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Escrache al represor uruguayo José Nino Gavazzo, en prisión domiciliaria

Por Jean Georges Almendras y jóvenes de Our Voice-4 de mayo de 2019

Como periodistas no nos podernos hacer los desentendidos. Y que hayan pasado más de 45 años de aquellos días en los cuales la democracia uruguaya fue pisoteada y violentada, y además fagocitada por el deterioro de un poderoso sistema económico y represor, no debe ser pretexto para mirar a un costado, como ciudadanos. Pero aún más: que no nos hayan tocado en carne propia los sufrimientos del terrorismo de Estado de esos días: tormentos, vejaciones, humillaciones, privaciones de libertad en manos de policías o militares, robos de bebés, saqueos, y la muerte finalmente (o la desaparición forzada), no quiere decir que eso nos de el derecho (o la libertad) de mirar a un costado o de simplemente de dar vuelta la página, como hay muchos que así lo hacen o lo pregonan, y hasta lo promueven: como si se tratase de una verdad revelada, o como si fuese una condición para poder estar en sana convivencia, en democracia. Una democracia sin justicia, no es una democracia en paz. Y cuando se trata de violaciones de derechos humanos, en tiempos previos a la dictadura militar, durante ella e inclusive después que ella, nada nos autoriza a la indiferencia o a la insensibilidad. Y precisamente por esa razón, y porque deberíamos sentirnos (como mínimo) con un poco de vergüenza ajena, es que no deberíamos estar ausentes en movilizaciones, que por su naturaleza, no hacen otra cosa que sacarnos una piedra del muro de la impunidad que tenemos encima, para de esa forma hacer que la memoria recupere espacio y que no se vaya volatilizando en la conciencia de la sociedad uruguaya, lo que sería una verdadera hecatombe.

No nos podemos hacer los desentendidos cuando un uniformado de nombre José Nino Gavazzo confiesa a un Tribunal de Honor haber arrojado a las aguas del río Negro el cuerpo torturado de un joven militante del MLN de nombre Roberto Gomensoro Josman, en marzo de 1973, especialmente cuando ese testimonio sale a la luz pública merced a una filtración desde la interna militar misma, para posteriormente ser divulgado por un diario de derecha: “El Observador”, en el mes de marzo del 2019, es decir 46 años después.

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Y menos nos podemos hacer los desentendidos cuando este episodio desencadenó una crisis de gobierno inédita en nuestro país, con el plus del descabezamiento de figuras del generalato que formaron parte de los Tribunales que interrogaron a Gavazo y a otro colega suyo Jorge “Pajarito Silveira”, sumándose a este hecho, la solicitud inmediata de renuncia (desde la presidencia de la República, léase Tabaré Vázquez) del Ministro de Defensa y de su subsecretario, por no haberle alertado del testimonio de Gavazzo y de su par Silveira. Un episodio que dejó muy mal parado al presidente Vázquez, porque permitió visibilizar que el tema DDHH fue para él un tema baladí; y tan baladí, que refrendó con su firma el testimonio del crimen de Gavazzo, sin adoptar medidas urgentes, como por ejemplo dar cuenta de toda esa novedad (revelada exclusivamente al Tribunal de Honor) a la Justicia Penal. Fue entonces, que Tabaré Vázquez, fue mucho más allá de guardarse al silencio, porque además de negar públicamente haber leído ese testimonio, inculpó a su Ministro de Defensa y a su Vice, de no haberle advertido sobre los contenidos de las actas de los declarantes; de ahí que Vázquez optó por solicitar la renuncia de ambos y el descabezamiento de los generales, como medida ejemplarizante. Lo que no consideró o contempló Vázquez es que su Ministro de Defensa, el socialista Jorge Menéndez, públicamente desmentiría esa versión, con el agravante de que a pocos días del escándalo se produjo su deceso, debido a una severa enfermedad, lo que agudizó aún más el escándalo. Todo en definitiva fue, una crisis, de un gobierno haciendo aguas a baldes, en materia de políticas de investigaciones sobre violaciones de los DDHH en los tiempos de la dictadura, y también de tiempos anteriores a su instalación, el 27 de junio de 1973.

Y menos nos podemos hacer los desentendidos, cuando el hoy Coronel retirado José Nino Gavazzo, uno de los personajes más siniestros y más emblemáticos de la represión -que oportunamente fue procesado por la justicia penal por la comisión de 28 homicidios- no solo cumple prisión domiciliaria, sino que además fue beneficiado por la justicia en el sentido que se le concedió el retiro de la tobillera electrónica y la custodia de su hogar, decisión que por el momento no se ha llevado a la práctica (al menos hasta el momento de redactarse estas líneas) debido a la apelación del Fiscal de Delitos de Lesa Humanidad, la que deberá ser estudiada por el Tribunal de Apelaciones o la Suprema Corte de Justicia.

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Y en ese contexto, menos podemos hacernos los desentendidos, cuando un colectivo de defensa de los DDHH, denominado “Coordinación 25 de Julio” (creado en ocasión de los atentados cometidos contra varias placas de la Memoria de nuestra ciudad) convocó a una concentración de vigilia (o escrache) frente a la casa del ex militar Gavazzo, en el coqueto barrio privado llamado Parque Miramar, ubicado en la zona del Puente Carrasco, en el departamento de Canelones, limítrofe con el departamento de Montevideo.

La vigilia tuvo lugar este sábado 4 de mayo, entre las 10 de la mañana y las dos de la tarde. Una jornada agradable desde el ángulo climático. Pero desde el punto de vista político, seamos honestos, fue una jornada bochornosa. Una jornada que debería avergonzar hasta el límite al sistema político del partido de gobierno: Frente Amplio. ¿Por qué? Porque todavía, periodistas y no periodistas, debemos ser testigos de una actividad de lucha por la justicia y de lucha por derribar de cuajo la cultura de la impunidad, que desde el Estado –y a juzgar por múltiples pruebas y evidencias que hemos visto todos, en los últimos quince años, y desde el acuerdo del Club Naval- ha sido fomentada y cultivada, al parecer con esmero y mucho tesón, no solo desde tiendas castrenses, sino desde tiendas civiles.

La casa de José Gavazo, que irónicamente está ubicada en la calle Federico García Lorca (un mártir de la guerra civil española, asesinado por el franquismo, por sus ideas y por su compromiso con la lucha por la libertad a través del arte de la poesía y de una militancia valerosa y conocida en el mundo entero) es una casa típicamente balnearia, identificada con el número 7818, rodeada de árboles, y en ésta oportunidad de casi una decena de policías.

¿Policías custodiándolo, por tratarse de un procesado por cometer delitos de lesa humanidad? En absoluto. Los policías allí apostados lo estaban protegiendo, con el apoyo de un vallado estructural de alta generación y que hasta el momento era desconocido en el Uruguay.

Un vallado que mantuvo a prudencial distancia a un medio centenar de personas de ambos sexos; a jóvenes de ambos sexos. En definitiva a “uruguayos y uruguayas” que pacíficamente repudiaron, con consignas, pancartas y testimonios a micrófono abierto, los privilegios de un represor, o mejor dicho los privilegios de los represores que los tres poderes del Estado uruguayo (judicial, legislativo y ejecutivo) protegen y tutelan: como si hace 46 años el joven Roberto Gomensoro Josman no hubiese sido torturado hasta la muerte y su cuerpo no hubiese sido arrojado a las aguas del río Negro en el interior del país; y como si hace más de 46 años el terrorismo de Estado nunca hubiese estado instalado en el Uruguay.

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Atado a una silla, literalmente sofocado por la soledad y el pánico, el joven militante Roberto Gomensoro Josman, hace 46 años, soportó el suplicio que los represores le aplicaron (al punto de dejarlo castrado) en una unidad militar. Atado a una silla y a merced del represor Gavazzo el joven Roberto Gomensoro Josman halló la muerte, desangrado, hasta que finalmente su cuerpo fue arrojado al río Negro, por José Nino Gavazzo. Atado a una silla, hace 46 años, el joven Gomensoro Josman ni por asomo pudo imaginar que un día su asesino iba a ser señalado como fue señalado en esa vigilia sabatina a las puertas de su domicilio en el Parque Miramar de la zona de Carrasco. Ni tampoco pudo imaginar que ese monstruo de la dictadura, 46 años después, aún siendo procesado por la justicia, seguiría siendo amparado por el manto de la impunidad, en plena democracia. Roberto Gomensoso Josman, como tantos otros uruguayos, sufrió en carne propia el terrorismo de Estado. El autoritarismo represor lo sorprendió luchando por un mundo mejor.

46 años después, un grupo militante de uruguayas y uruguayos, a las puertas de la casa donde vive su torturador y asesino, luchan para que los represores como Gavazzo no tengan privilegios ni beneficios. Beneficios que laceran y atentan contra la sensibilidad de los familiares de los detenidos desaparecidos. Beneficios que atentan contra la democracia. Que la socavan.

José Nino Gavazzo: un militar represor, como otros militares que hoy cumplen prisión: algunos en la cárcel vip de la calle Domingo Arena y otros en sus domicilios. Un militar represor que es el emblema de un aparato del terror, que 46 años después, todavía es abogado por militares (lo que no sorprende, aunque sí indigna) y por civiles del poder político y fuera de él (lo que sí sorprende e indigna).

Un militar represor a cuyas puertas de su domicilio se materializó un legítimo repudio: “No a la prisión domiciliaria y No a los privilegios a los genocidas”.

A las puertas del lugar de residencia de Gavazzo, ciudadanos de generaciones pasadas y muchos jóvenes, con sed de justicia (y no de venganza) se expresaron. Testimoniaron valerosamente su indignación. Sinceramente. Representando a colectivos y a organizaciones, que convocaron a la vigilia, tales como: Crysol; Mesa Permanente contra la Impunidad; Plenaria Memoria y Justicia; Memoria en Libertad;Tramando Resistencia (Colectivo Memoria); Memorias de la Costa; Jóvenes por la Memoria; Sindicato ADUR; ( Rebeldía Organizada; Colectivo Pocas y Poderosas; Colectivo Garganta Poderosa; y La Izquierda Diario.

Waldemar Tarocco de “Coordinación 25 de Julio” y Crysol dijo: “Desde Crysol nosotros entendemos que el problema no es Gavazzo, el problema es la Justicia uruguaya; porque él está acá gracias a la Justicia; gracias a Martín Gesto, a la Suprema Corte de Justicia, que no toma los delitos como de lesa humanidad, que al día de hoy aún se están cometiendo con las desapariciones. Aquella muralla que planteó el Ministro de la Suprema Corte Ruibal Pino, que dijo que todos estos caso, cuando llegaran a la Suprema Corte iban a rebotar, lo sigue sosteniendo hoy la Ministra de la Suprema Corte de Justicia Elena Martínez Rosso, con sus colegas Turell y Chediak. Hoy por hoy son cuatro en esa posición. Por eso Crysol sostiene que es la Justicia responsable de todos estos casos”.

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-¿Y el sistema político?

-Es responsable todo el Estado; el sistema político no ha enviado en esos casos ninguna señal, como hizo Argentina que fue muy distinto respecto a Uruguay. Los Kirshner en el tema de derechos humanos, desde mi punto de vista, trabajaron muy bien, porque crearon las condiciones, facilitaron, crearon organismos y avanzaron. Incluso hasta hubo las disculpas oficiales por parte del Estado que las ofreció el General Balza; en cambio acá, nunca se ha pedido disculpas al pueblo uruguayo por lo que fue el terrorismo de Estado. Desde Crysol le hemos planteado a Tabaré, que es el momento de pedir las disculpas oficiales; ya ha avanzado bastante el tiempo y se ha hecho además en Chile con Lagos; lo hizo Paraguay con Lugo, y acá no. No es que sea Tabaré el responsable de esto, pero fue el Estado; y el Estado debe disculparse, porque el terrorismo de Estado no lo sufrimos sólo los que estuvimos presos, lo sufrió la gran mayoría del pueblo; sólo unos pocos se beneficiaron con eso.

-Pero siendo en este momento el Presidente de la República, de una fracción de izquierda, progresista, como lo fue también José Mujica, llama poderosamente la atención; porque de los militares se puede esperar cualquier aberración, de los partidos tradicionales conservadores, fascistas, de derecha, podemos esperar lo mismo, pero el pueblo frenteamplista y la población que confía en la justicia, frente a ese terrorismo de Estado no esperaba nunca que tres gobiernos de izquierda hicieran un diez por ciento de lo que tenían que haber hecho…

-Bueno, en mi caso cuando se dio el primer gobierno de Tabaré era lo que creía, que se iba a anular la ley de caducidad; luego al ver que no pasaba nada hubo que juntar las formas para el voto rosado. Durante el gobierno del Pepe Mujica -que éramos compañeros de la organización- fue cuando menos se avanzó en derechos humanos en este país; no se avanzó prácticamente nada.

-Se cambió a Mota, hubo el tema con Huidobro… o sea, toda una complejidad turbia…

-Sí, Fernández Huidobro obstaculizó lo que fueron las investigaciones, no facilitó los archivos que tenía; y a Mota le hicieron presión, desde las declaraciones de Mujica a incluso declaraciones de Fernández Huidobro, por el caso del avión aquel que cayó, que ella estaba investigando. Por eso creemos que este gobierno progresista, en ciertas cosas, es positivo, que ha habido avances; Tabaré aplicó el Artículo 4to. de la Ley de Caducidad, que no lo habían aplicado los gobiernos anteriores, ni blancos ni colorados. Se pudo entrar a algunos cuarteles, se encontraron cuatro desaparecidos, es decir, cuatro por excavaciones, más Gomensoro, porque un médico había guardado el cráneo. Entonces decimos, es positivo; pero es poco…; hubieron leyes reparatorias para las víctimas del terrorismo de Estado, que entendemos que fueron positivas, pero son incompletas, hay gente que quedó afuera; faltan cosas por hacer. Por eso desde Crysol seguimos luchando; Crysol es una organización de derechos humanos que se originó un poco por cuestiones de solidaridad, pero es una organización de derechos humanos que lucha por verdad, por memoria, por justicia, por saber dónde están nuestros compañeros desaparecidos. No hay ningún sentido de venganza ni de revancha; que se aplique la justicia, que se aplique la normativa con todas las garantías del debido proceso para los militares; ésas que no tuvimos nosotros.

Los periodistas no nos podemos hacer los desentendidos. Y los colegas de la Izquierda Diario, Sebastián Artigas y Damián Recoba –partiendo desde esa premisa- no solo dieron cobertura a esta vigilia, sino que la convocaron y la promocionaron desde días previos. Fue a Sebastián Artigas -familiar directo de desaparecidos en dictadura y primo de la nieta recuperada en Argentina, Victoria Moyano, nacida en cautiverio, cuando su madre y su padre estuvieron detenidos en el centro clandestino conocido como Pozo de Banfeld- a quien preguntamos: ¿Esa convocatoria significa que seguimos insistiendo con una vieja y lamentable deuda que tiene nuestro Estado frente a esta situación?. Su respuesta fue clara: Sí, lamentablemente. Además de que son muy pocos los genocidas que han sido procesados y condenados por los crímenes que cometieron en los 60s, 70s y 80s,y tienen muchos privilegios, como las cárceles vip, las prisiones domiciliarias ,las jubilaciones. Hoy los compañeros en la concentración leyeron el legajo judicial donde hay varios asesinos y torturadores que tiene esos privilegios. En el caso de Gavazzo, este personaje tristemente conocido sabemos que hace poco la jueza le otorgó también el beneficio de quitarle la tobillera electrónica. Entonces un psicópata genocida como Gavazzo, puede andar seguramente suelto por la calle sin cumplir con la prisión domiciliaria gracias a la impunidad que le otorga el Estado uruguayo. Para mí el tema consiste en organizarse independientemente del estado y de los partidos que son cómplices de la impunidad y hacer movilizaciones masivas, para protestar y redoblar la apuesta de la lucha en las calles. La única manera de terminar con la impunidad es con la lucha unificada de la clase trabajadora y de los organismos de derechos humanos, los estudiantes, la juventud, las mujeres, de forma independiente, hasta hacer caer esta impunidad.

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El colega Damián Recoba evaluó la situación generada con Gavazzo y con las actas de su testimonio: “Fue claro que generó una situación importante la filtración de las actas del Tribunal de Honor. Más allá de su contenido que puede ser dudoso en algunos aspectos, ahí claramente Gavazzo declara un crimen, se inculpa, marcando una conmoción de un nivel importante para la opinión pública; después, cuando la sangre ya había llegado al rio y Vázquez ya había homologado los fallos del Tribunal de Honor y había puesto como Comandante en Jefe al mismo presidente de ese Tribunal, sustituyendo a Manini Ríos, no le quedó otra opción que removerlo, remover al Ministro de Defensa, al Vice ministro y a toda la cúpula militar, intentando dar una imagen de depuración de las Fuerzas Armadas pero que enseguida que asumió el nuevo Comandante en Jefe Claudio Feola diciendo que él no tenía información ni confirmación de los desaparecidos, claramente, y por más que bajen generales, la ideología de la institución seguirá estando presente, porque es una ideología basada en la seguridad nacional, en la construcción del enemigo interno, etc. Desde ese punto de vista fue un escándalo; el gobierno intentó mediante la remoción de estos militares salir de una crisis que lo tenía empantanado, con personas en Presidencia que eran responsables de la omisión en el caso Gavazzo, como Miguel Ángel Toma que era el secretario de la Presidencia, que parece intocable porque es uno de los resortes importantes que tiene en el armado y en la gestión del propio gobierno. Entonces, quedó claro, una vez más, que hay una

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conexión muy clara, entre el poder político y el poder militar, y desde el sistema político se les ha dado impunidad en los últimos 34 años.

-¿Habrá que multiplicar este tipo de escraches?

-Es muy importante que se hagan estas actividades, sobre todo para que la memoria siga viva, porque lamentablemente pasan los años y se mueren los militares que son los que pueden dar información de donde están los desaparecidos; se mueren los militantes, y esta historia cuanto más pasa el tiempo más se asienta la impunidad. Entonces hacer estas actividades de señalamiento, de propaganda, de dónde viven estas personas, que como dijo Sebastián son tratados casi como ex presidentes, porque piden que les quiten la tobillera por un problema de salud y la jueza ni siquiera pide el certificado médico. O sea, un montón de irregularidades de parte del aparato judicial; y la única forma de terminar con esta impunidad es con actividades conjuntas entre trabajadores.

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Jorge Zabalza, uno de los integrantes del Movimiento Nacional Tupamaros, también presente en la vigilia, reflexionó: “El corazón sabe la verdad ¿No? ¿Alguien puede dudar que se practicaron desapariciones forzadas, asesinatos, y hubo compañeras y compañeros violados, y que la tortura fue generalizada en todo el país? Nadie puede dudar de eso; la verdad la sabe el corazón, no precisa demostraciones, no precisa confesión. Claro, después está el tema del Poder Judicial, habría que probar, en cada caso, que alguien torturó, pero bueno, aunque este Poder Judicial es más administrador de la impunidad que hacedor de justicia, algún día vamos a hacer justicia; la justicia va a venir igual. Hasta que no se resuelva este problema no va a haber una verdadera democracia en el Uruguay y la juventud va a tener que luchar por esa verdadera democracia.

-¿No será hora de que los 20 de mayo, la Marcha del Silencio, se multipliquen y sean todos los martes o jueves frente a la Plaza Independencia como hacen las Madres de Plaza de Mayo?

-Habría que tener fuerza. Lo que pasa que el 20 de mayo es una fecha que se ha vuelto tradicional, pero habría que tener fuerza. El pueblo uruguayo tiene la referencia del 20 de mayo como tiene la del 1º de mayo. Tiene esa referencia.

-Gavazzo ¿Qué significa para Zabalza?

-Gavazzo es un emblema; pero tras su nombre se esconden y se escudan todos los oficiales; porque ¿quiénes dieron las órdenes? Yo estuve en un cuartel, y el Sargento o el Cabo que a veces me pegaba ¿era responsable? ¿O lo era el Jefe, el Mayor, o el Capitán del S-2? Yo creo que toda la jerarquía militar, desde el Goyo Álvarez para abajo, todos son culpables; y la Justicia va a llegar el día en que se juzgue a las Fuerzas Armadas en su conjunto, no a uno o dos oficialitos.

-¿El sistema político también tiene su cuota responsabilidad? Por ejemplo Julio María Sanguinetti hizo declaraciones verdaderamente horrorosas. Pero Julio Maria Sanguinetti creo que tiene una deuda muy grande…

-Él hizo todo lo posible. Hizo todo lo posible para que no se supiera nada, para que no hubiera justicia, para perdonar y olvidar. Y después hay continuadores; Tabaré Vázquez es un continuador, el Pepe Mujica otro continuador, y hoy en día el pacto famoso de silencio, es cívico- militar, igual que fue en la dictadura; solo que en la parte cívica no entran los grandes empresarios que entraron en la dictadura, sino que entran algunos políticos progresistas como el Pepe Mujica y Tabaré Vázquez.

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Los organizadores de la vigilia invitaron a los presentes a expresarse. Entre ellos, una joven de “Jóvenes de la Memoria” leyó un texto muy significativo: “No es casualidad a la hora de cruzar caminos, sólo las hay cuando desaparece la memoria, sólo las hay cuando se pierde la capacidad de ver más allá de lo que se nos muestra. No hay casualidad en el cruce de caminos ni los hubo en el acontecer de las dictaduras del Cono Sur del siglo XX; hay que despertar los sentidos para lograr ver que las casualidades no existen. Hoy nos encontramos frente a la casa de un torturador impune, respaldado aún en el presente, por el Estado y la Justicia. Gavazzo vive en la calle Avenida de las Américas esquina Federico García Lorca ¿será casualidad? Federico fue un poeta militante por la resistencia al fascismo de la España dominada por Franco, asesinado por la guardia civil, quien se consideró en derecho de eliminarlo, callarlo y omitirlo. No es casualidad a la hora de cruzar caminos y en todo caso habría casualidad en caso de olvido; en una sociedad con memoria no hay casualidad, hay recuerdo vivo y resistencia. ¿Elegirás vos entonces, reconocer la casualidad de tu olvido o buscar la casualidad de tu lucha?”

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Por su parte, Victoria Camboni, del Movimiento Internacional de Jóvenes, Our Voice (Nuestra Voz) habló del papel de los jóvenes en la lucha contra la cultura de la impunidad:”Somos un Movimiento que busca la justicia social en distintos ámbitos y en este caso nos parece muy importante estar acá y decirles a ustedes, los adultos, que vamos a seguir la lucha; que la lucha no es un día, un 20 de mayo, y nos olvidamos; que tiene que ser cotidiana, dentro de los tiempos que tengamos, pero siempre le tenemos que hacer un lugar a esto, porque la memoria es algo que no podemos dejar de lado; y si no terminamos con esto, si no seguimos luchando, la impunidad nos va a pasar por arriba y nunca se va a hacer justicia. Gracias entonces a los que siguen ahí luchando, aún, a pesar de todo lo que ha pasado. No hay que perder nunca la esperanza”

Desde un equipo móvil a través de un parlante una grabación es difundida esporádicamente. Una voz en off que lo resume todo:

“Cuando a los torturadores, asesinos, violadores y secuestradores se les brinda la libertad de estar en sus casas, amparados por la impunidad que les brinda el Estado, la memoria se pone en acción. José Nino Gavazzo es uno de los personajes más siniestros de la historia del Uruguay. Cuenta con una gran cantidad de denuncias: torturas , asesinato, secuestro, robo de niños, violaciones y diversos tipos de delitos económicos, que forman parte de su legajo. Está procesado por la desaparición y asesinato del maestro Julio Castro, pero todo reducido a penas de asesinatos especialmente agravados. Está procesado por el caso de los secuestros y desapariciones de Mechoso, Soba, Duarte, Barrios y Simón, y actuó con Anibal Gordon en Orletti. Estuvo en el centro clandestino de la casa de Punta Gorda llamado “El infierno chico” y en la casona de Millán. Está procesado por 28 homicidios, especialmente agravados, pero ha cometido muchos más. Recientemente incluso reconoció su participación directa en la desaparición de Roberto Gomensoro. Hoy se encuentra en su casa, tranquilamente, con total impunidad. Ahora encima, le quieren sacar la tobillera y la custodia policial. Gavazzo, como Ernesto Rama, Pedro Fleitas, Nelson Bardessio y Gilberto Vázquez, gozan del privilegio de la prisión domiciliaria. Todos ellos culpables de delitos de crímenes imperdonables. No se puede tolerar tantos privilegios para los torturadores. Ellos, violan las prisiones domiciliarias, intervienen políticamente interponiéndose en las investigaciones y no existen garantías de que no se fuguen. No más privilegios, ni prisión domiciliaria para los torturadores. A defender la memoria, como una trinchera”

¿Hasta cuándo privilegios y beneficios para los represores?

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*Fotos de Victoria Camboni y de Camila Ocampo, ambas de Our Voice

*Foto 3: www.semanariobrecha.com  /Coronel (R) José Nino Gavazo entrando a Juzgado

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