Diálogo con la productora Carla Ortiz, sobre la crisis humanitaria en Yemen
Por Andrés Volpe de OurVoice-27 de febrero del 2019
En plena Segunda Guerra Mundial Winston Churchill dijo “en tiempos de guerra la verdad es tan preciosa que debería ser protegida por un guardaespaldas de las mentiras”. Nunca antes habían estado tan vigentes estas palabras como ahora, porque hoy por hoy “vivimos en una tercera guerra mundial de a partes” como manifestó el Papa Francisco, no sólo una vez sino varias; y en una de esas partes de las que habla el Papa podemos situar la realidad de Yemen.
Realidad que pasa desapercibida para el colectivo social como si fuera algo inexistente cuando es el resultado de las mentes más retorcidas de nuestra sociedad. Esta dimensión paralela en la que vive gran parte de nosotros, nos coloca en una situación de autocensura consensuada. Afortunadamente, de tanto en tanto, surgen personas que intentan romper con ese molde.
Carla Ortiz, actriz, modelo y productora de nacionalidad boliviana, que obtuvo la atención internacional a través de su documental “La voz de Siria” y por denunciar la falacia de las versiones presentadas ante el público a través de diferentes actores acerca de lo que sucedía en Siria -entre los que estaban los Cascos Blancos de la ONU y la prensa hegemónica- y que se presentaba como el genocidio del “dictador” Bashar al Assad. Acostumbrada a vivir la cruenta realidad de la guerra en Oriente Medio, hoy se choca con otra triste mentira.
Ubicado en la península Arábiga, en una zona de candente tensión militar, comercial y política, Yemen viene siendo víctima de una “guerra civil” y de la intervención de una coalición internacional, liderada por EE.UU. y Arabia Saudita que amenaza con transformarse en la peor tragedia humana que podamos haber conocido, y al respecto Carla nos decía:
“El conflicto de Yemen ha sido definido como el conflicto humanitario más grande de los últimos tiempos, mucho más grande que el de Siria e Iraq. La situación es realmente alarmante.Yemen está geopolíticamente ubicado muy cerca de Arabia Saudita, tiene una población chiita bastante alta y sabemos que en el conflicto en el Medio Oriente entre los suníes y los chiitas, los suníes son de cierta forma mucho más fundamentalistas, con un islam más rígido que el de los chiitas que interpretan al islam en forma mucho más moderada. Han estado en guerra durante bastante tiempo por los desacuerdos. Porque los suníes los infieles son justamente los chiitas. A todo eso se suma la cercanía de Arabia Saudita, quien ha tratado de manejar, de tener poder sobre el área, y lógicamente sobre los depósitos o reservas de petróleo. Entonces hay una especie de limpieza étnica, es una limpieza religiosa que también podría ser considerada étnica, están los chiitas, las milicias apoyadas por los iraníes que son enemigos a muerte de Arabia Saudita, y que de alguna manera ofrecen la resistencia para que no terminen de bombardear al pueblo de Yemen. Yemen ya era considerado antes del conflicto el país más pobre del Medio Oriente, sin embargo, después de todos estos ataques, le han bombardeado todos sus aeropuertos, sus puertos, todo tipo de infraestructura, escuelas, universidades, centros comerciales, etc. Es el accionar de Arabia Saudita junto con los Emiratos Árabes, apoyados por la venta de armas de Estados Unidos e Inglaterra. Aquí hay también intereses económicos porque a los grandes imperios de occidente no les importa continuar la venta de armas a cualquier costo y de alguna manera somos cómplices directos de este genocidio terrible. Ahora la gente no solamente se está muriendo por los bombardeos sino también por sus efectos”.
En esta consideración de Carla vale la pena destacar algunas cuestiones que son vitales para entender lo intrincado del conflicto. Yemen se encuentra frente a un estrecho por el que navega el 25 % de las exportaciones mundiales y el 40% del petróleo a nivel mundial, en una ruta que conecta el mar Mediterráneo con los países asiáticos. Frente a sus costas hay un pequeño país africano que pocos saben ubicar en el mapa, pero en el que todos los poderosos parecen querer estar, llamado Yibuti y que alberga a bases militares de Francia e Italia, también de Japón y sobre todo de Estados Unidos y China.
Lejos de una retórica pro imperialista Carla Ortiz nos explica lo que para ella es el móvil que impulsa el desastre en el que han sumido a este territorio:
“En realidad podemos hablar muchísimas cosas sobre esto, pero creo que el problema más grande en este momento es justamente la venta de armas, es una cuestión económica y se está sobrepasando e ignorando el desastre humanitario que se causa en la zona. Porque hablando de cuestiones específicas, lo que está haciendo Emiratos Árabes en el lugar para controlar la comunicación no solamente tecnológica sino de los temas de comercio, es un punto clave en este tiempo. Todo lo que tiene que ver con la agronomía, que es su principal medio de subsistencia, está siendo bombardeado, entonces lo que hacen es someter y encerrar a todo el pueblo chiita, tienen a todo este pueblo completamente encerrado, está como en una cárcel, la gente no puede salir a ningún lado, no pueden hacer nada, no pueden ejecutar ni comercio, ni ventas, ni exportaciones, ni importaciones, ni siquiera de comida y medicina. Entonces por esto el conflicto ha traspasado al peor estado de cualquier otro conflicto hasta ahora en el mundo”.
En todo este marco la realidad impacta mucho más fuerte que las cifras, y sobre todo tratándose de la niñez, pero estos números nos dan un acercamiento de lo que realmente sucede.
“Unicef y las Naciones Unidas reportaron en el 2016, que cada 10 minutos en Yemen muere un niño ya sea por mal nutrición o por causas prevenibles como el no acceso ni a medicinas ni a comida. Hace dos semanas se han incrementado los números y ahora muere un niño cada siete minutos. El número parece algo fuera de nuestro entendimiento porque si te pones a pensar, son 240 niños que mueren al día, sencillamente porque no tienen agua, no tienen comida y porque no los pueden atender, se están muriendo de neumonía, otros se mueren por los bombardeos, por eso es que nosotros hemos empezado una campaña y nos hemos unido para poder peticionar la apertura del aeropuerto, para que al menos puedan ingresar la ayuda humanitaria y las medicinas”.
En el año 2015, acusada de bombardear enclaves matando a niños y niñas, Arabia Saudita amenazó con retirar fondos de la ONU y su oficina para la infancia la UNICEF. En ese contexto al año siguiente, el entonces secretario general Ban Ki-moon decidió sacar a ese país del anexo de “infractores” de la ONU. Carla Ortizal respecto manifiesta:
“Todos los países que contribuyen mucho con las Naciones Unidas y el trabajo que ésta hace, son recompensados y es por eso que Arabia Saudita está sentada en la Comisión de Derechos Humanos de Protección a la Mujer, cuando recién hace pocos meses aprobó la ley de que las mujeres pueden manejar, existe una hipocresía muy grande y siempre van a censurar cualquier tipo de denuncia a estas naciones. Entonces, además de todo, la gente no tiene acceso a agua limpia ni potable, muere una persona de cólera cada 20 minutos. Tienes a un niño que muere cada 10 minutos y a una persona adulta o niño que muere cada 20 por cólera, sencillamente porque no hay gas para cocinar o no hay agua limpia. Cuando nos ponemos a analizar los números es un tema sumamente urgente, con el que nosotros, los latinoamericanos, podemos sensibilizarnos de inmediato a pesar de ser un país que parece estar tan lejano”.
Una de las herramientas que hizo posible esta obra casi perfecta de la destrucción de masas, es el bloqueo mediático reinante. La influencia de capitales árabes sobre los medios occidentales es de considerable importancia, por ejemplo, el empresario Sultan Abuljadayel tiene el 30% de las acciones del diario británico The Independent, por su parte, el príncipe Alwaleedbin Talal tiene una participación de 300 millones de dólares en Twitter y patrocina a los principales diarios árabes como Al Sharq, de Catar, Al Awsat, Al-Hayat,Arab News y tiene acciones en la 21st Century Fox. Frente a esta influencia y al margen de toda posibilidad de estar presente en el lugar de los hechos Carla Ortiz expresaba:
“Es tan grave todo esto y tan triste porque, a pesar de ser el conflicto humanitario, o la crisis humanitaria más grande de todos los tiempos, los medios de comunicación no hablan de este tema. Es tan obvio el bloqueo mediático que existe sobre el tema que es absolutamente vergonzoso e inaceptable. Por supuesto estos países tan poderosos han comprado muchos de los medios de comunicación, las corporaciones más grandes dominan y es por eso que la desinformación en la guerra de Irak, Afganistán, Siria, Yemen, es tan grande, porque ni siquiera te permiten, entrar para reportar desde el lugar de los hechos en Yemen. Yo tengo un año y medio tratando de ir a Yemen, tratando de entrar a Yemen, pero no se puede porque cuando se llega al puerto de Hodeidah que es el único que está abierto, hay barcos de Unicef y de las Naciones Unidas que están cargados de ayuda humanitaria, pero no les da la gana de darles la entrada y la comida se pudre. Mientrastanto un niño se está muriendo porque no tiene acceso ni siquiera a un pedazo de pan, entonces imaginen si los medios de comunicación llegaran a hablar de este tema, sería un gran escándalo. ¿Acaso la gente en el mundo no haría una revolución pidiendo inmediatamente la apertura de los puertos y de los aeropuertos y el cese no solamente del fuego sino el alto a la guerra de forma inmediata? Es por esto que se censura, porque cualquier ser humano se movería y demandaría de forma inmediata el cese, pero si no se tiene acceso a la noticia no es posible ubicarse del lado de la verdad, del lado de la justicia o del lado de la humanidad, entonces así se explica el silencio de los medios de comunicación de las grandes corporaciones”.
Sólo los testimonios de unas pocas voces podrán hacerse eco en el futuro de las atrocidades que se han cometido en Yemen. De alguna manera Carla Ortiz está marcando un posible camino para sumar más voces a una causa que muchas veces roza con lo utópico, la causa por el bien común universal:
“La pregunta para las celebridades que están en el mundo, de diferentes niveles y que tienen una audiencia de seguidores es: ¿qué van a hacer con ese poder que logran como resultado de la fama que tienen? En mi caso he decidido ponerla al servicio de la humanidad”.
En este momento Carla Ortiz está apoyando una campaña en las redes sociales bajo el hashtag #EndYemenSiege, para la reapertura del Aeropuerto de Sana’a que permitiría el ingreso de la ayuda humanitaria.
“Yo veo el futuro repetir el pasado, te compraste las acciones de esta farsa y el tiempo no para. Nos tildan de ladrones y ellos sumergieron a un país entero, pues así se roban más dinero”, dice la canción inmortalizada por la banda brasileña Cazuza. En Yemen los intereses de los poderosos han sembrado la muerte y la destrucción, en un brutal accionar que hace confluir a todos los males.
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VIDEO DE OUR VOICE
*Foto 1: Carla Ortiz Oporto
*Foto 2: www.periodistadigital.com / El príncipe Alwaleedbin Talal una de las 10 personas más ricas del mundo
*Foto3: Mapa: diario El País