A mediados de mayo otro cargamento menor salió en avión a Mulhouse-Basilea
Por Jean Georges Almendras-2 de agosto de 2019
Autoridades, legisladores, periodistas y ciudadanos del Uruguay se rasgan las vestiduras porque a la terminal portuaria de Hamburgo, Alemania, llegaron hace unas dos semanas (es decir en el mes de julio) cuatro toneladas y media de cocaína (valorada en mil millones de euros) distribuidas en 211 bolsos deportivos conteniendo 4.200 paquetes de la sustancia, prolijamente acondicionados en un contenedor que se encontraba en un buque procedente del puerto de Montevideo. El asombro mediático y gubernamental se contrasta con la realidad del narcotráfico internacional, particularmente en la zona del Río de la Plata, y más específicamente en países como Uruguay, Argentina y Brasil, donde desde hace unos cinco años –como mínimo- viene operando una organización mafiosa italiana: la ‘Ndrangheta, dedicada exclusivamente al tráfico de cocaína, desde Sudamérica a diferentes mercados europeos, con ganancias multimillonarias.
La prensa uruguaya y regional se hizo eco en las últimas horas de la noticia proveniente de Alemania respecto a la incautación de 4 mil quinientos kilos de cocaína, en un barco procedente de la principal terminal portuaria del Uruguay.
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