La policía preventiva en nuestro país se llama Carabineros de Chile y ahora se ha pasado a llamar en la jerga popular y la verborrea del país: Carabineros de Luksic, de Angelini, de Matte, de Ponce Lerou, en fin, de uno de los apellidos de las 10 familias dueñas de nuestro país.
Chile está pasando el peor momento desde que en marzo de 1990, cuando las Fuerzas Armadas le pasaran la administración del país a los civiles. Se debe dejar constancia que en pacto cerrado antes, que es negado sistemáticamente, quedó constancia que nada de lo construido por el régimen militar/civil, sufriría alteraciones que puedan provocar cambios sustanciales al diseño que la UDI/FFAA, construyeron bajo el poder de las armas. En ningún país del mundo refundar el Estado, como sucedió en Chile, hubiera sido posible, pues acá se hizo a sangre y fuego. El actual modelo de acumulación y de distribución de la ganancia incluida fue posible con el asesinato, las desapariciones y la tortura.
Un país donde las Fuerzas Armadas viven bajo un estado de robo/corrupción desbocado y sin control, se hace necesario pensar que ese segmento siempre actúa de esa forma. No hay absolutamente ningún poder civil que sea capaz de contener la enorme cantidad de aberraciones de todo tipo que son amparadas siempre por los ministros de defensa.
La dictadura encabezada por Pinochet dejó todo un andamiaje institucional militar que se prolonga en el tiempo, desde la ley del cobre hasta los beneficios que están por sobre la sociedad civil. Con leyes secretas guardadas en el parlamento, redactadas para proteger y amparar a todo un cuerpo uniformado cobarde. Un jubilado de las Fuerzas Armadas muere con banda de música, un jubilado pobre muere de hambre.
Chile debe observar como los militares condenados por haber cometido horrorosos crímenes mantienes sus grados, sus privilegios, sus jubilaciones y los bonos por haber actuado asesinando en la DINA/CNI. Precaria es entonces la clase política que no es capaz de apurar la degradación de criminales. La supremacía del poder civil al militar es una metáfora, ellos se mandan solos y hacen lo que quieren.
Hace algunas décadas ésta institución de Carabineros era respetada por la gente, pues se recurría siempre a ellos para solucionar cualquier problema que la gente tuviese; sin embargo en las dos últimas décadas comenzó a salir a la luz una serie de irregularidades en la institución que revelaron una inmensa corrupción producto de que los mecanismos de control después de la dictadura no se implementaron nunca. No sólo se han convertido en guardias privados de las mega corporaciones forestales y otras mega empresas contaminantes en las llamadas “Zonas de sacrificio” de poblados enteros como lo fue Quintero-Puchuncaví donde fue asesinado un dirigente sindical de los pescadores artesanales, Alejandro Castro; donde se les vio disparando desde las dependencias de las Empresas, a la gente que protestaba por su derecho legítimo de tener una aire limpio; sino que además han formado un comando –el llamado Comando Jungla-de verdaderos mercenarios que actuarían drogados (hay testimonios que lo prueban) para así no discernir y sólo destruir o matar.
Este ha sido el circo que han montado para hacer creer a la gente de la TV que los mapuches son terroristas; porque esa gente manipulada mentalmente por los medios serviles, no puede creer que tanto armamento se adquiriera sin una razón justificada, entonces este circo estúpido es lo que hace que haya muchos que crean que los mapuches son o han sido terroristas.
La transición a la supuesta democracia fue una componenda, un acuerdo entre los políticos y los militares para que ciertas cosas no se tocaran, no se investigaran; el poder judicial que antes era independiente por la forma de designación de los ministros de las cortes superiores, sucumbió también al poder político, especialmente notorio en los fiscales que tienen a veces más poder que los jueces, dando con ello rienda suelta a una corrupción del poder judicial que otrora tenía cierto prestigio internacional.
Hasta hace pocos años, los tribunales de primera instancia manejados por los fiscales servían sin vergüenza a los intereses del poder económico; pero ahora no sólo ellos los siguen sirviendo, sino que se ha llegado al culmen de la hediondez en esta institución, cuando hemos visto que el principal medio escrito “El Mercurio” que es el parlante de la derecha económica más extrema, ha evacuado un fallo de la Corte Suprema 10 días antes de que la secretaría del Tribunal de alzada lo evacúe oficialmente (el fallo sobre una condena en el juicio Luchsinger-Mackay de los hermanos Tralcal a 18 años de presidio efectivo, sin haber ninguna prueba, sino sólo presunciones, y un testimonio bajo tortura, del que se arrepintió el delator, 24 horas después); entonces preguntamos…¿quién maneja la justicia en Chile?; si hasta hace poco la Corte Suprema a veces actuaba en derecho. Pero el principal medio escrito de nuestro país ahora ha sindicado a los activistas mapuches a dedo días antes, que le construyeran un montaje para imputarlos y condenarlos…¿Quién condena y ajusticia entonces?...Quién señala a dedo a quien le molesta y por tanto hay que sacar de carrera?...¡Es inaceptable y absolutamente repugnante!!
Por último, con respecto al crimen último del joven comunero Camilo Catrillanca, se supo que era observado y perseguido hace años, desde que era dirigente estudiantil y antes de ser asesinado estaba participando activamente en la recuperación y reivindicación de 15.000 hectáreas de territorio usurpado al pueblo mapuche, hoy en manos de Forestal Mininco S.A. de propiedad del grupo económico Matte, que de paso tiene y ha tenido excelentes relaciones con el Mercurio, entonces no puedo dejar de preguntarme…¿a quién le molestaba Catrillanca?...entonces es dable pensar que a quien le molestaba este comunero pudiese haber hecho una recomendación a la gente de El Mercurio para que usara sus influencias para sacar al líder mapuche del medio. O quizás sea mucha imaginación….
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*Foto de Portada: www.eldesconcierto.com