Pin It
claudio rojas clPor Claudio Rojas desde Chile-10 de octubre de 2020

Hace algunos días, fue asesinado a balazos el trabajador de la construcción Elvis Riffo Carrasco. Sucedió en Villarrica el pasado 20 de setiembre a las 23.00 horas, momento en que Elvis salió a las puertas de su casa para interceder en favor de un vecino, que era golpeado porque estaba infringiendo el toque de queda. Fue entonces que recibió varios disparos de parte del carabinero Diego Tropán. Un día antes las cámaras de televisión mostraban en todos los canales, como cientos de autos en diferentes ciudades del país se dirigían con sus ocupantes hacia sus hogares, cuando ya regía el toque de queda. No hay informes de controles policiales, ni de detenciones y mucho menos de muertes, por infringir el toque de queda.

A las once de la noche Elvis Riffo, de 29 años, y su pareja Erika, escucharon voces afuera de su casa. Parecía que alguien pedía auxilio. Estaban acostados. Él salió primero y ella se demoró mientras se calzaba unos zapatos. Fue cosa de segundos. Sintió tres disparos y corrió desesperada a la calle.

Varios carabineros tenían reducido a un hombre y el cuerpo de Elvis yacía en la vereda. Luego vinieron los gritos de los vecinos. Todos permanecen en el lugar, nadie corre a esconderse. Erika queda petrificada, o así lo recuerda. Sí, era Elvis. Había intentado socorrer a alguien que en ese momento era detenido.

Varios de los funcionarios policiales miran sin hacer nada. Elvis está quieto con las piernas y los brazos extendidos. La sirena de una patrulla es la única luz en esa noche negra.

“¿Cuánto vale la vida de un hombre?”, se preguntaba un vecino después.

“Les pedimos que nos ayudáran por lo menos a llevarlo a algún hospital, pero no hicieron nada. Llamamos a la ambulancia, y no llegó. Justo una vecina que tenía auto nos llevó hasta el Hospital de Villarrica, pero ya era muy tarde”, recuerda Erika frente al computador, mientras seca sus lágrimas con un pañuelo desechable.

Elvis era hijo de una asesora del hogar, el tercero de cinco hermanos. Llegó hasta segundo medio, porque cuando tuvo edad suficiente para trabajar, dejó todo para ayudar en su casa. Pasar de niño a la adultez fue un salto abrupto.

Alex, uno de sus primos, habla de él en presente. Le decía “el luchón”, porque siempre estaba defendiendo a la gente, y narra cosas con la seguridad de lo que cree que ocurrió esa noche: “Elvis murió por ayudar”.

“Pese a que era un año menor que él, lo defendía frente a todos. Su madre luego explicará con una anécdota de la adolescencia la forma de ser de ese hijo combativo: Si Elvis pescaba tres peces en el río cerca de su casa, uno era para la familia y dos para regalar. En otras ocasiones daba hasta su ropa a quién lo necesitara, la poca que tenía”.

“La felicidad de Elvis se encontraba en esa vida simple que había logrado. Aquella mañana había barnizado un macetero, almorzó pescado y cantó paseándose por la casa. Su compañera se queda con esos recuerdos, los acuña. Hace memoria con el rostro cansado, con la mirada quieta y a ratos toma sorbos de agua para aclarar la voz”.

Lily Carrasco, de 54 años, su madre, crió a sus hijos sola cuando su esposo murió en 1990. Confirma que Elvis fue un niño que creció de golpe y se convirtió en su apoyo, tanto así que vivía solo cuatro casas más allá en la Villa Chile Barrio, una población ubicada a tres kilómetros del centro de Villarrica.

Días antes de su muerte la policía hizo rondas nocturnas por el barrio, no era extraño que pasaran el domingo inspeccionando que el toque de queda se cumpliera a cabalidad. Esa noche un grupo de personas estaba en un auto blanco y llegó la policía a detenerlos.

Es un sector de casas básicas, un lugar de gente humilde, de familias hacinadas y abandonadas por las autoridades. Vecinos que viven en medio de la segregación y el micro tráfico.

En el parte policial dice que Diego Tropán, el carabinero de la Séptima Comisaría de Villarrica, y que le disparó, utilizó su arma en legítima defensa porque supuestamente la víctima se abalanzó contra él con un objeto “contundente”.

Uno de los vecinos -que prefiere mantener su nombre en reserva- comenta “que todo pasó en segundos, que no hubo provocación de parte de Elvis, quien ya estaba reducido cuando recibió los disparos a quemarropa y uno lo hirió en el tórax”. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) regional, baraja la misma tesis.

La audiencia de formalización en contra de Tropán, por el delito de homicidio simple, se realizó la mañana del martes 22 de septiembre, en el Juzgado de Garantía de Villarrica, mientras vecinos y familiares despedían a Elvis en su funeral.

Jorge Calderara, el fiscal de la Unidad de Derechos Humanos, explicó: “Riffo resultó herido mortalmente, siendo su causa de muerte una herida torácica por proyectil de arma de fuego”.

La Fiscalía solicitó las medidas cautelares de arresto domiciliario nocturno, arraigo nacional, prohibición de acercarse a la familia de la víctima y firma mensual en las dependencias de la Policía de Investigaciones de Villarrica, medidas que fueron acogidas por el juez Julio Sandoval. El plazo de investigación fijado fue de cinco meses. Es decir, Tropán sale de día y aún sigue trabajando en la institución.

“El empleo de armas letales es una medida extrema, aceptable sólo en circunstancias excepcionales que supongan un peligro inminente de muerte o lesiones graves para el Carabinero o para cualquier otra persona (…) Principio de Proporcionalidad significa que debe haber un equilibrio entre el grado de resistencia o de agresión que sufre un Carabinero y la intensidad de fuerza que se aplica para lograr que la persona se someta al control policial. Igualmente, este principio conlleva que el uso de la fuerza tiene como límite que no puede infligir más daño, que aquel que se pretende evitar con su empleo”, se explica en la Circular 1832 de Carabineros de Chile, sobre el Uso de la Fuerza, firmado en marzo del 2019.

La madre de Elvis considera que las medidas cautelares son insuficientes y tiene miedo que el asesinato de su hijo quede en el olvido, como tantos otros. En medio de la entrevista, los recuerdos parecen calmarla. A veces se queda en silencio y apenas puede murmurar algunas palabras.

Luego cuenta, su versión de cómo sucedió todo: “….A eso de las once de la noche, Lily escuchó ruidos en la calle, se asomó por la ventana a mirar qué estaba pasando: a un vecino le estaban pegando por el toque de queda, miró un rato y le dio miedo. Se alejó de la ventana. Después escuchó tres disparos, nunca pensó que podía ser Elvis. Quizás eran balas al aire. Su hijo debía estar durmiendo. Pasaron un par de minutos, y los vecinos llegaron a su casa gritando".

Sintió que no pudo despedirse.

“No quiero que sigan pasando estas cosas, la institución de Carabineros tiene que hacerse responsable por la muerte de mi hijo, y tiene que hacerse justicia. Escuchen mi auxilio. Elvis no merecía morir de esa manera, ninguna persona. Necesito que mi alma descanse” -dice antes de finalizar la entrevista.

----------------

*Foto de Portada: www.mapuexpress.org

REDACTORES

anna.jpgbgeorges.jpgbgiorgio.jpgbjuan.jpgblorenzo1.jpg
Copyright (c) 2009. Antimafia Dos Mil Argentina