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claudio rojas clPor Claudio Rojas desde Chile-25 de julio de 2020

Hemos visto desde el estallido social a la fecha una agudización de la represión, el autoritarismo, la militarización como respuesta de un gobierno que dista cada vez más de estar en sintonía con el pueblo y la inmensa mayoría del país. Un gobierno absolutamente ajeno a la realidad que viven las grandes poblaciones que viven en la periferia de las ciudades y en los sectores más desposeídos del país.

Por lo mismo y a pesar de la pandemia que puso una pausa a la movilización social, ha sido tanta la displicencia recibida y el abandono en que se encuentra sumida la inmensa mayoría del país, al punto que se reprimen las “ollas comunes” espontáneas que se organizan en los vecindarios con el objeto de socorrer a los que se encuentran en la desesperanza, porque se consideran posibles focos de resistencia; es que el pueblo ha comenzado a salir a la calle cada vez con más violencia, acuartelándose en sus barrios, haciéndolos una fortaleza en sus feudos, para combatir la represión del gobierno fascista de Piñera. Es así que hemos visto en las últimas dos semanas, varios vehículos del aparato represivo, incendiados por los manifestantes, pues a las demandas insatisfechas del pueblo se ha sumado el hambre de la gente que vive en la indefensión más absoluta.

Un diputado (Jaime Mulet, Frente Amplio) como una forma de salir a apoyar a los más desvalidos, comenzó con la idea de que las AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones) entreguen a cada afiliado, un 10 % de lo acumulado como ahorro para sus futuras pensiones, como una forma de palear el hambre que se hacía cada vez más evidente, y es así como presentó proyecto de ley al respecto; al principio el Gobierno no le prestó mucha atención, y el oficialismo y los gremios empresariales lo rechazaron de plano. Esto que no es la mejor solución, generó gran expectativa popular y la presión en las redes sociales no se hizo esperar, así como las distintas formas de movilización, lo que produjo lo que parecía imposible, que se aprobara este retiro del 10 % en la cámara de diputados y luego en la cámara de senadores por amplia mayoría (incluso con votos del oficialismo).

Luego de esto, el gobierno podía vetarlo -algo que ya había anticipado- o llevarlo al Tribunal Constitucional (enclave de la dictadura que impide nuestra democracia), donde el gobierno tenía las de ganar; por tanto no había demasiado optimismo. Sin embargo fueron tan abrumadores los caceroleos de las últimas semanas, junto a las movilizaciones violentas en la periferia motivadas por el hambre, que creemos que al gobierno le dio miedo vetarlo y optó por promulgarlo de inmediato, probablemente para bajar la presión popular que tiene al gobierno en muy mal pie, pues el oficialismo está dividido además, entonces es muy difícil poder gobernar así.

Entonces la mayoría de los chilenos pueden optar a ese 10 % de rescate de sus fondos previsionales de su cuenta individual con un tope en aproximadamente de $ 4.300.000 (unos US$ 6.000.-) como para aliviar en lo inmediato las principales necesidades.

Pero lo más importante de esto es que hemos golpeado la esencia, las bases, los fundamentos del sistema neoliberal despiadado que se sustenta en el abuso de unos pocos contra una inmensa mayoría, pues usan gozan y disponen del ahorro de los trabajadores por casi 40 años que representa una suma equivalente al PIB (Producto interno Bruto) del país para sus negocios y saqueos.

Entonces hemos empezado a derribar el sistema. Luego sigue la eliminación de las AFP para cambiarlas por un verdadero sistema de seguridad social para las pensiones de los trabajadores.

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*Foto de Portada: www.elconfidencial.com

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