15economia18Manuel Adorni
No hay más tiempo. Aunque tal vez ya hace varias décadas que no lo hay. Las turbulencias financieras que se han vivido las últimas semanas no son más que el resultado de haber abusado de las generosidades del tiempo, en virtud de la lentitud y la impericia que hay en la realización de los profundos cambios económicos que necesita la Argentina. Sin más, el gradualismo nuevamente ha dado muestras de fracaso.

Ya no hacen falta análisis para entender nuestros propios males: 25% de pobreza, 9% de desocupación, un nivel de inflación que es difícil recalcular por los últimos acontecimientos pero que rondará el 25%, deuda pública creciente, 600 mil millones de pesos de déficit fiscal y 7 millones de argentinos sosteniendo un Estado del cual al menos 20 millones de personas cobran algún tipo de contraprestación. Claramente la inviabilidad argentina es un hecho que escapa a cualquier favoritismo político o ideología económica.
Este camino que hemos recorrido en defensa del gradualismo, en pos de evitar costos sociales cuantiosos, no ha derivado en otra cosa que no sea acercarnos cada vez más a episodios del pasado donde el costo de no cambiar estructuralmente a la Argentina ha llevado a consecuencias mucho peores que las que hubiesen ocasionado aplicar cambios profundos.
https://www.infobae.com/opinion/2018/05/29/se-termino-el-tiempo-del-gradualismo/