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17ataquesacerdoteSÁBADO 24 DE DICIEMBRE DE 2016
El policía que custodia en Córdoba a Mariano Oberlín abatió a un adolescente de 13 años que, con un cómplice, había robado a mano armada al cura que lucha contra el paco
Gabriela Origlia
CÓRDOBA.- "Si pudiera cambiar mi vida por la de este chico, juro que la cambiaría. Pero aunque yo muera, él no va a revivir. Hoy siento que nada tiene sentido. Ni las luchas de tantos años, ni las convicciones, ni las palabras tantas veces dichas, ni el trabajo infatigable por intentar cambiar al menos una puntita de un sistema que está podrido desde la raíz". La frase es parte de la carta abierta del cura Mariano Oberlín, cuyo custodio abatió ayer a un adolescente que amenazaba al sacerdote con un arma de fuego.

Oberlín fue varias veces amenazado por bandas narcos que disputan los puntos de venta de droga en los barrios Müller y Maldonado, en la capital cordobesa. Su voz siempre fue fuerte para denunciar el estrago que el paco hace entre los jóvenes en las cercanías de su parroquia. Y se convirtió en un potencial blanco de venganzas. Por eso fue asignado un policía local como permanente custodia. Y ayer ese agente tuvo que actuar cuando dos jóvenes robaron al sacerdote.
La Justicia investiga con dos objetivos la forma en que desarrolló el atraco, comprobar por un lado si fue legalmente aceptable la acción del policía y, por otra parte, analizar si se trató de un asalto ocasional o bien un ataque premeditado contra un denunciante de la acción narco.
Según la versión oficial de la Policía, el menor que falleció y otro joven asaltaron a mano armada al cura cuando éste estaba cortando el pasto al lado de la parroquia.
"Nunca hubiese podido imaginar que la bala que desde hace unas semanas imaginaba que iba a impactar contra mi cabeza, podría terminar en la cabeza de un chico", expresó Oberlín.
La policía dijo que al lado del chico abatido quedó un arma calibre 32. Vanesa Ruchi, la hermana del joven, en cambio afirmó: "Mi hermanito no era ningún chorro. Él iba a jugar al fútbol con un amigo y los chicos se asustaron al ver al policía y salieron corriendo y el policía les tiró. Lo mató por la espalda y le pusieron un arma".

La fiscal Eugenia Pérez Moreno espera los resultados del peritaje balístico para determinar si se trató de un caso aceptado del uso del arma por parte del policía. El sacerdote Oberlín declaró anteanoche.
El cura -que trabaja intensamente en lo social- denunció en mayo pasado las amenazas que recibieron de bandas narcos las "madres del paco" después de una nota publicada en LA NACION. Aunque prefería no hacer comentarios en público, Oberlín hacía tiempo que "venía recibiendo amedrentamientos".
En su carta publicada en la red social Facebook, el sacerdote cuenta que en los últimos seis meses se repitieron situaciones en la calle en las que escuchaba amenazas directas y advertencias sobre la existencia de un precio por su cabeza.
Por eso -explica- aceptó la custodia que le puso la Fiscalía Antidrogas; el agente estaba de civil y, salvo casos puntuales, no estaba pegado a él. Oberlín indicó que eligió a su custodio policial, Martín: "Desde que yo llegué a la parroquia hace casi siete años, él y toda su familia fueron algunas de las personas más cercanas y colaboradoras que encontré". Y relató que el policía hizo "las veces de albañil, carpintero, herrero, plomero, y cuanto hiciera falta, siempre en sus horas libres fuera del trabajo".
En agosto pasado, durante el lanzamiento del plan Argentina sin narcotráfico, el presidente Mauricio Macri contó que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se reunió con un sacerdote que "como tantos argentinos lucha contra este flagelo todos los días" en los barrios. Mencionó entonces el mandatario a Oberlín.
Con mayor trascendencia pública, el cura insistió con su mensaje: "No alcanza con una sola acción cuando uno lucha contra el avance de la droga en la sociedad".
El sacerdote -hijo de padre desaparecido y con militancia en el campo de los derechos humanos- recibió el apoyo del obispo cordobés Carlos Ñañez y de más de un centenar de sacerdotes, que participaron de una misa a su capilla tras las primeras denuncias de amenazas.
El momento fatal
Sobre lo ocurrido el anteayer, alrededor de las 19, señaló Oberlín: "Cuando los veo, se me venían encima con un arma cada uno. Me gritaron que apagara la desmalezadora. Luego uno de ellos, el más grande, me sacó el celular del bolsillo, y me pidió la billetera. Le dije que no tenía billetera, y me dijo que corriera".
Y agregó: "Mientras ocurría todo esto, lo único que podía pensar era que había llegado el momento en que se iban a cumplir los anuncios directos e indirectos que había recibido. Así es que salí corriendo, pero mirando para atrás cada tanto. Hasta que sentí que comenzaron los disparos. Lo que pasó ayer destrozó la vida de un chico, de una familia, de un barrio, de una parte sufriente de la sociedad, y no puedo dejar de llorar por eso. Pero también destrozó la vida de Martín, la de muchos de los que colaboran en nuestros espacios, quizás la del proyecto mismo, y destrozó también mi vida."
Mariano Oberlín
Sacerdote
"Si pudiera cambiar mi vida por la de este chico, juro que la cambiaría. Pero aunque yo muera, él no va a revivir. Hoy siento que nada tiene sentido, ni la lucha de tantos años, ni las convicciones"
En la primera línea social
El sacerdote Mariano Oberlín trabaja hace seis años en la parroquia Crucifixión del Señor en la Seccional Quinta de la ciudad de Córdoba, en el límite entre los barrios Müller y Maldonado, una zona roja del narcotráfico por la presencia de numerosos kioscos de drogas, cocinas de paco y bandas que se disputan el negocio.
Luego de hacer varias denuncias públicas sobre la situación de consumo de drogas en las cercanías de su parroquia y defender fuertemente a las amenazadas madres de adolescentes consumidores, Oberlín abrió en junio pasado un comedor para concentrar la atención social de los chicos adictos.
En agosto pasado, el presidente Mauricio Macri mencionó a Oberlín como ejemplo de la lucha individual contra los narcos e invitó a acompañar desde el Estado a quienes llevan adelante esa pelea cotidiana en la primera línea de defensa social. Ese mensaje presidencial dio mayor peso a la palabra de Oberlín.
Fuente:

http://www.lanacion.com.ar/1970033-extrano-ataque-a-un-sacerdote-que-denuncio-a-bandas-narcos

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