Por Jean Georges Almendras-5 de abril de 2018

En República Dominicana quieren acallar su voz por oponerse a las multinacionales

¿Quién es el sacerdote Rogelio Cruz?

Un religioso de la iglesia católica hoy acosado por sus superiores de la Orden de los Salesianos de la República Dominicana. Acosado por varias razones. Una de las principales se relaciona estrechamente con las actividades del sacerdote. Actividades en favor de los necesitados. De los vulnerables de su tierra.

Actividades que lo colocaron y lo siguen colocando al filo de la navaja.

¿Su crimen? ¿Su pecado? Accionar y obrar como un cura en estrechos vínculos con los sectores pobres de la sociedad dominicana. Un pecado (un crimen) ancestralmente castigado por las mentes retrogradas y corrompidas de la institución católica, que siempre mortifican a quienes dentro de sus filas van contra la corriente, abrazados –siempre a instancias de su fe- a los valores militantes en pro de la comunidad, sin las hipocresías y las canalladas de un clero insensible y ajeno por completo del mensaje del Cristo, pero servil al poder y al dinero.

¿Su crimen? ¿Su pecado? Denunciar y hacer público su pensamiento respecto a las multinacionales, nada menos que en esa región, donde las multinacionales están rodeadas de tierras y de ríos fértiles, ideales para extraer recursos y obtener beneficios; donde las explotaciones mineras y los emprendimientos al servicio de los intereses de grupos económicos de la región, están a la orden del día, y con ansias de no perder ni un minuto para hacerse de ganancias.

¿Cuál es el pensamiento del padre Rogelio Cruz? Un pensamiento dirigido particularmente a defender la tierra y los pueblos afectados por las faraónicas empresas, sedientas de contante y sonante. Sin importar lo que cueste. Un costo en vidas humanas, inclusive. Las vidas humanas de quienes osen oponerse a las sagradas iniciativas de los sagrados empresarios, a quienes poco les importa lo que digan o piensen los santos sacerdotes. Y si se trata de sacerdotes identificados o comprometidos directamente con los pueblos pobres, importa mucho menos. Porque menos importa su integridad física, que en caso de que fuera un obstáculo, sería borrada de la faz de la tierra, de un plumazo.

Y no habrá sotana o cruz alguna que pueda impedir que las finanzas sigan su curso y que las corrupciones crezcan y se multipliquen.

Entonces, ya con todo esto, quedan muy claros, los motivos por los cuales Rogelio Cruz, sacerdote de los pobres y para los pobres, deba ser apartado del camino. Motivos sobran y siempre son más que suficientes, cuando se trata de estos perfiles.

Ocurrió así. Ocurre así y ¿seguirá ocurriendo?.

Hay una eterna infamia que siempre circunda las acciones de los hombres de fe justos. De los religiosos que tanto ayer como hoy, a brazo partido, batallan por el bien común. Como batalla el sacerdote Rogelio Cruz.

Rogelio Cruz, que durante muchos años sirvió en el Instituto Técnico Salesiano en la Parroquia de María Auxiliadora, en el Barrio Cristo Rey, en Nagua, Villa Riva; y en la actualidad ( o hasta el momento en que lo trasladen) sirve en una parroquia de la ciudad de La Vega, en República Dominicana.

Rogelio Cruz, de descendencia muy humilde, que fundó y que preside la fundación que lleva su nombre, que siendo muy joven asumió que tenía la vocación de ayudar a los más necesitados, conociendo muy bien sus padecimientos, sus carencias y sus limitaciones.

Rogelio Cruz, que un buen día se propuso llegar a los lugares más pobres de la región y que desde ese momento, cada día al levantarse, no hace otra cosa que encomendarse al Creador del Universo para pedirle fuerzas para seguir ayudando al prójimo y para no dejarse vencer por los personajes del poder político y de su propia congregación.

Rogelio Cruz, que critica duramente, el papel de la Iglesia y el de los políticos de su tierra natal; que no tiene pelos en la lengua, que habla y denuncia, y que señala con el dedo, lo que otros lo tapan con su cuerpo y con sus maldades, y con su alma.

Rogelio Cruz a quien ahora quieren alejarlo, de sus pobres y de sus proyectos; a quien ahora lo señalan confabulando en su contra. Difamándolo para que pierda credibilidad. Para dejarlo solitario. Fuera del alcance del cariño popular. Ese cariño popular que lo salvaguardó y lo salvaguarda de quienes desean enroscarlo en el laberinto de la mezquindad para desmantelar y destruir todos y cada uno de sus sacrificios y de sus acciones en favor de los desposeídos.

Sobre el sacerdote Rogelio Cruz ahora llueven acusaciones y mentiras. Acusaciones y mentiras tejidas entre las filas de los superiores de su congregación. Buscando debilitarlo, para en definitiva derrocarlo. Ponerlo a un costado de un camino sembrado con el amor. Con el amor del Cristo y con el amor de un hombre de fe íntegro.

¿Es que acaso sus superiores salesianos no se dan cuenta que ahora es la muerte la que está acechando sobre la vida de Rogelio Cruz?.

Yo pienso que lo saben perfectamente, y siguen adelante, aunque eso los transforme en cómplices.

Cómplices, con todas las letras, de todo lo que le pueda ocurrir, a Rogelio Cruz, el cura de los pobres de la República Dominicana.

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*Foto de Portada: www.resumenlatinoamericano.com