Por Francisco Medina desde Asunción, Paraguay-17 de marzo de 2020
Como paraguayo, como una persona de bien y que quiere lo mejor para su país, estoy extremadamente preocupado por la corrupción que impera en el ámbito del Poder Judicial. Dice en nuestra Constitución Nacional que tenemos tres Poderes del Estado que son: El Poder Ejecutivo, El Poder Legislativo y El Poder Judicial.
El Artículo 3: Del Poder Público dice que el pueblo ejerce el Poder Público por medio del sufragio. El gobierno es ejercido por los poderes legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de separación, equilibrio, coordinación y recíproco control. Ninguno de estos poderes puede atribuirse, ni otorgar a otro ni a persona alguna, individual o colectiva, facultades extraordinarias o la suma del Poder Público.
Entonces me llama la atención de que un integrante de uno de los Poderes del Estado sea también parte del otro Poder del Estado. Estoy hablando, precisamente, del Senador de la Nación, Enrique Bacchetta; que al mismo tiempo es, nada menos, que Presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM), lo que contradice nuestra propia Carta Magna, donde específica claramente que debe existir un Sistema de Separación.
Enrique Bacchetta es del Partido Colorado, Partido Político que está en el Poder actualmente y pertenece al movimiento interno Añetete (De verdad), donde el presidente de la República es el principal líder. Sus antecedentes políticos cuentan con varios errores, por lo que se vio en la necesidad de admitir y retractarse después.
Uno de los más llamativos, fue cuando escribió un polémico tuit a favor de su correligionario, el diputado Ulises Quintana, que estaba recluido en una penitenciaría a causa de una investigación llevada adelante por la Fiscalía General por su posible implicancia en el narcotráfico. No sabemos el porqué de su apoyo.
El "Señor" Enrique Bacchetta, como Presidente del JEM, con todos sus miembros, deberían de analizar bien la trayectoria impecable del Fiscal Jorge Figueredo; no lo hicieron porque, tal vez, responden a intereses oscuros que están dentro del "Poder político". Es muy triste, porque se deja de lado la idoneidad, la responsabilidad y la trayectoria de un profesional con mayúscula de casi dos décadas al servicio de la ciudadanía. ¿Acaso el Fiscal no puede pedir un sobreseimiento provisional o definitivo? Me supongo que está dentro de sus deberes si no encuentra motivo suficiente para acusar y en especial si no dispone las pruebas que puedan servir como argumentos para acusar ante el Juez. Si el solo motivo de pedir un sobreseimiento en el marco de una investigación se "Supone" como mal desempeño de funciones, entonces ¿qué debe hacer el Fiscal?, ¿debe recibir órdenes de arriba?
Tuichaitérei ojavyhikuéi (gran equivocación de ellos). A mí me indigna el actuar de ellos, por el solo hecho de apartar de su trabajo a un hombre que se ha caracterizado siempre en su lucha frontal contra la mafia, prueba de ello es ser, nada menos, que redactor de la prestigiosa Revista Antimafia Duemila de Italia. Gracias a él también, particularmente, tuve la oportunidad de conocer el grupo maravilloso de todos ustedes, en especial a su fundador, señor Giorgio Bongiovanni, y todos juntos hemos luchado hasta llegar a conseguir justicia en memoria de un mártir: mi hermano Pablo Medina.
Tuve la suerte de conocer al Señor Jorge Figueredo: un humilde hombre que vino del interior del país y con pretensiones de salir adelante, específicamente del distrito de Carapeguá (Departamento de Paraguarí). Al principio, como todos los hombres que vienen de tierra adentro, no todo fue color de rosas para él. Tuvo que renunciar de las vivencias propias de la juventud para volcarse de lleno al estudio y, en consecuencia, en los años de su época de estudiante, nada le resultó fácil; tenía que convivir con sus compañeros de estudios las extremas necesidades en un albergue precario - CEUNIRA - (Centro de Estudiantes Universitarios del Interior Residentes en Asunción) en la ciudad de San Lorenzo. En ese lugar le conoció a mi hermano Salvador; juntos continuaron sus estudios e iniciaron sus primeras luchas sociales y sus primeros reclamos a favor de los más necesitados. Un tiempo después, cuando Salvador estaba de vacaciones en Capiibary, lastimosamente, fue ultimado por un sicario al servicio de la mafia con la intención de callarle para siempre.
Apenas él se enteró de la muerte de su compañero de lucha, encabezó una marcha de Pedido de Justicia con los ex compañeros de estudios y llegaron hasta el Fiscal General del Estado. En aquel entonces era el doctor Óscar Germán Latorre Cañete. ¡¡¡Cómo me voy a olvidar de esas palabras que pronunció aquella vez!!! Hasta ahora cuando recuerdo me pone con la piel de gallina, cuando el Fiscal General del Estado en su intento de poner como excusa de que no hay presupuesto para cubrir la zona roja, por lo menos, con un asistente Fiscal y, además, dijo que ningún abogado se animaría a colaborar con un irrisorio salario, ya que la Fiscalía a su cargo no tiene presupuesto. Ante su argumento indeseable, por supuesto, se levantó uno del grupo que estaba reclamando justicia: era el abogado Jorge Figueredo y ¡qué sorpresa se llevó el Fiscal! cuando con una voz fuerte y sin titubear dijo: "Cuente conmigo señor Fiscal, yo me iré como voluntario; le conozco a Salvador, era mi compañero de lucha y pondré todo de mí para llegar a la justicia".
Suficiente valentía de su parte, para persuadir al Fiscal General, que en ese mismo momento le nombró como Asistente Fiscal para cubrir una necesidad que urgía en ese momento en la zona de Canindeyú; de ahí en más comenzó a trabajar al lado de mi otro hermano, Pablo, que era Corresponsal de ABC COLOR de Curuguaty.
Con mucho sacrificio llevó adelante la investigación sobre el crimen de Salvador y, gracias Dios, a pesar de que el autor intelectual del crimen nunca se esclareció, sí se llegó a sentenciar al autor material, a 25 años de prisión (la pena máxima en ese momento).
Jorge Figueredo es, sin lugar a dudas, un hombre honesto, un hombre incorruptible, y, sobre todo, un hombre comprometido al servicio de Dios; nosotros podemos atestiguar, una y mil veces, que realmente es así a través de sus obras. Por lo tanto, como familia consideramos una enorme injusticia tomada por el JEM en contra del abogado Jorge Figueredo Corrales y no debemos permitir que la Corte Suprema de Justicia haga lo mismo.
A continuación parte de los argumentos de Jorge Figueredo Corrales que el mismo puso a conocimiento de nosotros: "La sola suspensión ya me ha causado un gravamen irreparable a mi reputación, honorabilidad, a mi incorruptible e intachable gestión de 19 años como funcionario dentro del Ministerio Público, así como un enorme perjuicio a mi patrimonio, pues mi salario representa la única fuente de ingreso con la que cuento”.
“Siendo concreto y sin irme por las ramas deseo cuestionar al JEM por su sentencia arbitraria que truncó la carrera de un servidor público con 19 años de labor dentro del Ministerio Público”.
“Deseo cuestionar al JEM porque es un órgano cuya naturaleza es Técnico-Jurídica o administrativa que debe respetar los principios de legalidad, objetividad, imparcialidad y, sobre todo, el debido proceso legal al juzgar la conducta de los magistrados y no actuar de manera totalmente discrecional, de manera irresponsable; sin analizar las circunstancias de mi conducta procesal a la luz de los hechos que investigue y mucho menos las constancias del expediente judicial y la carpeta fiscal, actuando y haciendo primar su capricho personal, antes que lo que establece la ley organiza del MP, el CPP y la propia CN”
“Un JEM que incurrió en lo más grave en que puede incurrir un órgano tan importante que juzga la conducta de los magistrados y fiscales. Ej. de no respetar el debido proceso garantizado por la CN y dictar en consecuencia una sentencia arbitraria”.
Con este tipo de sentencia arbitraria del Jurado seguramente surge la duda, no solo en mí, sino en toda la ciudadanía que este órgano responde más a intereses espurios y oscuros antes que ser garantes del respeto a las garantías constitucionales de los ciudadanos, así como del principio de la legalidad.
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