros, mientras otros avizoran un impacto más limitado, pero impacto al fin.
Obama, en su discurso de anteanoche, y la flamante directora gerenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, ayer, advirtieron que un recorte en la calificación de la deuda tendrá graves consecuencias económicas, no sólo para Estados Unidos, sino para todo el mundo.
Walter Molano, director de BCP Securities, recordó que muchos inversores institucionales, como fondos soberanos, compañías de seguros o fondos de pensiones, están obligados a tener instrumentos AAA y se verían forzados a vender sus bonos del Tesoro si esos papeles perdieran esa nota.
Además, muchas operaciones financieras utilizan bonos del Tesoro como respaldo. Ante una venta masiva de esos títulos, su valor caería, obligando a los inversores a reunir dinero para compensar esa pérdida y mantener el respaldo original. ¿Cómo reunirían ese dinero los inversores si no lo tuvieran? Vendiendo otros activos, como acciones.
"Esto se está anticipando mucho. La gente piensa que los políticos se van a poner de acuerdo, pero si llega a pasar esto, es un hecho que va a ser más poderoso que lo de Lehman", sintetizó a La Nacion Molano.
Efecto dominó
Lo que vendría luego sería un efecto dominó: ventas de bonos del Tesoro, caídas en las acciones y desvalorización del dólar. El oro, un clásico refugio para los inversores, subiría aún más. Los bancos norteamericanos, que tenían hasta el mes pasado unos US$ 1,6 billones en bonos del Tesoro entre sus activos, cobrarían tasas de interés más altas. Habría menos consumo, menos inversión, menos crecimiento y más desempleo.
"La apuesta es demasiado alta, y soy optimista en cuanto a que algo se hará; simplemente es mucho lo que está en juego", dijo Jacob A. Frenkel, presidente de JP Morgan, tras la advertencia de Lagarde.
Con todo, la terrible paliza que sufrió Wall Street en el otoño de 2008, junto con el fracaso de Washington para brindar, por ahora, una solución consistente y creíble a los problemas fiscales de Estados Unidos, ha llevado a empresas, bancos y fondos de inversión a ser más precavidos y delinear planes de contingencia. La defensa clásica ha sido acumular efectivo y esperar.
La Secretaría del Tesoro, que conduce Timothy Geithner, también trabaja en un plan de contingencia, junto con la Reserva Federal de Estados Unidos, que participa en las transferencias de pagos del gobierno. Ese plan se maneja bajo un férreo hermetismo, pero se cree que apunta a establecer prioridades en los pagos en caso de que no se eleve el techo de la deuda, además de resolver algunas cuestiones "técnicas", como la reprogramación de las computadoras que todos los meses ejecutan unos 80 millones de pagos automáticos.

http://www.lanacion.com.ar/1392687-en-wall-street-ya-se-preparan-para-lo-peor

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