9 DE ENERO
En medio de la carestía que asfixia a Venezuela, el presidente aprueba costosos programas armamentísticos.
Pido a los lectores de este espacio que reflexionen en lo siguiente: en medio de un país cada vez más empobrecido; donde las propias cifras oficiales reconocen un alarmante crecimiento de la pobreza; donde la situación de hambre es evidente en la asombrosa pérdida de peso de las personas, constatable a simple vista; donde la población lleva más de dos años sometida a la humillante experiencia de pasar los días haciendo colas para adquirir los productos básicos que se necesitan para vivir; en un país donde se han producido muertes por desnutrición; muertes por falta de tratamientos médicos o medicamentos; muertes por el estado infeccioso de los quirófanos; un país donde madres y padres deben realizar esfuerzos más allá de toda razonabilidad para conseguir un paquete de pañales; donde hay mujeres que no pueden salir de sus casas a trabajar porque no encuentran tampones ni toallas sanitarias; donde la difteria y la malaria han regresado, lo cual es un dato más, entre muchos otros, del retroceso en el estado de la salud pública; en un país azotado por esa bestia de mil cabezas que es la inflación; en un país cuya atmósfera, cuyo sentimiento más extendido, cuya sensación más cotidiana es la de la carencia; en un país en el que no están disponibles ni accesibles ninguno de los numerosos bienes imprescindibles para el funcionamiento de la sociedad; en este estado de carestía y pobreza en expansión, Maduro ha anunciado que volverá a comprar armas.
- Detalles
- ARMAMENTISMO - LATINOAMÉRICA