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georges almendrasJulio Valdivia: El quinto periodista asesinado en este año, por el crimen organizado.

Por Jean Georges Almendras-10 de setiembre de 2020

Es ya una sobrecogedora costumbre, recibir este tipo de noticias particularmente desde México. Y no es una cuestión que ya nos estremezca. Ya hemos ido más allá. El estremecimiento quedó atrás, porque lo tomamos como un hecho natural, desgraciadamente. Porque la sangre derramada de nuestros colegas, por aquellas tierras, ya no nos saca lágrimas, nos saca rabia. Nos saca ira. Indignación y sed de justicia. Y ya no imploramos capturar a los culpables, porque también sabemos que ese extremo por aquellos lares, es casi un imposible. Casi una quimera. Porque predomina la impunidad. Y entonces, además, a la rabia sumamos la impotencia de ver que estos hechos son recurrentes. Y nuestros rostros no hacen otra cosa que desencajarse pero de una ira que difícilmente podemos disimular. Ya no nos sumimos en la tristeza. Nos sumimos en el trabajo. En el trabajo para denunciar cada una de estas tragedias, casi corriendo el riesgo de parecer insensibles. Frívolos. Pero en el fondo, nuestro trabajo no hace otra cosa que disimular nuestro dolor, para transformarse en lucha. Lucha diaria. Corriendo contra reloj para articular cuanto camino sea posible para que la criminalidad no tenga más cabida en este planeta. Para que los hombres de gobierno, de los países como México, no se dejen torcer por los corruptos, por los asesinos, por los mafiosos. Y para que el periodismo que hace a la herramienta de la verdad, sea protegido. Para que sean protegidos sus profesionales. Protegidos para que no se siga informando dentro de una indescriptible espiral del terror. Del terror con mayúsculas. Del terror criminal. Ese terror criminal amparado en la impunidad. La impunidad de la cual (la mayoría de ls veces) no son ajenos ni distantes, los hombres del sistema político, del sistema judicial y de las fuerzas de seguridad, que siempre (no por casualidad, por esas latitudes) se dan de abrazos con elementos de la criminalidad. Una costumbre que también está extendida por otros países. Y nos consta, por nuestro trabajo.

Julio Valdivia, tenía 44 años de edad y cubría asesinatos y secuestros para el diario “El Mundo de Córdoba” en la ciudad de Veracruz. Era un cronista policial. Un periodista de la crónica roja mexicano.

Julio Valdivia, fue hallado decapitado este miércoles 9 de setiembre, en el municipio mexicano de Tezonapa. De acuerdo a las primeras versiones periodísticas el colega habría sido decapitado sobre las vías del tren que pasa por el municipio, habiéndose encontrado junto a su cadáver su motocicleta, abandonada sobre las vías. También se consignó que su cuerpo presentaba signos de violencia.

Testimonios de vecinos de la zona dieron cuenta que en la región en la cual trabajaba Valdivia rigen los códigos de la delincuencia organizada y que seguramente algunas de las crónicas de su autoría fueron las que desencadenaron el mortal ataque.

Del 2010 a este 2020, en la región de Veracruz fueron asesinados 25 periodistas, siendo el crimen más reciente el de la colega Maria Elena Ferral, en el municipio de Papantla, el pasado 31 de marzo.

Julio Valdivia (que es el quinto periodista asesinado en México en lo que va de este año, según estadística de Reporteros Sin Fronteras) había reportado el pasado martes para el diario El Mundo, un enfrentamiento armado entre presuntos criminales y policías, hecho ocurrido en el municipio de Cosolapa, en la zona central de Veracruz, que se extiende sobre la costa del Golfo de México.

Hugo Gutiérrez, secretario de Seguridad y jefe de la Policía estatal condenó el cobarde asesinato de Valdivia y afirmó: “En coordinación con la fiscalía general del Estado agotaremos los recursos para dar con los responsables”.

“Que se agoten todas las líneas de investigación, principalmente las que tienen que ver con su labor periodística, porque Valdivia trabajaba en una zona marcada por la violencia”, dijo Balbina Flores, representante en México de RSF, a periodistas de la agencia AFP. Y agregó: ”Si bien no hay indicios de que él hay recibido amenazas recientes, por la naturaleza de su trabajo, no era ajeno a ellas. Además, hace cinco años denunció haber sido blanco de mensajes intimidatorios tras el asesinato de otro comunicador con el que sostenía una estrecha amistad”.

Julio Valdivia, como decíamos al comienzo, es el quinto periodista asesinado en México en lo que va del año. A él lo precedieron, además de María Elena Ferral los colegas: Pablo Morrugares, del diario digital PM Noticias del sureño Estado de Guerrero, asesinado a balazos el pasado 2 de agosto; el periodista Jorge Armenta, y Víctor Fernando Álvarez, de Medios Obson (Estado de Sonora) y Portal Punto Noticias (Estado de Guerrero), respectivamente.

Corremos una verdadera contra reloj, para que estas estadísticas de muerte y sangre en filas del periodismo no se sigan incrementando. Ante nuestras narices.

Ya no hay lágrimas. Solo hay lucha, denuncia y trabajo a diario, para poner punto final al terror criminal y a la impunidad.

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*Foto de Portada: www.elperiodico.com

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